Los críticos culpan al caso de los ERE del retroceso en Andalucía
Guerra abierta en el congreso del PSOE de Andalucía Se enfrentan los seguidores de Chacón y Rubalcaba
Cada vez que la derecha ha gobernado en España, Andalucía, en manos del PSOE, se ha convertido en una especie de muro de contención. Ocurrió durante los ocho años de Gobierno de José María Aznar y ocurre ahora, con un Ejecutivo de coalición de PSOE e IU, cuando el PP de Mariano Rajoy apenas lleva seis meses de mandato. José Antonio Griñán convocó ayer a los socialistas andaluces a combatir el “estraperlo” ideológico que, según él, promociona el PP al abanderar la privatización de la sanidad y de la educación.
Lo dijo en Almería durante la apertura del XII congreso regional del PSOE andaluz, en el que será elegido de nuevo secretario general después de su inesperada continuidad en la Junta al coligarse con IU tras las elecciones autonómicas del 25 de marzo. Griñán alertó a los suyos de que con la excusa de la crisis, “hay un riesgo cierto” de que renazca un “centralismo insolidario que se propone volver a los privilegios y las desigualdades entre los españoles”. “No os hablo de fantasmas ni de fantasías, sino de un riesgo que cada vez estoy viendo más cerca y cada vez hay más riesgo de que se produzca”, dijo. Frente a ello, Andalucía será “un escudo” y “una factoría de alternativas políticas de España”. El socialista sostuvo que ser leal con España en momentos de crisis es también denunciar la privatización de la sanidad, la amnistía fiscal o los recortes en educación.
El congreso está siendo menos pacífico de lo que está acostumbrado el PSOE andaluz. La guerra abierta en esta federación entre los sectores que se enfrentaron en el congreso federal entre los partidarios de Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón, que escuchó en primera fila el informe de gestión de Griñán, aún permanece.
Por primera vez desde 1994, cuatro provincias acuden con sus delegaciones divididas y los críticos hicieron oír su voz durante el debate celebrado a puerta cerrada. Estos coordinaron sus intervenciones, reclamaron mayor integración en la ejecutiva que hará Griñán a partir de esta noche y lanzaron duras críticas por la derrota electoral de los socialistas como la de que no solo había sido la crisis la responsable de la pérdida de apoyo electoral del PSOE sino también el caso de corrupción de los ERE en la Junta de Andalucía.
A estos críticos les unió su apoyo a Rubalcaba en el congreso regional, pero Rubalcaba no está ni delante, ni detrás ni a un lado de este grupo. El secretario general ha pasado página y le entran sarpullidos cuando lee u oye hablar de rubalcabistas. Lo dejó bien claro la vicesecretaria general, Elena Valenciano, que apeló a la necesidad de que el PSOE andaluz se mantuviera cohesionado y unido ante un momento de extrema dificultad económica y social. “Son tiempos de volver a arremangarse, tiempos difíciles”, resaltó la número dos de Rubalcaba. “El PSOE no es una montaña rusa, sino una noria, algunos están arriba y suben y vuelven a bajar. Esa noria nunca se debe detener”, señaló.
Griñán no tiene previsto integrar a los críticos en su nueva dirección y hará una ejecutiva de dirigentes que “le defendieron en los momentos difíciles”. El margen de este grupo es muy limitado y apenas si llega al 30%, ya que la agrupación de Jaén, que preside Gaspar Zarrías, no está jugando a ser un contrapeso, al menos a corto plazo.
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