Feijóo decreta tres días de luto oficial en Galicia
El PP ensalza su figura y la oposición gallega reconoce el gran apoyo popular que tuvo
Desde el salón noble del Pazo de Raxoi en Santiago, donde nació la autonomía, primera sede de la presidencia de la Xunta y antes cárcel de la dictadura, flanqueado por tres banderas de Galicia, España y la Unión Europea con otros tantos crespones negros, quiso rendir homenaje Alberto Núñez Feijóo a su antecesor, Manuel Fraga. Tras reunir a todo su Gobierno en un consejo extraordinario, el presidente gallego decretó tres días de luto oficial para despedir al “padre de la Galicia moderna y del bienestar”. “Como sucede con todas las personalidades fundamentales, cada uno recordará a don Manuel a su manera, pero todos coincidiremos en que hoy despedimos a un español, a un gallego y a un servidor público inolvidable e irrepetible”, insistió.
El hombre que lo sucedió en enero de 2006 al frente del PP gallego se ha comprometido esta mañana a seguir su ejemplo “que siempre buscó la unidad y nunca la confrontación” y su legado “en unos momentos tan difíciles” como los de la Transición española.
Feijóo, quien desde las elecciones de 2009 y tras negarse a incluir a algunos de los exconsejeros de Fraga en las lista de las autonómicas se había alejado de su antecesor que rara vez participó ya en sus actos públicos, definió a Fraga como un hombre de Estado que apostó por “una España abierta y plural y ayudó a construir la mejor obra colectiva de la España del siglo XX y XXI que es la Constitución”. Siete minutos de declaración institucional sin preguntas sirvieron para glosar al “padre de la Galicia y moderna del bienestar”. En los 16 años que mandó en la Xunta, entre 1989 y 2005, dijo Feijóo, además de “la modernización de Galicia legó algo más importante, el cambio de mentalidad de un pueblo que parecía dominado por la negra sombra hacia una sociedad que mira hacia adelante”. “Don Manuel [así le llamaron siempre sus colaboradores] supo estar, llegar y marcharse con la dignidad del que sabe que todo lo deja mejor que lo encontró”, añadió.
Para su “valoración más difícil”, recuperó las palabras que Fraga le dijo cuando le cedió el testigo al frente del PP gallego en enero de 2006 –“todo se va, todo cae, todo termina”, y añadió un verbo más: “Todo permanece”. “En la convivencia democrática que compartimos, en la Galicia que recuperó décadas, en sus compañeros de partido que queremos gobernar en paz Galicia y España y en el sentimiento de miles de gallegos de varias generaciones”. “El sentido que guió día a día la vida de Don Manuel fue el compromiso con su país con Galicia y con España”. “Su camino y su obra” ha defendido Feijóo, señalan “un camino plenamente vigente en estos tiempos convulsos”.
La despedida a Fraga culminará mañana con el entierro en Perbes (A Coruña), donde el fundador del PP tenía su casa de veraneo -"Allí he pasado las horas más felices de mi vida", solía decir- y donde descansará junto a su esposa, Carmen Estévez, fallecida en 1996. Feijóo y el PP gallego han suspendido todos sus actos previstos para hoy. Los partidos gallegos se han unido en sus condolencias a la familia. Numerosos dirigentes del PP y la dirección del PSdeG-PSOE han mostrado su reconocimiento a la labor del fallecido, mientras que los nacionalistas, después de transmitir su pésame, no han dejado de recordar sus discrepancias con una figura "controvertida".
Desde que saltó la alarma por su estado de salud, hace ocho días, las instituciones y los partidos gallegos ya estaban preparados para la noticia y las reacciones fueron inmediatas. Tanto, que incluso el más crítico de todos, el Bloque Nacionalista Galego (BNG), se adelantó en su reacción a la propia Xunta, cuyo presidente, Alberto Núñez Feijóo, hizo público su sentimiento de pesar y su homenaje al fallecido mediante un comunicado, poco antes de la medianoche de ayer. Feijóo enfatizó la dimensión histórica de Fraga "como uno de los padres de la Constitución, como fundador de uno de los dos grandes partidos sobre los que se asienta la alternancia democrática en España y como presidente de la una de las tres nacionalidades históricas".
El jefe del Ejecutivo gallego destacó que el mandato en la Xunta del fundador del PP permitió "consolidar las instituciones de autogobierno" y "mejorar con sus propuestas la configuración del Estado autonómico desde la más honda lealtad a la nación española". Su "ingente labor", apuntó Feijóo, se resume en que "dirigió buena parte de la modernización de Galicia", a cuyo servicio "puso toda su inteligencia y corazón". Los cuatro presidentes provinciales del PP también expresaron de inmediato su reconocimiento al hombre que consiguió hacer de Galicia un bastión conservador, y el secretario general de los populares gallegos, Alfonso Rueda, señaló que se trata de "uno de los días más tristes en la historia" del partido y de Galicia. Gracias a Fraga, manifestó Rueda, el PP pasó de "un partido mediano a ser el principal referente para millones de españoles".
El secretario general del PSdeG-PSOE, Pachi Vázquez, también dejó constancia de su "reconocimiento" al fallecido, de quien destacó que hubiese logrado "un apoyo importantísimo de la ciudadanía gallega". "Desde las diferencias ideológicas que nos separaron siempre, todo el PSdeG tiene el máximo respeto por la persona que fue durante tantos años presidente de la Xunta y que realizó un trabajo muy importante", dijo Vázquez a Europa Press, antes de trasladar en nombre de los socialistas su "apoyo a toda la familia del PP y todas las personas que siempre lo apoyaron y creyeron en él".
El Bloque Nacionalista Galego (BNG), el más duro opositor que tuvo Fraga en la comunidad autónoma, mostró sus condolencias a la familia y al Partido Popular. Con todo, los nacionalistas no olvidaron señalar que se trataba de una figura "controvertida", aunque "no sea el momento más adecuado para hacer un juicio ponderado sobre una trayectoria política marcada por su participación destacada como ministro de la dictadura franquista". El BNG reconoce que el largo gobierno de Fraga en la Xunta fue gracias a la "voluntad de la mayoría de los gallegos", pero al mismo tiempo deja constancia de sus fuertes discrepancias con el político fallecido, sobre todo por la idea de Galicia y de España que defendía y que los nacionalistas consideran "claramente deudora de sus orígenes políticos".
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