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¿Janet `Paloma´ Yellen?

Cada vez se hace más evidente que si la Reserva Federal ha decidido aparcar de momento la desaceleración de su programa de estímulos monetarios (compras de bonos del Tesoro por valor de 85.000 millones de dólares que sostienen la subida de cotizaciones en la Bolsa de Nueva York y en las de casi todo el mundo desarrollado) es por los riesgos que se perfilaban en el Congreso norteamericano sobre el techo de gasto y el riesgo de default (impago de la deuda). Si la Reserva Federal iniciaba, como estaba previsto, la reducción de compras, en el contexto de caos político, EE.UU volvía cinco años después a septiembre de 2008, con la caída de Lehman Brothers, solo que esta vez con una amenaza muchísimo más grave. Lo primero, pues, era que la Fed no innovase.

El presidente de EE.UU, Barack Obama, ha aceptado nombrar a Janet Yellen para sustituir a Ben Bernanke en la presidencia del banco central norteamericano, la Reserva Federal. El presidente quería a su ex secretario del Tesoro, Larry Summers, para el puesto, pero su grupo parlamentario boicoteó dicha iniciativa.

Al anunciar la designación, Obama se presentó el martes 9 en la Casa Blanca flanqueado por el presidente saliente, Ben Bernanke, y por Janet Yellen, que durante los últimos tres años ha ocupado el puesto de vicepresidenta.

En defensa de la trayectoria de la que va a ser la primera mujer a la cabeza de la Fed, recordó Obama que fue ella, situada de pie a su derecha, quien alertó sobre el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.

Yellen ha estado en la Reserva Federal alrededor de doce años, alternando su actividad en el banco central con la presidencia del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, primero con Bill Clinton y más tarde con Barack Obama. Ha tenido voto durante ese periodo en el organismo que toma las decisiones: el llamado FOMC o Comité Federal de Mercado Abierto, que decide sobre la compra de bonos del Tesoro de Estados Unidos.

A la izquierda del presidente de EE.UU, Bernanke, el hombre que junto con Greenspan ignoró la burbuja inmobiliaria, permanecía impertérrito el pasado martes. 

Ella, es verdad, vio la gestación de una burbuja que Alan Greenspan, El maestro, y Ben Bernankenegaron. No se puede pinchar preventivamente una burbuja. Eso explicaban.

La explosión llegó y desencadenó la Gran Recesión.

Janet Yellen vio venir la burbuja en 2005 y, más tarde, ya en 2007 advirtió sobre la recesión, cuando todos sus colegas, o la mayoría de ellos, no veían más que un aterrizaje suave de la economía norteamericana.

Las actas de la Fed lo certifican.

El economista David Rosenberg, a quien sus colegas llaman un permabear (oso permanente en fraseología de Wall Street), por ser negativo sobre la evolución de la economía y de los mercados, advirtió como pocos sobre la burbuja y sus consecuencias, ha hecho un resumen de las principales intervenciones de la que va a ser First Lady, de la Fed en las reuniones del Comité de Mercado Abierto.

El 20-21 de marzo de 2007, en la reunión, presidida por Ben Bernanke, Yellen recuerda la discusión sobre la burbuja.

"Como hemos debatido en detalle hace dos años [bajo la presidencia de Alan Greenspan y cuando Bernanke era miembro del consejo de gobernadores] una burbuja de precio de los activos conduce inevitablemente a desequilibrios insostenibles en la economía y a la asignación incorrecta de recursos. La extraordinaria subida en los precios de la vivienda durante los últimos años provocó un boom en el sector de la construcción y en las ventas que no podía durar", dice, según consta en el acta de dicha reunión.

"Hasta ahora los ajustes hacia niveles más sostenibles en el inicio de construcción de viviendas y ventas han sido relativamente ordenados. No obstante, hay una amenaza de financiación precaria desarrollada durante la relajacion en las exigencias para conceder credito hipotecario que debe ser eliminada. Por ejemplo, en 2005 y 2006 algo así como el 40% de los compradores de primera vivienda no pusieron dinero alguno al adquirirlas. El mercado está comenzando a reconocer el tamaño de esta amenaza y, con el reciente deterioro en el comportamiento de las hipotecas subprime, está revisando el riesgo hipotecario. En adelante, tendremos que vigilar estrechamente los aumentos en la compensación del riesgo hipotecario y la restricción de las exigencias para dar crédito. Estos cambios, especialmente si se desarrollan demasiado rápido o van muy lejos, pueden amplificar la caída del sector de la vivienda tal como se ha reconocido, hundiendo los precios y la actividad, y con efectos de segunda ronda sobre el gasto de consumo, pueden revelarse un obstáculo sustancial sobre la economía".

Dejemos las actas y a Rosenberg. Vayamos a lo que decía Bernanke en el Congreso norteamericano.

En esas mismas fechas, precisamente, el 28 de marzo de 2007, el presidente de la Reserva Federal describe los problemas en el mercado inmobiliario. Pero está confiado.

"Sin embargo, en este momento, el impacto de los problemas de los mercados subprime en la economía y los mercados financieros parece que será probablemente contenido".

Todo esto, ¿no recuerda a España?

¿No era que nadie lo había visto venir? ¿No será más cierto que muchos se negaron a reconocer la realidad?

Lo que va a decir Janet Yellen tres meses después es más contundente.

Frente al mensaje de Bernanke de que el problema está "contenido", en la reunión del 27 y 28 de junio de 2007 ella insiste.

"En términos de riesgo para la perspectiva de crecimiento, todavía siento la presencia de un gorila de 600 libras en la habitación [272,16 kilos], y éste es el sector de la vivienda. El riesgo de un deterioro significativo todavía mayor en el mercado de la vivienda con precios cayendo e impago de hipotecas creciendo mucho más, me crea una fuerte angustia..."

Bernanke sostiene el 18 y 19 de julio de 2007, ante el Comité de Banca del Senado, que "han salido a la luz las pérdidas en los créditos asociados con el mercado subprime y son bastante significativas". Añade: "Ciertas estimaciones son del orden de entre 50.000 millones y 100.000 millones".

En la reunión del 7 de agosto de 2007, Janet Yellen sigue erre que erre.

"El sector de la vivienda obviamente sigue siendo muy preocupante. Parecemos sorprendernos repetidamente por la profundidad y duración del deterioro de estos mercados; y las consecuencias financieras de los acontecimientos en los mercados subprime, que yo percibo extendiéndose ahora más allá de dicho sector, es una fuente de angustia apreciable".

Prosigue: "Por supuesto, las condiciones financieras se han deteriorado en los mercados bastante más allá de aquellos conectados con los instrumentos subprime e incluso la propiedad residencial en general. Parece que los participantes están cuestionando los productos estructurados de crédito en general, las calificaciones de riesgo de las agencias de rating, y hasta qué punto existe diligencia debida por parte de los originadores que hacen paquetes y venden créditos pero que no mantienen ya una parte importante de dichos préstamos en sus propios balances".

Añade: "El Libro Verde [el informe económico financiero que la Reserva Federal distribuye antes de cada reunión del Comité de Mercado Abierto] ha alertado hace mucho, y hemos estado preocupados desde hace bastante sobre ello, las posibilidades y potenciales consecuencias de un cambio más amplio en la percepción del riesgo. Con primas de riesgo tan bajas en términos históricos, no sería sorprendente que aumenten [las percepciones de riesgo], haciendo más restrictivas las condiciones financieras para cualquier política monetaria. Mientras es posible que los mercados financieros se estabilicen o incluso reviertan su curso en los días y semanas por delante, en mi pantalla de radar veo mucho más la posibilidad de que los mercados financieros se desplacen ahora hacia una senda más típica de reapreciación del riesgo. Si esta senda continúa y posiblemente se intensifica, tendrá muy importantes implicancias para [nuestra] política [monetaria].

En octubre de 2007, Bernanke asegura en que los bancos norteamericanos son sanos y expresa sus dudas de que el mercado de la vivienda pueda desestabilizar el sistema bancario.

Yellen señala en la reunión del 11 de diciembre de 2007:

"Mi previsión en abstracto vaticina que la economía intenta difícilmente evitar la recesión, con el crecimiento de cero durante este trimestre y alrededor del 1% el próximo. Espero que el crecimiento se sitúe por debajo del potencial durante el año, lo que provocaria que la tasa de desempleo se eleve al 5%, en línea con el Libro Verde. Esta previsión asume una reducción de 50 puntos básicos [0,5%] en el tipo de interés de los fondos federales [la tasa con vencimiento a un día a la que se prestan los bancos entre sí las reservas que mantienen en el banco central], situándose el tipo real de los fondos cerca del centro de la franja de estimaciones de la tasa neutral en el Libro Azul [Informe de los servicios de la Fed sobre alternativas de política monetaria antes de cada cónclave]."

Y arriesga: "Debería hacer hincapié en que no tengo mucha confianza en esta previsión y, en particular, temo que estamos en peligro de deslizarnos hacia una credit crunch [reducción generalizada de la disponibilidad de préstamos o un repentino endurecimiento de las condiciones para conseguirlos en las entidades financieras]. Dicho desenlace es ilustrado por la alternativa de simulación en el Libro Verde. Aunque no preveo condiciones en el sector bancario tan sombrias como durante el credit crunch en los primeros años de 1990, el paralelismo de estos acontecimientos son llamativos. Entonces tuvimos un gran número de quiebras de bancos durante la contracción del sector de las cajas de ahorros [cayeron unas 747 entidades sobre un total de 3.200]. En la situación actual, la mayoría de los bancos están en bastante buena situación. En cambio, es el sistema bancario en la sombra, esto es, el segmento de mercados en los que activos titulizados son financiados por la emisión de papel comercial [pagarés negociables emitidos por las empresas], es decir, allí donde las quiebras han tenido lugar. Este sector está prácticamente cerrado...".

El momento, diciembre de 2007, en el que Yellen habla de la recesión es muy importante y realza su capacidad de análisis macroeconómico "en abstracto", como ella misma apunta en su intervención.

Anotemos que el National Bureau of Economic Research (NBER), el organismo privado encargado de certificar el momento en que la economía norteamericana entra y sale de una recesión, afirma el 28 de noviembre de 2008, casi un año más tarde, que la fecha de entrada de EE.UU en recesión es... ¡diciembre de 2007! "La expansión ha durado 73 meses a partir de noviembre de 2001", dice el comunicado.

En su libro In Fed we Trust (En la Fed confiamos, sin traducción al español), el columnista del periódico The Wall Street Journal, David Wessel, levanta acta notarial de la continua infravaloración que hacen Bernanke y la Reserva Federal, tanto de la amplitud de la crisis como de sus consecuencias.

Del negacionismo pasamos a la desesperación y el pánico.

En septiembre de 2008, el Gobierno de George W. Bush decide, a sugerencia del secretario del Tesoro, Hank Paulson, con el apoyo de Ben Bernanke en la Reserva Federal, dar el escarmiento. Deja caer al banco Lehman Brothers, y da lugar a las sus terribles consecuencias: la gran crisis financiera y la recesión posterior.  

La profecía de Yellen sobre el credit crunch se hace realidad. Las arterias del mercado interbancario internacional se congelan. 

De los 100.000 millones de dólares como "tope" que daba Bernanke en julio de 2007 las pérdidas provocadas se extienden, como vaticinaba Yellen, a otros préstamos, elevando las pérdidas a alrededor de 4 billones de dólares. 

   Estas "vidas paralelas" entre Bernanke y Yellen, ¿sugieren que la próxima presidenta de lae Rserva Federal será todavía más paloma, como identifican los mercados, o más keynesiana, como advierte The Wall Street Journal, en la compra de bonos públicos o estímulo monetario?

No necesariamente.

Si bien Yellen subraya el mandato de la Fed para velar por el pleno empleo, además de la inflación, derivar su carácter de "paloma" no parece convicente.

David Rosenberg sugiere que la economista norteamericana no es tan "blanda" o "paloma" como se asegura, o keynesiana como se teme en sus páginas editoriales el diario The Wall Street Journal.

"Mire su foja de antecedentes en las votaciones en el FOMC. Votó no menos de siete veces a favor de subir los tipos de interés y solo apoyó recortes de tipos dos veces en doce año, mientras que Bernanke respaldo reducción de tipos doce veces y nueve veces se manifestó por subidas", explica en un informe a sus clientes. "Ya en 1995, en julio, cuando se hablaba de un aterrizaje suave, ella votó contra la rebaja de los tipos que proponía Alan Greenspan".

Por tanto, hay que ver. Y esperar a que pase el espectáculo en el Congreso norteamericano.

 La política monetaria (compras de bonos del Tesoro por 85.000 milones de dólares mensuales) no puede hacer el trabajo en este tipo de crisis (recesiones de balance o recesiones que suceden al estallido de una burbuja de endeudamiento privado) que, por su eficacia, debería cumplir la política fiscal. Por otra parte, el déficit fiscal de EE.UU ya se ha reducido notablemente.

Tocará probablemente a Janet Yellen al frente de la Fed hacer la transición entre la disminución de los estímulos monetarios y un mayor protagonismo de la política fiscal.

Es la única forma de evitar que la recuperación de la economía norteamericana se agote y vuelva a la recesión.

Comentarios

Entonces queda claro que esta 'crisis' SI la estaban viendo venir, con lo que podemos decir que es una crisis prefabricada. ¿Y para qué?, ya lo dicen ellos mismos "Todas las crisis crean nuevas oportunidades", ¿para quien?, para los oportunistas, el dinero ni se crea ni se destruye solo cambia de manos y no hay mas que ver en que manos está: en las de los que 'no vieron' venir la crisis.Benditos sean, (que lo serán por los que bendicen todo lo bueno).
Después de la segunda guerra mundial, el mundo entero ya fue otro muy distinto, y la economía en general, o los llamados mercados.Pero la lentitud del andar de entonces, daba tiempo a recomponerse a quienes desde unas economías de andar por casa, se tenían que mantener a flote, sin molestar a ningún gigante de las finanzas.Hoy vamos rápido, y el mapa es distinto.Por eso los regates atrevidos de otros tiempos, ahora no marcan goles por la escuadra.Sino que por un poco más o un poco de menos acierto, con la velocidad, se nos rebota el balón entre los pies y no es solo que nos quedamos sin goles.Es que nos pitan en contra una falta, o un libre directo que nos deja temblando.Acudiendo todo el mundo a poner la barrera, si el árbitro lo consiente.
Claro que la veían venir, todos los que a ese nivel gozaban de información. De lo que se trataba era de si se podía, dado el beneficio que dejaba la ocasión, de si se podía aguantar más o menos y del tamaño de precipicio que provocaría. Empujados por el dinero que acumulaban –ejecutivos den la Banca Financiera de EEUU, con ingresos de 200.000.000 $ anuales, no hablemos de los inversores- no tenían ni la mas mínimas ganas de evitar el riesgo: en último caso lo peor no seria para ellos, como se demuestra.Como ahora se tapa la inoperante incapacidad del gobierno y de la línea económica de en nuestra particular situación para cambiar el paro y el crecimiento de la pobreza, con presentaciones falaces de la mejora de los indicadores económicos, que no le servirán de nada a los que en 2018 sigan en ese 25% de paro previsto para entonces; en aquel momento se hablaba de aterrizajes suaves y de datos que no auguraban tamaño desastre, en el intento de almacenar, hasta el momento antes de lo inevitable, cuanto más mejor.Lo sabían todos, empezando por Alan Greenspan, que avisado por repetidos técnicos prefería silenciarlo en apoyo de la situación deseada por la oligarquía dominante. En el dilema del prisionero, tenían que elegir entre el desastre que se podía crear y renunciar al beneficio frente a lo que harían el resto de los congéneres-del-saqueo. Como si no hubiésemos aprendido, estos tipos que sabiendo el riesgo corrido prefirieron crear una deuda del calibre de la presente, -un abismo de la magnitud del mostrado-, son los que están indicando la forma en la que debemos vadearlo. No se trata de un error, ni de que no supieran el riesgo; su estructura no les permitía querer saber de él como no les interesa, ahora, querer saber de otras salidas que no sean las de sostener, por encima de todo y de todos, las ventajas que la ocasión les ofrece.
Esta mujer, al menos, ha visto reconocida su valía, aquí en España también silenciaban a algunos, que hoy observan admirados y dolidos que tenían razón y en silencio.....

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