Una policía y un atracador muertos tras un tiroteo en un banco de Vigo
Otro agente que logró abatir al ladrón tras recibir dos disparos está herido grave El asaltante es un español con antencedentes que ' actuó solo y trató de huir con una rehén
La sucursal de Abanca en el número 47 de la calle del Doutor Carracido, en el popular barrio de O Calvario, en Vigo estaba a punto de cerrar. Eran las 14.30 y dentro solo había cuatro trabajadores. De pronto irrumpió un hombre cubriendo su rostro con una braga blanca y resguardado por un gorro azul. Esgrimió una pistola del calibre 9 parabellum para reclamar el botín. Cuando tuvo el dinero en sus manos, el atracador eligió a la subdirectora de la sucursal como escudo para emprender la huida. La agarró por el cuello y salió a la calle. Fuera le esperaba un coche patrulla de la policía que acaba de llegar alertado por una trabajadora del banco. De él bajaron cuatro agentes que dieron el alto al delincuente. Este respondió vaciando el cargador, según varios testigos. “Sonaban como petardos, fueron uno o dos minutos de tiroteo, unos 10 o 15 disparos”, cuenta un repartidor de comida a domicilio con el casco de la moto bajo el brazo.
Cuando el repartidor salió del local de hostelería, en la esquina de la misma calle, se dio de bruces con el tiroteo. Vio a un hombre de mediana estatura con la mujer bajo el brazo y el arma en la mano. “Salió a jugársela”, asegura el testigo, que antes de apartarse asustado tuvo tiempo de ver cómo el atracador disparó contra una policía. Luego oyó los petardos. El minuto largo de intercambio de disparos en plena calle. Cuando volvió a asomarse, la agente y el pistolero estaban en el suelo.
Un segundo testigo hace un relato similar. “Subía por la calle de Carracido cuando vi un coche aparcado frente al banco y un chico en la acera de enfrente que bajaba corriendo. Después oí los disparos, como un traca y al fijarme vi a un policía cubriéndose y disparando, escondido. Escuché unos 15 o 20 disparos, me alejé un poco hasta la esquina y cuando volví a asomarme ya vi a un policía tirado en la acera y al atracador en la puerta, también en el suelo.
En la balacera murió el atracador y la policía Vanesa.L.C., de 36 años natural de Pontevedra, tras ser trasladada en ambulancia a un hospital cercano. El subinspector V. J. A. V., de 41 años, que se curtió durante años en el Grupo Especial de Operaciones (GEO), recibió dos disparos en el pecho pero tuvo tiempo de abatir al ladrón, que cayó entre dos coches delante de la acera, a un metro escaso de la sucursal. Este policía sigue grave en un hospital de Vigo con una bala alojada en un pulmón. La rehén, la subdirectora de la sucursal, M.G.R., fue alcanzada por un proyectil en un brazo, pero no se teme por su vida.
Nuestro dolor y el de todos los compañeros por la muerte de una agente en un atraco en Vigo y los deseos de recuperación para el compañero
— Policía Nacional (@policia) November 28, 2014
Fuentes de la investigación han informado a EL PAÍS que el atracador era Enrique Lago Fariñas, El Escayolista, de 50 años de edad, con antecedentes por robos en la década de los 80.
La calle donde se produjo el suceso fue acordonada y comenzaron a apostarse junto al cerco policial decenas de curiosos. El alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, acudió al lugar para mostrar sus condolencias y anunciar que se suspendía el inicio de los festejos navideños, que iban a comenzar hoy. Dejó de guardia al concejal de Seguridad, Carlos Font, que permaneció en el lugar hasta que los últimos vecinos se retiraron.
El delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, y el jefe superior de policía en la comunidad, Eusebio Fraguas, comparecieron cinco horas después en la comisaría viguesa, acompañados de los responsables del cuerpo en la provincia. Villanueva confirmó que los agentes no llevaban puesto chaleco antibalas, pero dijo desconocer si lo tenían a mano en el coche patrulla. Sí confirmó que el asaltante había llegado preparado, con una pistola y munición del calibre 9 parabellum con dos cargadores de reserva.
Los dos policías involucrados en el tiroteo formaban parte de una patrulla ordinaria y se adelantaron solo unos segundos a sus compañeros, lo que resultó fatal. Ni el delegado del Gobierno en Galicia ni el jefe superior de Policía concretaron el número de disparos ni quién abatió finalmente al atracador, de quien no consta que actuase con cómplices. “Sobre estos temas no hay ninguna norma”, respondió Fraguas cuando le preguntaron sobre si es inusual en este tipo de atracos que el delincuente actúe en solitario. “Hoy es un día especialmente duro para el Cuerpo Nacional de Policía”, lamentó el delegado del Gobierno.
La conmoción en la ciudad fue casi inmediata. Por las calles aledañas del barrio pequeños grupos se reunían en las terrazas de los bares para intercambiar informaciones. “En otra ciudad quizás sea más normal, pero en Vigo me extraña”, opinaba el primero de los testigos. “Es horrible”, comentaban los clientes del bar a la vuelta de la esquina, asqueados, que preguntaban insistentemente por el estado de salud del segundo agente abatido, al que Interior llegó a dar por muerto erróneamente en la tarde de ayer. Luego el ministerio rectificó y admitió que recibía de Vigo informaciones contradictorias.Villanueva y Fraguas evitaron extenderse en detalles sobre el caso por respeto a las familias.
Agente, por vocación, de un cuerpo de élite
Vanesa L. C., de 36 años, asesinada ayer, llevaba más de una década en el Cuerpo Nacional de Policía, últimamente como agente en la Unidad de Prevención y Respuesta de la comisaría de Vigo. Natural de Pontevedra y soltera, su novio trabaja en la misma unidad y ayer mismo estaba de servicio aunque no fue movilizado para acudir al atraco de la sucursal bancaria en el barrio de O Calvario. Fueron sus compañeros los que le dieron la noticia.
Quienes compartieron horas de guardias con ella la definen como una profesional “meticulosa” y una compañera “solidaria, siempre dispuesta a echar una mano”. “Formaba parte de una unidad de élite y había estado en otras intervenciones peligrosas; en cierto modo, todas en la unidad lo son”, asegura uno de sus compañeros, roto por el dolor.
“Orgullosa de su profesión” e “ilusionada” sobre su futuro en el cuerpo, todavía el lunes participó en un curso voluntario impartido por el sindicato UFP, al que estaba afiliada, sobre menores extranjeros en situación de desamparo. Una charla teórica a la que acudió “con el mismo interés de siempre”, señala otro funcionario que la acompañó.Su cadáver va a ser velado hoy por los compañeros en la comisaría de Vigo y mañana será trasladado al municipio lucense de Guitiriz, de donde son naturales sus padres y que acogerá el funeral.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.