¿Bailar da votos?
Pablo Casado (PP), María González (PSOE) y Fernando de Páramo (Ciudadanos) analizan las nuevas políticas de comunicación para convencer a los electores
Miquel Iceta, el candidato del PSC, acaparó los focos durante gran parte de la campaña del 27-S mientras bailaba al son de Don't stop me now, de Queen. Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno (PP), lo ha hecho esta semana con una coreografía de discoteca en El Hormiguero. ¿Quiere decir eso que bailar da votos? ¿Es por eso que Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, se ha dejado ver escalando, y Albert Rivera copilotando en un rally televisado? ¿Da réditos electorales sacar a los candidatos de los despachos y acercarlos a la calle? A esas preguntas se han enfrentado Pablo Casado, vicesecretario de comunicación del PP; María González, del PSOE; y Fernando de Páramo, secretario de comunicación de Ciudadanos, durante unas conferencias organizadas en Madrid por la Asociación de corresponsales de prensa extranjera.
"Decía Tarradellas que en política se puede hacer de todo menos el ridículo. El límite está en la frivolidad", ha opinado De Páramo, que ha visto a Rivera haciendo malabares en el Hormiguero o llevando en moto a la periodista Ana Rosa Quintana. "Uno no puede ir a un programa de estos a actuar, hay que ir a disfrutar", ha continuado en referencia a la necesidad de que los candidatos se muestren como son, con naturalidad y sin actitudes impostadas. "Antes de salir, entre nosotros, siempre nos decimos lo que decía Cruyff [exentrenador del Barça] antes de los partidos: ‘Sal y disfruta’. No hay que ir con cosas aprendidas. Con Rivera eso es muy fácil", ha seguido. "En política, dar la cara y rendir cuentas en los medios es una exigencia porque va en el sueldo", ha finalizado tras celebrar que PP y PSOE apuesten ahora por nuevos formatos cuando antes, según ha asegurado, tachaban a los partidos emergentes de "frívolos por asistir [a esos programas]".
Nunca antes debatieron tantos políticos en televisión, ni fue tan importante su imagen para captar votos, ni se arriesgaron tanto los candidatos a aparecer en programas que antes parecían coto exclusivo de actores y cantantes. "Es la primera vez que la política se hace en los platós", ha resumido Casado, responsable de haber cambiado radicalmente la política comunicativa del PP.
Es la primera vez que la política se hace en los platós Pablo Casado
Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno, protagoniza en los últimos meses una apretada agenda de actos públicos; acude a programas televisivos; y se deja fotografiar nadando, haciendo deporte o tomando unas cañas. Un giro de 180 grados frente al Rajoy del inicio de la legislatura, como lo ha sido también ver a su vicepresidenta bailando. "Yo no veo a Rajoy bailando", ha bromeado Casado. "Será una persona más convencional, más de provincias, pero es un buen contrapunto", ha opinado en referencia al resto de candidatos. "Creo en la experiencia y en la capacidad. La política no puede ser el único trabajo en el que no se requiere experiencia para trabajar", ha seguido. "Se equivoca quien diferencia entre la vieja y la nueva política. Lo que importa es la buena política", ha añadido Casado, argumentando que explicar la gestión de su partido en el Gobierno, y la mejora de la economía, es la mejor política comunicativa posible ("boring is good, lo aburrido está bien").
No es esa la línea que sigue Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE, como ha recordado la diputada María González, ha hecho costumbre de las asambleas abiertas, es un habitual de los programas televisivos, e incluso llegó a llamar a Sálvame en directo. "La teoría comprobada es que a Pedro Sánchez cuando más se le conoce más se le aprecia. Partiendo de esa base, cuanto más le acerques a los ciudadanos [mejor]", ha señalado la secretaria de innovación y nuevas tecnologías socialista. "No sé si ganas o no votos, pero creo que acercas a la persona que quieres que te lidere. Y si es auténtica, si no es de plástico, porque es de otro siglo, anticuado, merece la pena", ha añadido en una crítica implícita a Rajoy.
Las elecciones generales del 20-D ofrecen a los electores más candidatos con opciones de gobierno que nunca. La aparición de Ciudadanos y Podemos (cuyo representante en el debate causó baja de última hora) no solo han cambiado el panorama político, sino también el mediático. Su hábitat natural son las televisiones y las redes sociales. Eso ha obligado a PP y a PSOE a probar caminos que jamás habían transitado con tanta frecuencia. A La Moncloa también se llega por la televisión.
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