“Tener los principios muy claros no impide pescar en todos los ambientes”

“Me gusta la política más que a un niño una piruleta”, dijo el sábado tras ser elegido secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha en un congreso con resultado a la búlgara. Y ya le puede gustar, porque Emiliano García-Page (Toledo, 1968), abogado de formación, casi no ha hecho otra cosa en la vida: concejal, consejero, portavoz del Gobierno, vicepresidente y, desde 2007, alcalde de la capital castellano-manchega. Ahora encabezará a los socialistas de una región que fue feudo socialista tres décadas hasta caer del lado del PP en mayo de 2011.

Pregunta. Llega tras dos pesos pesados: José Bono y José María Barreda. ¿Es distinto a ellos?

Respuesta. Tengo un estilo propio, lo llaman “estilo Page”.

P. ¿Lo puede definir?

R. Muy moderado pero consistente. La sociedad es poliédrica, no binaria; hace ya tiempo que no es izquierda-derecha. El PSOE debe mantener un planteamiento de izquierda, pero ser permeable, transversal. Tener los principios muy claros no me impide mantener la mejor relación con todo el mundo e intentar, digamos, pescar en todos los ambientes.

P. ¿Para recuperar el poder el PSOE intentará pescar en la izquierda, el centro y la derecha?

R. No renunciamos a ningún tipo de voto, de todo se puede aprender. Para ser opción de gobierno hay que ser permeable a todo tipo de sensibilidades. Eso lo hizo Felipe González muy bien.

P. ¿Barreda y Bono salen de la ejecutiva porque ellos han querido o porque ha querido usted?

Nuestra presencia en la calle debe ser medida. Al Gobierno le viene muy bien

R. Simplemente, era lo que pedía el momento: cambio. Ambos han sido muy generosos.

P. ¿Cómo hará oposición a María Dolores de Cospedal desde el Ayuntamiento?

R. Me esforzaré en distinguir mis responsabilidades. Soy alcalde de todos los toledanos y antepondré siempre el interés general al de partido. Tengo claro que el Ayuntamiento no se puede convertir en ariete contra la Junta.

P. ¿Debe el PSOE estar en la calle contra los recortes?

R. Debemos estar del lado de la gente, pero la presencia en la calle debe ser medida, porque al Gobierno le viene muy bien focalizar el problema en el PSOE en vez de en la sanidad o la educación.

P. ¿Qué hizo mal el PSOE de Castilla-La Mancha para perder el Gobierno de una región fiel?

R. Tenemos que hacer un proceso de digestión que será lento...

P. Ha pasado casi un año.

R. Hemos hecho muchas cosas bien, pero en la última legislatura no supimos poner dique a la influencia de la política nacional.

P. ¿Fue culpa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero?

R. Sin duda , la crisis y la gestión de la crisis acabaron con muchos alcaldes y presidentes del PSOE. Esto no tiene que ofender a Zapatero, que gestionó la crisis con muy buena intención. Pero tuvo mala suerte. Y hubo errores. La gente entendió que nos contradecíamos, que no teníamos una solución rotunda. Y era así, no la teníamos. Ni la tiene el PP.

P. Barreda dejó Castilla-La Mancha como la comunidad con más déficit. ¿Se lo reprocha?

R. Evidentemente, la situación financiera de la comunidad es mala, aunque mienten los que dicen que era una situación oculta e intentan justificar así lo que están haciendo ahora. No nos vamos a engañar: creíamos todos que la crisis pasaría y que íbamos a poder aguantar el sistema de servicios públicos e infraestructuras que se había puesto en marcha.

P. ¿Y no se podía sostener?

R. El concepto de austeridad hay que tenerlo siempre. Pero en Castilla-La Mancha hay un déficit histórico; y aquí cayeron más los recursos, era una región más vulnerable. De todas formas, España es un poco tragicómica. Debemos ir al punto medio: ni dramatizar tanto cuando va mal ni ser tan festivos cuando entra dinero.

P. ¿Querría ser candidato a las próximas autonómicas?

R. Tendré que madurarlo.

P. ¿Y la política nacional le interesa?

R. Muchísimo. Pero por el momento, lo que me planteo es Toledo y Castilla-La Mancha.

P. Barreda y Bono fueron muy beligerantes en reclamar un mismo discurso territorial del PSOE en toda España. ¿Lo es usted?

R. Muchos de los debates que se han producido son artificiales. La mejor etapa de España ha coincidido con el mayor grado de descentralización. España es una nación, pero una nación compuesta. Yo tengo un planteamiento mucho menos dramático en este sentido. Es verdad que hemos pasado de ser un país centralizado a tope a un país descentralizado a tope. El péndulo se ha ido al extremo y ahora hay que hacer que vuelva al punto medio. Pero a mí lo que me daría miedo es que los partidos nacionalistas no se presentaran a las elecciones. ¿Cómo va a ser dramático el problema territorial en España si hasta los que vienen de representar a ETA se presentan a las generales?

P. Usted ocultó hasta el último día su preferencia entre Alfredo Rubalcaba y Carme Chacón. ¿Lo hizo para obtener en Castilla-La Mancha este apoyo unánime, o porque no lo tenía claro?

R. Siempre tuve claro apoyar a Rubalcaba. Cuidé mucho mi opinión personal porque solo era personal, no podía contaminar la opinión de los delegados. No, no fue un movimiento táctico.

P. ¿En ningún momento pensó en presentar su candidatura?

R. Sí valoré la conveniencia de que hubiera una tercera vía.

P. ¿Pero no que fuera usted?

R. Eso es lo que mucha gente entendió —y estoy gratamente sorprendido por ello— pero yo valoraba menos. En un momento de tormenta, Rubalcaba era la persona. Nosotros, con Rubalcaba, no teníamos todas las soluciones, pero al menos no planteábamos nuevas preguntas.

P. ¿Chacón sí?

R. Sí. Y, cuando no se tienen todas las soluciones, no es momento de plantear más preguntas.