Apoyo sindical contra las ideas de Rajoy
Rubalcaba y Méndez (UGT) piden retrasar ajustes para evitar la recesión Lara (IU) y Toxo (CC OO): Los recortes no funcionan El PP mantiene su plan de austeridad
El PSOE pierde votos a chorros por sus dos flancos: izquierdo y derecho. Y en campaña hay que elegir, no sobra mucho tiempo para matices. Parece evidente que Alfredo Pérez Rubalcaba ha decidido concentrar sus esfuerzos en uno de esos dos flancos: el de la izquierda. Ya sea para minimizar daños o para empezar a preparar un sólido bloque de oposición al PP, el candidato del PSOE ha armado una estrategia que ayer se consolidó con una foto muy significativa: la de Cándido Méndez, líder de la UGT, el sindicato cercano a los socialistas, que convocó una huelga general en 2010 contra la reforma laboral.
Ambos coincidieron en una idea: los recortes y ajustes que está promoviendo Europa, y sobre todo que plantea profundizar el PP en España si gana las elecciones, no son la solución. Al menos no la única. Sin más impuestos, sin políticas de estímulo y de inversión pública, a través de instituciones como el Banco Europeo de Inversiones, la crisis empeorará, insistieron en una rueda de prensa conjunta a solo cinco días del final de la campaña, un movimiento estratégico muy claro por parte de Rubalcaba.
“Les sonará la música”, dijo el candidato del PSOE después de que Méndez respaldara su propuesta de retrasar dos años el objetivo del cumplimiento del déficit marcado por Bruselas, que obligará a España a recortar más de 30.000 millones de euros en 2012.
Sindicatos europeos y
Este abrazo de Rubalcaba a UGT en plena campaña cuenta con un aval. Todos los sindicatos europeos defienden la idea de que, lejos de solucionar la crisis, los recortes la están profundizando. Y a ella se suma buena parte de los partidos de izquierda, casi todos en la oposición. En especial del SPD alemán, que en este momento está en las encuestas por delante de Angela Merkel, la gran precursora de la política de austeridad a toda costa.
Ayer mismo, de nuevo, se superó el récord de la prima de riesgo española a pesar de los recortes que ya se han realizado en España, aunque Rubalcaba reivindicó que gracias a esas políticas del Gobierno del PSOE la situación es mejor que la griega, la portuguesa o la italiana.
El mensaje de Rubalcaba y Méndez era muy claro y especialmente llamativo en una campaña que el PSOE intenta centrar en los recortes: si sigue adelante esta política sin un replanteamiento, sin un esfuerzo de inversión pública y subida de impuestos a grandes fortunas y lucha contra el fraude fiscal, el riesgo real es de entrar en recesión, aunque nadie pronuncia esa palabra en público. Lo dijo Méndez pensando tal vez en la victoria más que probable del PP: “El Gobierno que salga de las elecciones debe buscar alternativas a las políticas de ajuste. Si intenta seguir por el mismo camino o incluso profundiza en los errores, debe tener en consideración que los Gobiernos en estas circunstancias envejecen muy rápidamente ya que los errores se hacen visibles en un corto periodo de tiempo”. Es una de las ideas ahora más extendidas en el PSOE, la de que Rajoy podría resistir solo una legislatura porque la crisis acabará también con él como antes lo hizo con José Luis Rodríguez Zapatero.
La victoria del PP es casi segura
Mientras Rubalcaba se reunía con Méndez, Cayo Lara, líder de IU, hacía lo mismo con Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CC OO. También ofrecieron una rueda de prensa conjunta. Y el mensaje fue similar. “Hay que aplicar soluciones de emergencia distintas de las que se han aplicado hasta ahora con resultados bien visibles en forma de fracaso”, sentenció Toxo.
Ninguno de los dos sindicatos pedirá el voto para un partido, aunque las dos fotografías en plena campaña electoral eran suficientemente claras. Pero sobre todo, y al margen de la gran batalla en estos últimos días entre el PSOE e IU para arrebatarse votos en el último momento, era evidente que ambos están marcando una línea con los sindicatos para animar a los indecisos a votar contra el PP. Tanto, que Rubalcaba pareció hablar en algún momento como si los socialistas no estuvieran aún en el poder, y por tanto apoyando en Bruselas esas políticas de austeridad a toda costa que impulsa Alemania.
En otro acto que protagonizaron Méndez y Toxo, ya sin sus políticos afines, ambos se lanzaron contra la reforma laboral que ha apuntado el PP, en la que primarían los convenios de empresa frente a los sectoriales para cuestiones salariales y de organización del trabajo. Es una manera de facilitar que los empresarios negocien salarios a la baja, una de las reclamaciones fundamentales de la CEOE y tal vez la promesa más clara de Mariano Rajoy. “Lo que se intenta es simple y llanamente dejar sin cobertura a millones de trabajadores de pequeñas y medianas empresas”, sentenciaron.
Y mientras, Rajoy, el principal interpelado por todas estas críticas, renunció a contestar a nada. “Quieren pelea, pero a mí no me van a encontrar. Se han equivocado de enemigo. Yo a estos señores del Gobierno solo les tengo que decir buenos días, buenas tardes o buenas noches, según el momento en el que nos encontremos”, sentenció en León. Y fue lo más parecido a una respuesta en público que hizo.
Rajoy, lejos de ofrecer una rueda de prensa, como Rubalcaba y Lara, organizó por primera vez en la campaña un breve encuentro con los periodistas, pero sin micrófonos. Evitó así salirse del guion con preguntas incómodas sobre su programa —que también fue presentado sin rueda de prensa— o que le obliguen a hablar del eje de la campaña del PSOE: los recortes. En esa conversación sin micrófonos, Rajoy sí dejó claro que él va a llevar adelante esa política que tanto criticaron ayer desde PSOE, IU y los sindicatos. Dijo ante los periodistas que cumplirá los objetivos del déficit —esto es, que hará los recortes necesarios— y que le parece un disparate plantear un retraso como pide Rubalcaba.
La victoria del PP, que las encuestas auguran aplastante, es casi segura. Tal vez por eso sindicatos y partidos buscan ya la fuerza electoral y social para resistir su embate y preparan un discurso de oposición. Todos parecen convencidos de que las medidas del PP traerán recesión y no reducirán el paro. Y sobre todo confían en que en las próximas elecciones Rajoy puede estar achicharrado por la crisis. Llegaría entonces una nueva oportunidad para la izquierda. O no.
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