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El juez insta al jurado de Camps y Costa a decidir con “responsabilidad”

El tribunal inicia la deliberación sobre 21 preguntas del supuesto cohecho Dos jurados parecen estar inclinados por la versión del expresidente

Francisco Camps y su esposa, Isabel Bas, a su salida del Tribunal Superior valenciano.
Francisco Camps y su esposa, Isabel Bas, a su salida del Tribunal Superior valenciano. CARLES FRANCESC

El juicio por cohecho contra el expresidente de la Generalitat Francisco Camps y el ex secretario general del PP valenciano Ricardo Costa completó este lunes la última fase antes de que se conozca si los acusados son declarados culpables o inocentes. El magistrado que preside el tribunal, Juan Climent, entregó a los nueve miembros del jurado el objeto del veredicto, que contiene un cuestionario con 21 preguntas sobre los hechos que deben considerar probados o no probados.

Las preguntas se ciñen a los hechos que se enjuician y son del tipo: ¿encargaron los acusados trajes, americanas y otras prendas en los establecimientos madrileños Milano y Forever Young? ¿La ropa fue abonada por empresas del grupo de Francisco Correa? ¿Les fueron regalados en atención a los cargos públicos que ocupaban?...

Después de haber completado el cuestionario —lo que puede llevar días—, el jurado votará, por separado, sobre la culpabilidad o inocencia de cada acusado. El juez les instó a llevar a cabo su misión “con independencia y responsabilidad”.

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El magistrado convocó a las partes a las 9.00, a puerta cerrada y sin el jurado, para mostrarles el cuestionario que él mismo había redactado y para escuchar sus propuestas de modificación. El combate jurídico se prolongó durante cinco horas y la entrega de las preguntas al jurado, así como la explicación de las instrucciones que debían seguir, no se produjo hasta pasadas las 14.00. El magistrado resistió las presiones de las partes, especialmente de las defensas, y la redacción final del cuestionario se parece mucho a su primera propuesta.

Entre lo poco que admitió el juez se encuentra la supresión, solicitada por las acusaciones, de algunas de las empresas de la trama corrupta que habrían pagado ropa a Camps y Costa. Las sociedades que habrían abonado las prendas a través de cheques y transferencias serían Orange Market (la terminal valenciana de la red), Diseño Asimétrico y Servimadrid Integral.

El jurado deberá elegir un portavoz, que dirigirá el debate, anotará las respuestas y redactará el veredicto. Las respuestas deberán incluir una breve motivación y no pueden ser incongruentes entre sí. El juez subrayó que deben juzgar sobre las pruebas practicadas y advirtió de que, si existen contradicciones, puede devolver el acta.

El juez rechazó cambios en el cuestionario que pedían las partes

Hacer apuestas sobre el veredicto es muy arriesgado. Durante las cerca de 150 horas que ha durado el juicio ha dado la impresión, sin embargo, de que dos miembros del jurado, que han conversado muy a menudo, se inclinaban por Camps. Sobre todo uno de ellos, que ha dedicado mucho tiempo a observar al público de la sala y que en una ocasión rehusó examinar una de las numerosas pruebas documentales aportadas por la Fiscalía Anticorrupción.

Para que el veredicto sea de culpabilidad es necesario que así lo voten siete de los nueve jurados. La inocencia solo requiere cinco votos. Ese mismo juego de mayorías es de aplicación a cada una de las preguntas del cuestionario, según sean favorables o desfavorables para los acusados. La abstención, que está prohibida bajo amenaza de multa, se contabilizaría como un voto a favor de la absolución. En el supuesto de que ninguna opción recabe los votos necesarios en tres votaciones, el magistrado disolverá el tribunal y el juicio volverá a empezar desde cero con otro jurado.

Después de muchas jornadas movidas, el silencio en la sala de vistas fue total y la tensión, perceptible entre los acusados y el fiel grupo que los ha apoyado. Costa abandonó el tribunal en silencio. Camps se limitó a contestar “sí” a la pregunta de si estaba tranquilo.

Custodiados y aislados

El expresidente del Gobierno valenciano Francisco Camps y el jurado que decide sobre su futuro han dormido a escasos metros de distancia. Tanto el hotel en el que se encuentran alojados los nueve miembros del tribunal, seis hombres y tres mujeres, como el acusado se encuentran a poca distancia también del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJ), donde se ha celebrado el juicio por cohecho impropio.

El magistrado que preside el tribunal, Juan Climent, les explicó que si en algún momento se sienten “coaccionados, inquietados o perturbados” se pueden dirigir a la sala de gobierno del TSJ. En cualquier caso, el acceso a ellos es difícil.

Tal como dijo también el juez, “estarán bajo custodia policial para que nadie interfiera en su debate”. Dos furgones de la policía protegen su deliberación y su descanso.

El jurado trabaja durante el día en una sala aislada del propio tribunal. Dado que se preveía que la deliberación será larga, la justicia ha dispuesto un hotel, porque en el tiempo durante el que decidan el futuro de los acusados no pueden tener ninguna interferencia.

Por ello, les han sido retirados sus teléfonos, tampoco cuentan con telefonía en las habitaciones ni acceso a ningún medio de comunicación. Y, en el caso de que precisen ponerse en contacto con algún miembro de su familia o resolver una duda sobre la tarea encomendada, han de hacerlo a través de la policía y del secretario judicial.

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