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Melilla refuerza su frontera tras el salto de 500 inmigrantes

Un centenar de policías y 180 guardias civiles han sido desplazados a la ciudad

Ana Carbajosa
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, durante la visita del miércoles al paso fronterizo de Melilla.
El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, durante la visita del miércoles al paso fronterizo de Melilla. EFE

El salto de cerca de medio centenar de subsaharianos este miércoles ha provocado el refuerzo de las medidas de seguridad en torno a la valla y el centro de inmigrantes de Melilla (CETI). El envío de agentes de seguridad de la Península, la salida de algunos ocupantes del CETI y la aplicación de elementos físicos adicionales a la valla son las tres principales medidas que ha anunciado el delegado del Gobierno en la ciudad, Abdelmalik El Barkani.

A lo largo del día, se ha podido apreciar la magnitud del despliegue. Durante la madrugada, en torno a las seis de la mañana, los helicópteros de la Guardia Civil iluminaban la frontera anunciando un posible intento de salto. Junto a la valla, numerosos vehículos policiales y agentes pertrechados con equipo antidisturbios se agolpaban cerca del cruce de Barrio Chino, el lugar elegido por los inmigrantes el miércoles para saltar el conjunto de vallas que tratan de impedir la entrada al territorio español. El salto no llegó a producirse.

Horas más tarde, pasado el mediodía y a la entrada del CETI, el centro al que llevan a los inmigrantes que llegan por la valla, en patera o con pasaportes falsos, un altercado entre aspirantes a refugiados sirios provocó la llegada de numerosos efectivos policiales, pertrechados con equipos antidisturbios. Los agentes lograron restaurar la calma y evacuar sano y salvo al ciudadano sirio que incendió el CETI con unas supuestas acusaciones a la falta de unidad de la comunidad siria y cuya seguridad peligró por unos minutos. Ambos incidentes dan una idea de la presencia policial y la tensión que se acumula en la frontera de Melilla.

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Unas 2.200 personas malviven en el CETI y en tiendas de campaña militares instaladas en los alrededores del recinto. Esta ocupación es casi cinco veces mayor de la considerada óptima para el centro. El jueves de la semana pasada, dos aviones con decenas de inmigrantes a bordo salieron de Melilla rumbo a la Península. El miércoles pasado hicieron lo propio otros 150 inmigrantes, cuyo destino final es la Península o bien la deportación a sus países de origen. “A lo largo de esta semana se van a producir más traslados”, anunció El Barkani.

Estas salidas, junto a otra más prevista para la noche en barco, forman parte de la campaña para reducir el hacinamiento en el CETI. En la comisaría, decenas de inmigrantes hacían cola para hacer los primeros trámites migratorios y del hospital de la ciudad salían algunos de los heridos en el salto y que poco después merodeaban con los miembros vendados por las inmediaciones del CETI.

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En total, cien agentes de las Unidades de Intervención Policial (UIP) han sido enviados por el Ministerio del Interior. Se añaden a los 180 guardias civiles desplazados a Melilla.

El Barkani explicó además a los periodistas que se acelerará el llamado “método antiintrusión”, —más conocido como malla antitrepa—, que dificulta a los inmigrantes el ascenso y que debería estar lista en las próximas “dos o tres semanas” en los lugares en los que todavía no se ha colocado.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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