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Negociación sin familias ni mesa camilla

Pilar Sánchez Acera no exigió una representación en la Ejecutiva acorde al 41% de sus votos Tampoco el secretario general se la hubiera dado

Pilar Sánchez Acera y Tomás Gómez tras conocerse la victoria del secretario general.
Pilar Sánchez Acera y Tomás Gómez tras conocerse la victoria del secretario general.CRISTÓBAL MANUEL

El reparto de poder que siguió al quinto plebiscito que Tomás Gómez afrontó y superó en sus cinco años de secretario general no giró en torno a porcentajes ni familias. No hubo mesa camilla. Las pactos a cara de perro en la que durante años se fundamentaron las negociaciones fratricidas entre leguinistas, acostistas, renovadores por la base y los demás clanes y subclanes en que una y otra vez se ha fracturado el PSM quedaron desterrados. Borrón y cuenta nueva. Fue un antes y un después en el que la candidatura de Pilar Sánchez Acera no exigió una representación en la Ejecutiva regional acorde al 41% de votos cosechados. Tampoco el secretario general se la hubiera dado.

“Hemos demostrado que sabemos debatir como tigres. Ahora tenemos que hacer oposición como leones”

La contricante de Gómez entendió que diseñar el principal órgano de gobierno era tarea exclusiva del exalcalde de Parla. Ni propuso nombres, ni se los planteó el propio Tomás, que diseñó un aparato paritario —40% de mujeres— en el que hizo hueco a tres representantes del bando alternativo elegidos a su gusto como vocales. Los asientos a cubrir eran 50. Maru Menéndez llevó la iniciativa al tantear a Ángel Viveros (exalcalde de Coslada), Rafael Gómez Montoya (exregidor de Leganés) y Pedro Santín, diputado y secretario general de la agrupación de Moncloa.

Sin conocimiento de Sánchez Acera, a los tres primeros se les ofreció un puesto en la dirección “por su perfil trabajador”. Viveros, Gómez Montoya y Santín comentaron a su jefa de filas el ofrecimiento de Gómez. Sánchez Acera no les puso objeción. Sí se la puso a Gómez en la confección del Comité Regional, donde pedía 15 plazas de 70, y especialmente del Comité Federal (dos de siete).

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Resuelto el plato principal, las partes se estancaron. A la una de la mañana Sánchez Acera llamó a Gómez y le mostró su desacuerdo. El líder la recibió en su habitación. Nadie cedió. Ella planteó la opción de presentar dos listas en el Comité Federal, lo que según su porcentaje de votos le garantizaba tres puestos. La mediación de Juan Barranco encauzó unas negociaciones en punto muerto: 15 aceristas entraron en el Comité Regional y dos en el Federal, la propia Pilar, encabezándolo, y el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles. “Hemos demostrado que sabemos debatir como tigres”, concluía el nuevo presidente del PSM por los pasillos infinitos del Auditórium. “Ahora tenemos que hacer oposición como leones”.

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