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Urkullu: “Me gustaría pactar con el PSOE la próxima legislatura”

Al lehendakari le gustaría que el futuro Gobierno central lidere un pacto de Estado que responda a la crisis económica e institucional

El Lehendakari Urkullu durante la entrevista.Vídeo: Gorka Lejarcegi
Luis R. Aizpeolea

El PNV obtuvo el 24-M su mejor resultado en 30 años. Acaba de pactar con el PSE los Gobiernos municipales y forales. Lo hizo con la política económica y lo quiere hacer con la consolidación del final de ETA. Detrás de esta política está el lehendakari Iñigo Urkullu (Alonsotegi, Bizkaia, 1961), al que le gustaría que el futuro Gobierno central lidere un pacto de Estado que responda a la crisis económica e institucional. Un pacto que sugirió a Mariano Rajoy y éste no atendió.

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Pregunta. Pocos saben que el PNV obtuvo el 24-M, pese a la irrupción de Podemos y Ciudadanos, su mejor resultado en 30 años. Gobernará las tres diputaciones y las tres capitales vascas. ¿Cuál es el secreto?

Respuesta. Desde hace más de 10 años, en la Ejecutiva del PNV pensamos que teníamos que conciliar los principios del partido con una adecuación a los nuevos tiempos con cercanía, transparencia y capacidad de gestión. Conjugar nuestro proyecto con el pragmatismo y conducir a la sociedad de manera cohesionada. Con ese criterio, hemos fijado hoy como prioridad la reactivación económica, el empleo y la consolidación de la paz, tras muchos años de terrorismo.

P. No siempre ha sido así.

R. Desde mi juventud he aprendido en el PNV a hacer nación desde la construcción social. Y eso exige estar atento a las demandas de la sociedad en cada momento y adecuar a ellas los principios.

P. Usted suele insistir en que Cataluña y Euskadi transitan por vías diferentes. ¿A qué se refiere?

R. Son totalmente diferentes por cultura, historia, población y sistema de autogobierno. Tenemos una arquitectura institucional que no existe en Cataluña, donde las diputaciones forales tienen competencias fiscales, derivadas del reconocimiento de los derechos históricos. Tenemos, además del reto económico, el de la convivencia, derivado de muchos años de terrorismo. Y tenemos que construir la sociedad vasca entre diferentes y avanzar en el autogobierno entre todos.

P. El impulso soberanista en Cataluña ha generado una fuerte corriente a favor de la recentralización en España, a la que se han apuntado numerosos intelectuales. ¿Cuál es la responsabilidad de CiU?

No me gusta que el malestar social generado por el “cepillado” del Estatuto catalán en las Cortes y la sentencia del Tribunal Constitucional, tras el referéndum en Cataluña, sea liderado por plataformas

R. La responsabilidad que atribuyo a CiU es que un proceso de este tipo debe ser conducido desde las instituciones y los partidos con representación institucional. No me gusta que el malestar social generado por el “cepillado” del Estatuto catalán en las Cortes y la sentencia del Tribunal Constitucional, tras el referéndum en Cataluña, sea liderado por plataformas.

P. ¿Qué diría a los intelectuales que apoyan la recentra-lización?

R. Que tienen que reconocer las razones del malestar catalán a las que antes aludía. Creo que en España falta aún conocimiento de su historia política. Esos intelectuales deben mirar la bandera constitucional, con el escudo del Reino de España y saber interpretar cómo se configura con la unión de cuatro reinos: Castilla, León, Aragón, y Navarra. Debe ser una unión voluntaria como el Reino Unido o la propia Unión Europea.

P. El PNV acaba de cerrar un pacto con el PSE para los Gobiernos municipales y forales. ¿Van a extenderlo al Gobierno vasco y las Cortes españolas?

R. Vengo insistiendo en la necesidad de un pacto de Estado. Se lo planteé a [José Luis Rodríguez] Zapatero y a Rajoy. Debe dar respuesta a la crisis económica y a la crisis institucional de confianza y valores, que, por cierto, ha generado nuevas formaciones y discursos. Debe abordar una reforma constitucional en la que el PNV está dispuesto a participar. Creo en los ejes vertebradores, en la necesidad de la estabilidad institucional desde la confianza y el respeto a las diferencias. El pacto con el PSE es un ejemplo de lo que queremos: apostar por una vocación de adhesión y no por el frentismo. Y me gustaría extenderlo con el PSOE en las Cortes en la próxima legislatura.

P. ¿Desde cuándo no ha estado con Rajoy?

R. Hablar, lo que se dice hablar, no lo he hecho desde el 15 de septiembre de 2014.

Es un error mayúsculo del presidente del Gobierno no haber sabido aprovechar su mayoría absoluta para intentar normalizar su relación con alguna formación política

P. En enero anunció en Madrid que sus relaciones con Rajoy estaban rotas porque había renunciado a hacer política de Estado. ¿Piensa lo mismo?

R. Sí. Tras cinco reuniones en tres años en las que aporté numerosa documentación y todo tipo de argumentos en políticas de Estado, socioeconómicas, consolidación del final de ETA y autogobierno, quedamos en que me respondería el 31 de diciembre. Sigo sin respuesta. Es un error mayúsculo del presidente del Gobierno no haber sabido aprovechar su mayoría absoluta para intentar normalizar su relación con alguna formación política.

P. Como ya no hay terrorismo...

R. Pensar que no hay que preocuparse por ello o porque Euskadi tiene poca población y un sistema de autogobierno determinado es un error. Tendrán que contar con Euskadi, y con el PNV, para identificar un modelo de Estado del siglo XXI en una nueva Europa. Cualquier partido gobernante debería tener relación con todos los partidos y más aún si tienen responsabilidades institucionales y, además, en comunidades históricas.

P. Tras el cese definitivo de ETA, Rajoy dice que no va a hacer nada mientras ETA no se disuelva. ¿Comparte ese diagnóstico?

R. En absoluto. Siendo consciente de la eficacia de la acción policial y judicial, no se termina con una organización terrorista sólo con su disolución. En el País Vasco, EH Bildu es la segunda fuerza y condiciona la política institucional. Esta reflexión se la he hecho a Rajoy y a otros líderes. ETA ya ha dicho que no se va a disolver mientras tenga presos. Tenemos que lograr un final ordenado de la violencia, lo que no significa un final negociado políticamente.

P. ¿Cuál es el final ordenado de la violencia que planteó a Rajoy?

ETA tiene que saber el coste que tiene el no desarme. Se pueden activar operaciones judiciales. Tiene un coste para sus presos, que siguen cautivos de su propia estrategia

R. Diseñar un desarme de la organización terrorista unilateral, verificable, fiable y rápido, con participación del Estado y una colaboración internacional para la destrucción de las armas. Que tenga en cuenta la memoria de las víctimas y proceda a un reconocimiento del daño injusto causado así como la construcción del relato de lo sucedido sin guardar equidistancias. Tiene que complementarse con una política penitenciaria adecuada a la nueva situación, cumpliendo la legalidad, con acercamientos de presos a las cárceles vascas y beneficios penitenciarios adecuados a su reinserción individual.

P. ¿Y ETA está dispuesta?

R. Lo desconozco. ETA tiene que saber el coste que tiene el no desarme. Se pueden activar operaciones judiciales. Tiene un coste para sus presos, que siguen cautivos de su propia estrategia. Lo tiene para la normalización de la vida política vasca. Y para la izquierda abertzale que no acaba de soltar amarras con un pasado que debían reconocer que fue un error. A partir de ahí, una política penitenciaria ayudaría a desatascar nudos gordianos en la izquierda abertzale.

P. ¿Este plan lo va a plantear al próximo Gobierno?

R. Desde luego porque en Euskadi lo necesitamos. Es necesaria una política de Estado en relación con la memoria de las víctimas y en lo que incida en la normalización.

P. Recientemente se produjo un acercamiento entre la AVT (Asociación de Víctimas del Terrorismo) y el Gobierno vasco. ¿Cuál es la clave?

R. Llevamos años trabajando con las asociaciones de víctimas. La AVT estuvo en la comisión de derechos humanos en legislaturas pasadas. Siempre hemos respetado las opiniones plurales de las víctimas y no podíamos caer en el equívoco de que su pensamiento era uniforme como han intentado algunas instancias políticas. Ha sido importante para ellas que el Gobierno vasco reconozca haber fallado en aplicar la inteligencia emocional. Nos falta conocernos más.

P. ¿Es posible llevar el pacto con el PSE al terreno de la consolidación del final de ETA?

R. Es posible porque lo fue con Zapatero y [Alfredo Pérez] Rubalcaba en todo lo relacionado con la normalización política.

P. ¿Ha estado con Sánchez?

R. No. En las últimas horas, la secretaria general del PSE se ha ofrecido para que cerremos una reunión. Pero no me ha llamado desde agosto en que mostré mi disposición a reunirme con su partido.

P. El 21 de junio, la plataforma Gure esku dago (Está en nuestras manos) convocó una manifestación por el derecho a decidir. ¿Por qué no la apoyó su Gobierno?

R. Como lehendakari represento la pluralidad y tengo que cuidar la vía institucional. El avance del autogobierno debe darse por vía institucional.

P. Usted pretende para fines de 2016 pactar un nuevo estatus político para Euskadi. ¿Es posible un acuerdo entre EH-Bildu, que defiende el derecho a decidir, y el PSE y PP?

No creo que me exceda si identifico a Podemos con el marxismo. No creo que ni a mí ni al PNV nos puedan dar muchas lecciones en modelos de avance social

R. Entiendo que el derecho a decidir no es algo que se resuma en un acto plebiscitario. Es algo más profundo, un proceso de participación de la sociedad con un final refrendado. He planteado un modelo basado en el diálogo, que sea ratificado por la sociedad vasca, que debe buscar la máxima adhesión y debe ser liderado por los partidos con representación institucional. Veo posible el concurso del PSE y de la izquierda abertzale.

P. Usted plantea adaptar el autogobierno a los tiempos, pero hay quien, como Ciudadanos, señala que eso pasa por la eliminación del Concierto Económico.

R. Quien eso dice ignora absolutamente lo que dice la Constitución, que lo ampara en su adicional primera derivado de los derechos históricos. Ignora que tiene raíces históricas y un significado político. El cupo está basado en el PIB vasco en relación con el español y no por la población. Es una ignorancia supina que lleva a planteamientos torticeros y manipuladores.

P. Las próximas Cortes van a estar muy fragmentadas y partidos pequeños en el ámbito estatal, como el PNV, puede jugar un papel decisivo. ¿Con qué criterio van a jugar?

R. EL PNV tiene presente la legislatura pasada con el Gobierno del PP, los retos que afectan a la sociedad vasca. y española, como la recuperación económica y la apuesta por un modelo productivo sólido. A partir de ahí, el PNV apuesta por la reforma del modelo de Estado, con el referente de la construcción europea.

P. ¿Qué opina de Podemos?

R. Pronto estaré con su líder del País Vasco. Le conozco porque fue militante de las juventudes del PNV. Parece que han escondido su ideología en los movimientos de protesta. No creo que me exceda si identifico a Podemos con el marxismo. No creo que ni a mí ni al PNV nos puedan dar muchas lecciones en modelos de avance social.

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