Matas quiere cambiar la pena de cárcel por trabajo en beneficio de la comunidad

Jaume Matas quiere “compensar” ahora a Baleares “de una forma u otra” por “los efectos causados por el delito” de tráfico de influencias por el que fue condenado a nueve meses y un día de cárcel en 2013. El expresidente de Baleares y exministro, Jaume Matas (PP), ha solicitado al Gobierno la conmutación de su pena privativa de libertad “por otra de diferente naturaleza” de “trabajo en beneficio de la comunidad, directamente vinculada si se quiere al hecho cometido”.

Jaume Matas fue condenado por los contratos con su redactor de discursos en el Gobierno balear, Antonio Alemany que era columnista de El Mundo, penado a su vez con 2 años y tres meses. El expresidente tramitó una petición de indulto que han informado negativamente la Fiscalía y el Tribunal Supremo.

En su expediente, desde el 22 de abril, tras conocerse estos rechazos y la intención del Ministro de Justicia de no indultar a corruptos, contra esta expresa “solicitud de indulto conmutando la pena”. Matas especifica que quiere la “concesión de un indulto no parcial, sino que conmute la pena impuesta por otra menos grave”.

El reo por corrupción observa que “no ha detraído dinero público” y que este delito de tráfico de influencias “no puede comprenderse en la denominada corrupción”; es un delito contra la Administración Pública.

Matas carga con dos condenas, ésta del escritor de discursos y otra por cohecho de 9.000 euros de multa y el retorno de los 42.111 euros de la dádiva que cobró su mujer, Maite Areal, por un trabajo ficticio. Tiene otros juicios pendientes ligados al caso Palma Arena y se sentará en el banquillo con Iñaki Urdangarin en el juicio del caso Nóos, con una posible petición de pena de más de cinco años por la Fiscalía Anticorrupción.

El ex político, al solicitar la gracia al Gobierno reseñó, de entrada, “la escasa gravedad del delito” y señaló los “efectos desocializadores” de entrar en la cárcel separándose del entorno familiar, afectivo, profesional y laboral.

En su pugna para no tener entrar en la cárcel primero pidió sin éxito a la Audiencia de Palma –tribunal sentenciador- abonar una multa para esquivar la orden de ingreso en prisión. Un “grave delito no queda penalmente satisfecho con el abono de una ridícula y exigua multa”, replicó la Audiencia. De inmediato presentó la petición de indulto y el tribunal, con el apoyo del fiscal suspendió el ingreso en la cárcel mientras el Gobierno no decidiera sobre la gracia.

Las magistradas de la Audiencia vieron en su caso un ejemplo penal “de gravedad palmaria” porque el presidente usó su cargo “con menoscabo del interés público y colectivo” . Al pronunciarse a favor del cumplimiento carcelario, la Audiencia subrayó que el ex líder balear del PP “no ha mostrado interés en reparar o rehabilitar” el daño causado. Es “inasumible” socialmente que “el titular de uno de los poderes del Estado cometa un delito de tráfico de influencias”.

El Tribunal Supremo ya informó contra la petición de indulto al no concurrir las causas de equidad y justicia, con parecidas tesis y argumentos que formuló la fiscalía. La concesión de privilegios a reos corrupción genera la censura social. Se reseñó “la proporcionalidad entre la pena impuesta y los hechos por los que ha sido condenado y ante la ausencia de razones de equidad o justicia”.

La Audiencia de Palma cree que Matas es autor de “un atentado frontal contra el Estado de derecho” y subrayó que Matas no se ha arrepentido. Es expresidente autonómico y ministro con José María Aznar, “ha sido incapaz de satisfacer a la opinión pública reconociendo que cometió el delito y que está arrepentido para reparar el grave perjuicio social”.