El PP se enroca: “Hemos hecho todo lo que podíamos” contra la corrupción
Cospedal descarta cambios y acusa de "cobardes anónimos" a los que piden renovación
Ante la presión dentro y fuera del PP para que haya cambios profundos que eviten una catástrofe electoral, la cúpula ha decidido enrocarse, al menos de momento. Ni habrá comparecencia de Mariano Rajoy en el Congreso, ni está previsto cambiar nada a corto o medio plazo en la cúpula del partido. La instrucción de momento es esperar. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, insistió en varias ocasiones este lunes en una rueda de prensa en la misma idea: “El PP ha hecho todo lo que podía hacer” ante los casos de corrupción. “Nosotros no podemos meter a la gente en la cárcel”, se defendió, después de explicar todas las medidas aprobadas por el Ejecutivo contra la corrupción y las que están a punto de ser votadas en el Congreso.
La presión para que el PP dé un vuelco a la situación incluso con un congreso extraordinario se mantiene en sordina, pero Cospedal descartó cambios en la estructura o los nombres clave del partido o convocar un congreso. De hecho, reaccionó a la defensiva, acusando de “cobardes anónimos” a los dirigentes que hablan con los medios de comunicación y reclaman una renovación completa que incluya incluso un cambio generacional.
Mientras ella hablaba de la “actuación contundente” del PP contra la corrupción, en León el partido sufría para intentar organizar una moción de censura para echar al actual presidente, el detenido Marcos Martínez. Y Sonia Castedo, la imputada alcaldesa de Alicante, saludaba al jefe del Estado, el Rey, en una fotografía que el PP no ha logrado evitar porque aún no ha promovido una moción de censura contra ella. Este martes viaja a esta ciudad el propio Rajoy. Algunos dirigentes señalan en privado que el PP debería asumir que es mejor perder el poder en algunas plazas. “¿Qué es más importante, la Diputación de León, la alcaldía de Alicante o La Moncloa?”, se pregunta un diputado fiel a Rajoy.
La mayoría de los consultados creen que el PP está bloqueado. Este lunes, en una reunión en la calle Génova con alcaldes, todos trasladaron una gran preocupación, porque notan la presión de los ciudadanos, la mala imagen del PP y la sospecha generalizada, pero nadie se anima a pedir cambios abiertamente.
El bloqueo se produce porque en el partido se está instalando la idea de que solo una profunda renovación podría frenar la sangría del partido
El bloqueo se produce porque en el partido se está instalando la idea de que solo una profunda renovación, con un congreso extraordinario que dé paso a una nueva generación, podría frenar la sangría del partido. Pero todos los consultados asumen que eso es casi imposible con Rajoy en La Moncloa con mayoría absoluta. Solo sucedería si él lo decide —algo improbable— o después de una debacle electoral. “Ni siquiera el PSOE echó a Felipe González en plena etapa de escándalos, fue la derrota lo que acabó con él. En los partidos grandes los cambios vienen después de las elecciones, no antes”, resume otro dirigente.
Cospedal se concentró en defender al PP y descartar cualquier movimiento, más allá de la sustitución de Esteban González Pons, que ha sido nombrado portavoz del PP en el Parlamento Europeo. Él seguirá en la cúpula, pero a medio plazo alguien ocupará su vicesecretaría de Estudios y Programas.
Pero Cospedal sí mostró la tensión interna con su dura acusación a los que piden cambios. Su discurso recordaba al de 2008, cuando denunció en una entrevista en EL PAÍS que había “cobardes anónimos” que criticaban a la dirección. Este lunes repitió esa idea. “El PP tuvo un congreso en 2008 y se renovó. Y el último en 2012. Nadie me ha pedido cambios, más allá de esos comentarios anónimos que me gustaría que fuesen directos, porque creo que tienen mucho de cobardía. Las cosas hay que decirlas a la cara”, explicó en tono airado. En el PP nadie suele hablar en público porque hacerlo supone habitualmente perder el favor del líder y ser apartado.
La secretaria general pidió un pacto para evitar la llegada de los “populismos”, en referencia a Podemos. “La recuperación económica no se puede poner en riesgo por la corrupción, no la podemos parar. España no puede ser pasto del populismo”.
Rajoy no quiere comparecer en el Congreso con el argumento de que es el PP, y no el Gobierno, quien debe explicar los escándalos que le afectan, pero Cospedal no aclaró nada sobre los 1,7 millones de las obras de la sede pagadas en B, según un auto del juez Ruz, o la investigación sobre la posible financiación ilegal de su propia campaña electoral.
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