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Podemos y Ciudadanos examinan su implantación nacional

Frente a las siete sedes de Ciudadanos, PSOE y PP aprovechan las más de 4.000 que tienen en España para luchar por el voto en las municipales

Albert Rivera, junto a la candidata a la alcaldia de Barcelona, Carina Mejías (a su izquierda), e Inés Arrimadas (de rojo), entre otros miembros de Ciudadanos.
Albert Rivera, junto a la candidata a la alcaldia de Barcelona, Carina Mejías (a su izquierda), e Inés Arrimadas (de rojo), entre otros miembros de Ciudadanos.Alberto Estévez (EFE)

Este es un pulso entre partidos virtuales y partidos tradicionales. En las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, donde el conocimiento de los candidatos es una variable clave, se enfrentan dos modelos de partido radicalmente distintos. PP y PSOE aspiran a imponer su inigualable implantación territorial, puesto que superan las 4.000 sedes en toda España. El reto de Podemos (más de 60) y Ciudadanos (siete) es igualar ese músculo con la fuerza invisible de su huella en las redes sociales (593.000 y 166.000 seguidores en Twitter, frente a los 244.000 y 243.000 de PP y PSOE). No es una cuestión menor: ambas formaciones necesitan convencer a los votantes que no residen en las grandes ciudades para pasar de fuerzas bisagra a alternativas de gobierno en las generales de fin de año.

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“En las municipales, las sedes son importantes porque vertebran el territorio. Lejos de ser un simple estandarte, te permiten evitar el espectáculo que están dando Podemos y Ciudadanos, que no conocen nada”, dice Pablo Casado, portavoz de campaña del PP. “Cuando hablan de agrupar ayuntamientos en Ávila, o de acabar con las diputaciones, eso es imposible, es no tener ni idea, no haber pisado una provincia en su vida”, lamenta. “Un partido debe crecer desde abajo, paulatinamente”, dice Casado, crítico con que la implantación de los partidos emergentes en las grandes ciudades no vaya acompañada por un proceso similar en pueblos y ciudades pequeñas, según su criterio. “Por mucho que las redes sociales agilicen el contacto con los afiliados, no sustituyen el funcionamiento de las sedes”, opina. “UPyD, por ejemplo, hizo un esfuerzo enorme [por abrir sus casi 70 centros] que no les ha valido de nada por el liderazgo de Rosa Díez, que es lo que puede pasar con Iglesias y Rivera”.

“Para nosotros lo importante no es la cantidad, sino la calidad del trabajo que hacen muchas de ellas”, explican en el PSOE, que empezó a abrir casas del pueblo hace más de 100 años y hoy cuenta con más de 4300 en España. Esos centros se dedican a actividades políticas, pero no solo a eso: también se usan como bancos de alimento, centros de recogida de material escolar, o de formación, y como lugares de reunión y debate para los vecinos. Hacen partido. Como las sedes del PP, dejan una huella en la vida diaria que luego se premia en las urnas.

Ciudadanos y Podemos, sin embargo, nacieron en las redes. Sin apenas representación institucional hasta ahora (18 diputados autonómicos y dos eurodiputados para la formación de Rivera; 15 y 5 para la de Iglesias), no han disfrutado de las subvenciones consecuentes y el crédito bancario que les permita afrontar una expansión como la que acometieron en las últimas décadas los partidos tradicionales. Tampoco quieren hacerlo.

Lejos de ser un simple estandarte, las sedes te permiten evitar el espectáculo que están dando Podemos y Ciudadanos, que no conocen nada Pablo Casado, portavoz del PP

“La política del siglo XXI no va de tener más o menos sedes para demostrar la fuerza, la ilusión o las ideas. Va de personas. Esa implantación no es necesaria”, asegura Fernando de Páramo, secretario de comunicación de Ciudadanos. “Lo necesario es tener el equipo adecuado”, afirma. “En el siglo XXI, los canales de comunicación han cambiado. Todos, en nuestros trabajos, estamos acostumbrados a entrar en videoconferencias, a los grupos de whatsapp, las redes sociales…”, repasa. “La política que propone Ciudadanos es totalmente distinta a la anquilosada de esas megaestructuras que no son necesarias”, añade De Páramo, cuyo partido cuenta con 350 agrupaciones y grupos locales en toda la geografía española, además de las siete sedes oficiales. “Se puede hacer política con menos infraestructuras y costes. No es una teoría, es un hecho: lo hemos hecho en Andalucía (9 diputados). Los tiempos y formas de organizarse están cambiando”.

El mejor ejemplo es Podemos, que creció de forma espontánea y desordenada desde su fundación, basa su organización territorial en los círculos, centenares de agrupaciones de simpatizantes que en la mayoría de los casos se reúnen en lugares públicos, locales o incluso domicilios particulares, al igual que los consejos ciudadanos de los municipios más reducidos. La formación es incapaz de calcular el número de sedes físicas abiertas en el último año, pero la intensa actividad electoral ha obligado al partido a tener al menos una en cada comunidad y en las principales ciudades.

El 24 de mayo no se celebran solo unas elecciones municipales y autonómicas. También se desvela si entre los electores pesa más el conocimiento local del candidato o la marca del partido al que representa.

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