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IU y UPyD confirman su subida y se postulan como bisagras para 2015

La formación de Lara, entre la euforia y el desconcierto por la irrupción de Podemos El partido de Rosa Díez crece hasta el 6,5%, pero pierde la posición de cuarta fuerza nacional

Izquierda Unida, la tercera fuerza política española, y Unión Progreso y Democracia, que era hasta ahora la cuarta, recogieron este domingo el fruto que llevaban años esperando: el ascenso de ambas en unas elecciones en las que los dos principales partidos, PP y PSOE, se desploman. El ansiado arañazo al bipartidismo. Pero esa cara del triunfo tuvo una gran cruz: la irrupción en tromba de otro partido minoritario, mucho más pequeño que ambos y recién creado, que se lleva buena parte del voto descontento: Podemos. La vía de agua es especialmente significativa para IU, porque el nacimiento de Podemos se ha producido entre lo que un día fue electorado natural de la tercera fuerza política: el entorno del 15-M y otros movimientos sociales surgidos con la crisis. Aparentemente, Podemos le roba más votos al PSOE que a IU —el PSOE baja, IU sube—, pero supone una llamada de atención muy clara para toda la izquierda. Y desplaza de cuarta a quinta fuerza a UPyD.

La formación capitaneada por Cayo Lara obtiene seis escaños al Parlamento Europeo, triplicando los dos que tenía, y gana cerca de un millón de votos respecto a las europeas de hace cinco años, hasta alcanzar 1,5 millones de papeletas (100.000 menos que en las generales de 2011 pero en las europeas la participación siempre es menor). Roza el 10% de los votos y confirma su posición de tercera fuerza a escala nacional, aunque es sobrepasado por Podemos o UPyD en algunos lugares, como Madrid. En porcentaje, este resultado de IU es el mejor desde las generales de 1996, cuando Julio Anguita logró el 10,5% del apoyo ciudadano. En las pasadas generales de 2011, la primera cita electoral en la que IU subía tras 15 años de caída en picado, se quedó en el 6,9%.

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Unión Progreso y Democracia (UPyD) sube menos en porcentaje (del 2,8% de 2009 pasa al 6,5%) y en número de votos (de 450.000 pasa a un millón), pero cuadruplica el número de escaños: Francisco Sosa Wagner, único eurodiputado hasta ahora, estará acompañado en la próxima legislatura por Maite Pagazaurtundua y dos parlamentarios más. En las generales de 2011, UPyD había obtenido el 4,7% de los votos.

La subida de IU y UPyD se produce en las elecciones más favorables para estas formaciones, las europeas, porque son las únicas en las que —al haber circunscripción única— todos sus votos cuentan. En las municipales, autonómicas y generales miles de votos de IU y de UPyD se pierden, sin traducirse en escaños. El ascenso ha llegado, además, en el momento más proclive a la difusión del mensaje de ambos: al de IU —tras seis años de crisis capitalista, con el Estado del bienestar amenazado y con la socialdemocracia, el eterno rival de IU, en horas muy bajas— y al de UPyD —concentrada en la denuncia del bipartidismo y en la lucha contra el desafío independentista catalán—.

Esas son las buenas noticias para ambas formaciones: tendrán más peso en el Parlamento Europeo y aprovechan parte del enfado ciudadano con los partidos grandes. Se refuerzan de cara a las municipales, autonómicas y generales de 2015.

Las malas noticias han sido más desconcertantes: un partido con apenas tres meses de vida, Podemos, ha robado buena parte del protagonismo, en ese desafío al bipartidismo, a las dos fuerzas que habían sostenido la pelea durante los últimos años. Hasta ahora, el combate de IU en cada cita electoral había sido contra el “voto útil” al PSOE, el hermano mayor: a partir de ahora la batalla podría ser contra un hermano menor: Podemos, que roza el 8% de los votos. Y UPyD, que era cuarta fuerza política nacional y aspiraba a reemplazar a IU en el tercer puesto, cae a la quinta posición por esa irrupción de un partido inesperado.

Ese giro es especialmente importante por el carácter de trampolín para las municipales, autonómicas y generales que IU y UPyD habían dado a estos comicios europeos. Ambos aspiraban a ser la bisagra para la formación de gobiernos en provincias y comunidades —y, en última instancia, en el Gobierno central— el año próximo. Se colocan en esa posición en muchos territorios, pero Podemos les pisa los talones para jugar ese papel en otros muchos. El caso de Madrid, por ejemplo, es significativo: IU cae a la quinta fuerza, UPyD se queda en la cuarta. A ambos los sobrepasa Podemos.

Willy Meyer, cabeza de lista de IU, se declaró anoche “muy satisfecho” con el resultado porque, dijo, el principal objetivo era la “derrota del bipartidismo” y “se ha cumplido”. “El PP y el PSOE han perdido de forma estrepitosa estas elecciones”, afirmó.

También exultante se mostraron la portavoz de UPyD, Rosa Díez, y todo su equipo tras conocer los resultados. Díez subrayó el crecimiento de su fuerza política frente a las generales de 2011 (de 4,7% pasa a 6,5%) y auguró que UPyD, que fue creado en 2007, será determinante en un futuro próximo. “Este partido va a representar mucho para el conjunto de España dentro de muy poquito tiempo”, afirmó. “Es una noche victoriosa para las ideas de progreso, de limpieza y regeneración democrática, de defensa de una Europa social y también de una España unida y fuerte”.

IU y UPyD se pasaron media campaña agitando el fantasma de la gran coalición PP-PSOE y llamando al voto para desbaratar el trono bipartidista. Dirigentes de IU compararon a los dos grandes partidos con el Titanic naufragado. Los candidatos de UPyD llamaron igualmente a optar por una fuerza con poder de cuña que castigase a “los corruptos”. Las direcciones de ambos partidos dieron este domingo por cumplido ese objetivo.

A partir de ahora analizarán el otro frente que se les ha abierto: la competencia de partidos que claman, como ellos, por hacerse con el hueco abierto por el desplome bipartidista.

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