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Rajoy admite que puede hacer cambios por la presión interna

El socialista Pedro Sánchez proclama un "tiempo nuevo de cambio y diálogo"

Rajoy, esta mañana en el Congreso.Foto: atlas | Vídeo: ULY MARTÍN | ATLAS

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha visto obligado a aflojar la presión interna y ha dejado abierta la puerta por primera vez a cambios en su partido tras el batacazo electoral. No obstante, no ha introducido en su discurso político ni un solo cambio como consecuencia de las elecciones municipales autonómicas y municipales del pasado domingo. En su primera comparecencia en el Congreso tras el 24M, Rajoy se ha remitido a su política económica, a la recuperación y a sus reformas para asegurar que mantendrá todo porque "está dando buenos resultados". Ni un atisbo de cambio en ese sentido.

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Y en los pasillos, tras la sesión de control al Gobierno se ha parado ante los periodistas de forma inusual y ha asegurado que hará dos cosas: "Cumplir la responsabilidad que nos encomendaron y seguir gobernando". El único matiz es que ante los periodistas, al ser preguntado por posibles cambios en el partido, ha dejado una puerta abierta a novedades: "En el partido iremos tomando las decisiones que sean más oportunas y convenientes para presentarnos de la mejor forma posible a las elecciones generales". Y ha advertido de que "los cambios se anuncian una vez que se han producido". El lunes en su rueda de prensa no aceptó la posibilidad de cambio alguno que esta vez sí admite como posibles.

Miembros de la dirección del PP han asegurado luego en los pasillos que desconocen los cambios que podrían producirse. En todo caso, sí dejaron claro que la intención de Génova es pedir a los barones regionales que retrasen el abandono de la dirección del partido hasta después de las elecciones generales previstas para noviembre, para frenar así la sangría de renuncias. Después de las generales sería el congreso nacional y los regionales, según pretende la cúpula popular.

Sobre los resultados, Rajoy se ha limitado a asegurar que "hemos tenido el apoyo de seis millones de ciudadanos y debemos estar a la altura de las circunstancias. Habrá que ver en qué pactos llegamos".

En el hemiciclo, Rajoy ha hecho caso omiso de críticas como la del presidente de Castilla-León, Juan Vicente Herrera, sobre un discurso político basado solo en la recuperación y no ha alterado su discurso. El presidente se ha remitido a la reducción del déficit y la herencia que recibió en 2011 y ni siquiera ha hecho mención, durante el pleno del Congreso, de las elecciones del pasado domingo.

No lo ha hecho a pesar de que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, le preguntaba precisamente sobre política municipal. El socialista ha introducido en su intervención una referencia a las elecciones para asegurar que el domingo "se ha abierto un tiempo nuevo en la política municipal. Un tiempo marcado por el cambio y el diálogo".

Sánchez ha dado por hecha una victoria cercana de los socialistas en las generales tras la que se reformarán normas como la que aprobó el PP para modificar competencias de los ayuntamientos.

Rajoy ha dejado claro que “en lo sustancial” mantendrá su política, con mención expresa a la “política económica, la consolidación fiscal y las reformas” porque, según ha dicho, “está dando buenos resultados”.

Este martes en el Senado sí habló de las elecciones, presumió de haber quedado por delante del PSOE y escuchó los aplausos de sus senadores al entrar en el hemiciclo. Este miércoles en el Congreso no ha habido ovación, solo ha habido sobriedad y silencio sobre el proceso electoral.

Rajoy ha mantenido un enfrentamiento con el portavoz de Amaiur, Sabino Cuadra, que le ha acusado antes de ser Gobierno “ilegítimo y antidemocrático”, con una “mayoría parlamentaria que ha caducado” y dando un “pucherazo”.

El presidente le ha tratado con desprecio por hacer una intervención “tan burda, antidemocrática e ilegítima” y se ha comprometido a seguir adelante con la aprobación de leyes y reformas como estaba previsto.

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