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El 'lehendakari' y el PNV discrepan sobre las prioridades de una Euskadi sin ETA

Los peneuvistas temen que López rehúya la búsqueda de escenarios políticos acordes con la llegada de la paz Ambas partes discrepan en la urgencia de esta reivindicación

FOTO: Pradip j. Phanse

El PNV quiere mantener la velocidad de crucero que se desprende de los acuerdos de la Conferencia de Paz de San Sebastián. Así se lo hizo saber ayer su presidente, Iñigo Urkullu, al lehendakari, Patxi López. Durante una distendida reunión de poco más de una hora, Urkullu le planteó, principalmente, la derogación de la Ley de Partidos y un adelanto electoral en Euskadi para facilitar la llegada de la nueva izquierda abertzale —si pudiera ser con Sortu legalizado, mejor— al Parlamento vasco. Mañana, ante el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en La Moncloa, Urkullu expondrá otro de sus objetivos: flexibilizar la política penitenciaria y, en esa línea, le pedirá al presidente que aborde cuanto antes el acercamiento de presos de ETA a las cárceles de Euskadi.

Con las conclusiones de la Conferencia de San Sebastián en su portafolios, Urkullu acotó intencionadamente la cita de ayer, que abría los contactos de López con partidos, organizaciones sociales y exlehendakaris para analizar la nueva situación que vive Euskadi sin ETA. El gesto sorprendió a los anfitriones, porque ya es conocido que el Gobierno vasco siempre ha marcado distancias con esa Conferencia, a la que sigue considerando como el “ropaje que necesitaban ETA y la izquierda abertzale para disfrazar la derrota de sus planteamientos”.

Pero el PNV teme, precisamente, que el lehendakari rehúya el cuarto punto de las conclusiones del foro de la capital guipuzcoana, en el que se emplaza a la búsqueda de escenarios políticos acordes con la llegada de la paz. De ahí que pusiera sobre la mesa la conveniencia de “una reflexión” para que “todas las sensibilidades ideológicas y políticas” puedan acceder a las instituciones, en una clara referencia a Sortu, que sigue ilegalizado, aunque la izquierda abertzale ya participó con la marca Bildu —junto a EA y Alternatiba— en las últimas elecciones locales y forales de mayo. Urkullu remató la propuesta invitando a López a que sopese un posible adelanto electoral en el País Vasco, donde la actual legislatura concluirá en la primavera de 2013.

Una agenda apretada

Patxi López recibirá mañana a Antonio Basagoiti, presidente del PP vasco, su socio político en la actual legislatura. Será la segunda reunión de un plan de encuentros que finalizará antes del 5 de noviembre para evitar así su coincidencia con la campaña electoral del 20-N.

Basagoiti planteará que hay que seguir trabajando para asentar la convivencia y advertirá sobre la posibilidad de precipitarse y dar “pasos en falso” en dicha tarea.

La ronda de contactos se cerrará con los tres exlehendakaris. Aún no se ha podido confirmar si Juan José Ibarretxe acudirá al encuentro. Hoy, en el acto institucional de la fiesta del Día de Euskadi, Carlos Garaikoetxea recibirá el galardón más importante del Gobierno vasco.

PSE-EE y PP no tardaron en descalificar la iniciativa de Urkullu. Eduardo Madina, candidato socialista al Congreso por Bizkaia, advirtió de que las palabras “ETA y electoral” no deben “ir juntas”. Por su parte, Esteban González Pons, vicesecretario de Comunicación del PP, pidió “un poco de paciencia y prudencia” al presidente del PNV “para que no alimente un debate que acreciente las expectativas electorales de Bildu o Batasuna”.

El lehendakari ni se inmutó ante la petición de Urkullu. En su argumentario, López aboga por crear un marco de “tranquilidad” que permita “ir penetrando la libertad” precisamente en el inicio de la “semana cero”, como apuntaron fuentes del Gobierno vasco. Los socialistas saben que el PNV quiere “marcar un perfil propio” en la nueva situación creada “y hacerlo cuanto antes por si el PP llega a la mayoría absoluta y no cuenta con ellos”, añaden colaboradores de López.

Bajo esta premisa, en el entorno de Ajuria-Enea, donde han sufrido en silencio más de una vez los tratos de favor de Zapatero hacia Urkullu que dejaban a López en una incómoda situación, sin embargo, ahora “entienden” la reunión de mañana en La Moncloa, y la enmarcan en la idéntica voluntad que tiene el lehendakari de “colaborar” con el Gobierno central en el futuro de la política penitenciaria, tema nuclear para todas las partes implicadas en el escenario de paz. La diferencia estriba en que PNV y Gobierno vasco no coinciden en la urgencia para resolver esta reivindicación.

Pero López y Urkullu, dos políticos que no tienen química alguna, estuvieron ayer de acuerdo en el reconocimiento absoluto hacia las víctimas. Incluso, fueron un paso adelante al coincidir en que la propia izquierda abertzale debe reconocer “con urgencia a las víctimas y el daño que se les ha causado”. Ambos políticos comparten que este significativo gesto “rebajaría sin duda” el clima de “desconfianza” que aún se mantiene sobre la autenticidad del cese de actividad por parte de ETA.

La identificación sobre el reconocimiento a las víctimas podría escenificarse, incluso, mediante un acto social donde el hilo conductor fuera la satisfacción por la llegada de la paz a Euskadi. Antes de reunirse con el lehendakari, Urkullu apostó “por convocar a la ciudadanía vasca a un canto coral y expresar de manera conjunta la satisfacción por el anuncio de cese de ETA”. La propuesta fue aceptada de inmediato por el Gobierno vasco, que podría fijar el 10 de noviembre como fecha para su celebración, ya que coincide con el Día de la Memoria, elegido para recordar a las víctimas porque es el único en que jamás se ha producido un atentado.

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