Del rincón a la cabeza de Europa
Rajoy rechaza una Unión Europea de dos velocidades
Hubo una vez un político que llegó a La Moncloa con compromisos como “sacar a España del rincón de la historia” y “situar a nuestro país en el lugar que le corresponde en el mundo”. Ahora está a punto de llegar a la presidencia del Gobierno su sucesor en el partido y lleva como propuesta “situar a España a la cabeza de Europa, donde están los países importantes”.
Aquel presidente del Gobierno, José María Aznar, dejó a su partido en la oposición en gran parte por sus decisiones de política exterior y su sucesor está en condiciones de ganar ahora, pero a la tercera.
Mariano Rajoy, candidato del PP a la presidencia del Gobierno, ha cogido esa bandera y considera que la posición de España en Europa estos años ha sido débil y así lo explicó de forma más o menos expresa ayer en Canarias.
Su tesis es que no debe haber una Europa de dos velocidades y que, en todo caso, a España le corresponde estar “no donde se opina, si no donde se decide”.
Rajoy aseguró ayer que España “será un país de primera división en el euro”, aunque unos años antes José Luis Rodríguez Zapatero también prometió que la economía española estaría en la Champion League
En Tenerife y en Gran Canaria los dos actos de Rajoy fueron más bien dirigidos a tranquilizar a Europa, comprometiéndose a que si gana las elecciones cumplirá sus compromisos, especialmente la reducción del déficit. Y más vale que los mercados y Bruselas tengan un mínimo más de interés por sus palabras que los electores, porque la ausencia de público ayer en Las Palmas fue directamente proporcional al interés de Rajoy por modificar el discurso reiterativo que suelta cada día en su cabalgata triunfal por España. Su único cambio fue arremeter contra Coalición Canaria por haber apoyado al Gobierno de Zapatero.
SIN EXCUSAS
- Rajoy: "Hay que apencar con lo que hay. La dificultad no será excusa cuando nos juzgue la historia".
- "Mis hijos comen dos plátanos cada día".
- "El mío será un Gobierno serio".
Expresamente, rechazó la posibilidad de que se imponga una Europa de dos velocidades: “Queremos un euro fuerte en una Europa fuerte, tal como está diseñada en estos momentos”.
Escarmentado de lo de “pedigüeño” que un día le dijo Aznar a González mientras negociaba en Bruselas, la posición de España ante la UE no ha sido objeto de controversia, más allá de la crítica dura a la forma en la que luego el Gobierno aplica las medidas que aconseja o impone Europa. Sin embargo, en campaña Rajoy deja caer que la posición de España no es todo lo sólida que debería ser. Y repite diariamente que esa situación es especialmente evidente respecto a la política agraria y que, por eso, habrá un ministro de Agricultura que se encargue de negociar con Bruselas casi como función única.
“Hay que apencar con lo que hay”, dijo como desahogo cuando empezó a relatar como cada tarde los datos de la herencia que recibirá.
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