Las preocupaciones de Urkullu
La eliminación del Concierto Económico abocaría a Euskadi a una situación a la catalana
En el encuentro que el pasado julio mantuvieron en Ajuria Enea el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el Concierto Económico vasco fue una de las cuestiones clave que el presidente vasco puso sobre la mesa y logró el compromiso de apoyo del líder socialista. Urkullu ya estaba entonces preocupado por la efervescencia de un clima contrario al Concierto, desconocido desde la Transición. Esa preocupación se le ha ido acrecentando, al calor de la crisis en Cataluña, por toda una corriente de opinión reflejada en los medios de comunicación en la que participan grupos políticos como Ciudadanos, barones socialistas y del PP e incluso algunos nacionalistas catalanes que atribuyen a esa figura política un privilegio económico intolerable e incluso la causa de los desequilibrios territoriales.
La última ola ha procedido de un informe de Hacienda que subraya cómo nueve comunidades autónomas populares y socialistas critican el Concierto Vasco y el Convenio navarro. Los problemas de financiación de las autonomías, la falta de pedagogía política sobre el Concierto y la proximidad de las elecciones han propiciado esta peligrosa subida de tensión en una comunidad como la vasca, cuyos líderes han renunciado a seguir la vía soberanista de Mas.
Urkullu le advirtió a Sánchez, y antes lo había hecho con Rajoy, que el Concierto es una figura política y la base de la participación del País Vasco en España: el histórico pacto foral. Es la bóveda del sistema autonómico. Su eliminación sería la ruptura del País Vasco con España. Tiene todo un recorrido histórico y está reconocido por la Constitución. Por todo ello cuenta con el respaldo de todo el espectro político vasco, excepto UPyD.
Por ello, también, la líder del PSE, Idoia Mendia, ha sido muy crítica estos días con su compañera, la presidenta andaluza, Susana Díaz, por cuestionarlo. E incluso Sánchez y la dirección del PP han salido a la palestra para frenar la ola. Y es que no es un tema para bromas ni electoralismos porque la eliminación del Concierto abocaría a Euskadi a una situación a la catalana.
El Gobierno vasco niega que sea la causa del desequilibrio territorial y cuestiona su privilegio económico. Es un sistema de riesgo, que Cataluña no quiso asumir durante la Transición. Euskadi, recuerdan en el Gobierno vasco, no recibe ningún ingreso del Fondo de Compensación Interterritorial; en los últimos 10 años ha aportado al Estado 15.026 millones de euros netos y los ingresos del Cupo no llegan al presupuesto de un ministerio.
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