Xaime Isla Couto, impulsor del galleguismo cultural

Xaime Isla Couto (1915), el intelectual que tuvo la idea de convertir los restos del Partido Galeguista en una empresa cultural, Editorial Galaxia, falleció ayer en Vigo, según informaron a mediodía fuentes de la editora, de la que era presidente de honor. Isla Couto, que nació en Santiago hace 97 años, constituyó durante muchos años el referente de la corriente católica del galleguismo, de considerable influencia antes de la Guerra Civil y que se diluyó considerablemente en tiempos del nacionalcatolicismo franquista.

En realidad, Xaime Isla Couto participó en la fundación de la mayoría de los movimientos e instituciones que en la primera mitad del siglo pasado pretendieron construir a Galicia como nación. Nacido en una familia humilde, que cuando él era pequeño se trasladó a Vigo, perteneció a varios movimientos juveniles de tinte nacionalista, como Ultreya, y posteriormente participó en la Federación de Mocedades Galeguistas, en el Seminario de Estudos Galegos y en el Partido Galeguista de Alfonso Castelao. En la posguerra, con su amigo y correligionario Francisco Fernández del Riego, fundó en 1949 el suplemento literario del periódico compostelano La Noche, que aglutinaba al escaso movimiento cultural de la posguerra y que tuvo como colaboradores, entre otros muchos, a Álvaro Cunqueiro o Domingo García Sabell. Un año después decidieron crear Editorial Galaxia y, a iniciativa de Isla Couto, hacerlo como una sociedad mercantil, con una peculiaridad: el Consejo de Administración de la empresa reproducía la dirección del destruido Partido Galeguista, con su figura más relevante, Ramón Otero Pedrayo, como presidente y él como consejero delegado, según describió Ramón Piñeiro, factótum político de la Transición en Galicia. También participó en el nacimiento de las Fundaciones Penzol, el mayor archivo existente sobre la cultura gallega, y Otero Pedrayo, que administra la herencia literaria del patriarca de las letras gallegas.

Isla Couto, que había estudiado Magisterio y Comercio y que, depurado al final de la guerra, no pudo ejercer como maestro durante el franquismo, trabajó durante años como abogado y promovió desde Galaxia trabajos de sociología, economía y organización local, partiendo siempre de un enfoque humanista y social. Fundó también la Revista de Economía de Galicia y participó en los movimientos de galleguización de la liturgia que surgieron al hilo del Concilio Vaticano II, para lo que creó, en 1966, la Editorial Sept. En la Transición democrática formó parte del Partido Popular Galego, la formación nacionalista afín a la democracia cristiana, que seguía la teoría de Ramón Piñeiro de que el galleguismo debía de estar presente en todo el abanico ideológico, más que centrarse en la reconstrucción del antiguo partido galleguista. En 1999 ingresó en la Real Academia Galega, y ese mismo año la Universidad de Vigo le distinguió con un doctorado honoris causa.