Sánchez denuncia “el bloqueo político” que Rajoy impone

Una “desagradable sorpresa” se ha llevado este sábado el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, al escuchar un no taxativo al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a cualquier posibilidad de reformar la Constitución. No hay nada nuevo por parte del Gobierno pero quizá ha sorprendido al líder del PSOE la firmeza del mensaje. Esta negativa conduce “al bloqueo político” que, a juicio de Sánchez, es en el que está instalado Rajoy. “La excusa” de que el PSOE no hace un texto articulado no le sirve porque ese “desprecio” al diálogo impide abordar “la crisis institucional que vive España, y no solo por el conflicto con Cataluña”.

En clave electoral sitúa Sánchez el discurso y la actitud del presidente del Gobierno porque “sin leer las propuestas del PSOE” las desprecia. “Tiene más el sombrero de presidente del PP que el del gobierno”, ha opinado el número uno socialista. En un corrillo con periodistas el líder socialista ha lamentado que se zanje el debate sin dar una oportunidad a introducir cambios que pudieran dar respuesta a la crisis “política, institucional y territorial”. Cambios en los que se pudiera encontrar acomodo a las aspiraciones de singularidad que pide una parte importante de la sociedad catalana.

A pocos metros el presidente del Gobierno señalaba que no había demanda alguna en la sociedad por cambiar la Constitución en tanto que Sánchez decía lo contrario. No es que esa reforma sea pedida como un fin en sí mismo, ha aclarado Sánchez, sino que los efectos de los cambios serían bien acogidos. La inclusión de nuevos derechos en la Ley Fundamental y la reordenación del modelo territorial con blindaje tanto para competencias del Estado como de las comunidades autónomas, son algunas de las propuestas que figuran en la decena de folios que Sánchez presentó el pasado jueves en el Congreso. La Mesa del Congreso tendrá que decidir el próximo martes si tramita la petición socialista de crear una subcomisión dentro de la Comisión Constitucional para abrir el diálogo sobre la reforma.

Primero serían expertos quienes darían su opinión. Todo lentamente, sin entrar de golpe en un proceso de reforma. Pero el Gobierno ha dicho no. La vía parlamentaria es la única que aún le queda al PSOE aunque coseche fracasos. En los próximos días abrirá una ronda de conversaciones con los grupos parlamentarios, uno a uno, para ver cuál es su acogida.