Sánchez habla con Rivera de unidad frente al independentismo

El acuerdo es firme en lo fundamental: defensa de la Constitución y de la unidad de España. Así lo constataron este sábado el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en un diálogo telefónico sobre el desafío secesionista en Cataluña. Ambos estarán con el Gobierno en el pacto que pueda forjarse para hacer frente a los partidos independentistas pero con sus propias recetas a medio y corto plazo. La negativa de Sánchez, y antes de Mariano Rajoy, a suscribir un plan auspiciado por Rivera, fue considerado “una equivocación” por el dirigente de Ciudadanos José Manuel Villegas.

Pasadas las tres de la tarde de este sábado, Pedro Sánchez y Albert Rivera conversaron durante veinte minutos después de intentos infructuosos del día anterior. Ambos coincidieron en “la contundencia” de sus posiciones en defensa de la Constitución. En la conversación telefónica, el líder de Ciudadanos planteó a Pedro Sánchez, sus cinco puntos sobre lo que habría que hacer y que expuso el día anterior al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La respuesta de Sánchez no fue diferente de la del jefe del Ejecutivo: ahora se trata de defender la Ley Fundamental. No dejó Sánchez ningún resquicio para discutir el catálogo de Rivera, que excede la tarea inmediata de poner un dique a los intentos separatistas.

Si el líder de Ciudadanos tiene su “plan por España”, el líder del PSOE tiene el suyo en torno a la reforma constitucional, cuyas líneas maestras presentó el pasado miércoles. Debido a la cercanía de las elecciones era imposible que Rivera consiguiera liderar un pacto frente al secesionismo en Cataluña. Ni el presidente del Gobierno ni el líder de la oposición, se colocarán detrás de su bandera.

El quinto punto de la propuesta de Rivera señala que los partidos firmantes “se comprometen a no gobernar de la mano con aquellas fuerzas políticas que quieren romper España”. ¿Se refieren también al PNV?, preguntaban retóricamente en la dirección del PSOE. De la reunión con Mariano Rajoy el día anterior, también quedó claro que no iba a tomarse en consideración ninguna propuesta articulada que no fuera la que saliera de La Moncloa, toda vez que el aparato del Estado trabaja para dar respuesta a las iniciativas que salgan del Parlamento de Cataluña. Rajoy pidió que le dejaran conducir el proceso y de manera indirecta el jefe de Ejecutivo aludió a Rivera al pedir que no se presentaran iniciativas unilaterales que perturbaran la respuesta que prepara el Estado.

“Creemos que se equivocan; ellos creen que no es necesario plasmar un acuerdo de mínimos, y nosotros creemos que el diálogo debe plasmarse en algo concreto para que los ciudadanos sepan, gane quien gane las elecciones del 20 de diciembre”, señaló a EL PAÍS Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos.

El no entrar a discutir sobre el plan de Rivera no influyó para que la conversación fuera abierta y cordial. Ambos coinciden en tener en sus programas la reforma de la Constitución y aunque es seguro que habrá discrepancias en algunos aspectos al menos ya hay dos partidos que se sentarán en enero, después de las elecciones, a abordar la reforma de la Ley Fundamental. También Podemos —cuyo líder, Pablo Iglesias, y Sánchez no lograron hablar— está en esa disposición. No así el PP, que al menos en campaña no lo dirá.