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“Bildu está detrás de Kukutza”

Azkuna defiende la labor de la Ertzaintza y acusa a la coalición de “alimentar el problema” del 'gaztetxe'. Los incidentes se repiten en el centro de Bilbao

El desalojo de Kukutza el miércoles motivó ayer una segunda jornada de incidentes y tensos cruces de declaraciones entre políticos. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, fue quizá el más contundente al considerar que los brotes de violencia desatados tras el desalojo del gaztetxe de Rekalde recuerdan a episodios de kale borroka y advertir, en este sentido, que “ya se sabe de dónde sale eso”. “Bildu ha estado y está detrás de Kukutza”, aseguró categórico el primer edil de la villa, quien situó incluso a la coalición como responsable de “alimentar un problema” que tiene su origen en la ocupación de un local privado.

En sus primeras valoraciones sobre el conflicto, durante la inauguración de una guardería pública en San Ignacio, Azkuna no dudó en defender una intervención de la Ertzaintza que, aunque se saldó con 31 detenidos y varios heridos, se limitó a “cumplir la orden de un juez y no las ocurrencias de un consejero o del alcalde”. Tras descartar que la actuación policial fuera desproporcionada o “salvaje” pese al amplio despliegue, el regidor recordó que fueron en realidad los agentes quienes recibieron “pedradas y ladrillazos” por parte de unos inquilinos de Kukutza que “estaban perfectamente preparados”.

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Tras las críticas vertidas un día antes por las formaciones soberanistas, las más identificadas con la causa del gaztetxe, el alcalde recalcó ayer que el Ayuntamniento no está en contra del modelo cultural que defiende Kukutza, sino que no comparte un sistema de sociedad en el que “cada uno puede ocupar lo que le dé la gana”. En este sentido, Azkuna reivindicó la defensa municipal de la legalidad, ya que “los okupas podrían ocupar mañana periódicos, la Diputación o el propio consistorio”.

Sus palabras no tardaron en encontrar respuesta por parte del sector abertzale. Aralar acusó a Azkuna de generar “más tensión, demagogia y manipulación” con sus declaraciones, mientras que desde Bildu exigieron al alcalde que no “desvíe” un debate que “aún se puede encauzar”, a su juicio, mediante el “diálogo con los vecinos de Rekalde y a través de herramientas urbanísticas legales; tan legales como otras”.

Aralar, EB y EA ya anunciaron el miércoles su intención de pedir la presencia en el Parlamento del consejero de Interior, Rodolfo Ares, para esclarecer lo ocurrido. El titular del departamento, que ya anteayer ofreció una primera valoración ante los medios de comunicación en la comisaría central de Erandio, donde calificó de proporcionada la intervención policial, se adelantó ayer al solicitar, como petición propia, una comparecencia “urgente” en la Cámara para informar sobre el amplio despliegue, en el que tomaron parte cerca de medio millar de agentes.

Los que no aguardaron fueron los sindicatos de la Ertzaintza. El mayoritario, Erne, emitió un duro comunicado en el que calificó como “triste” que quienes han defendido la legalidad aparezcan ante la sociedad como “culpables”, mientras que sus infractores lo hacen como “héroes”. “Los partidos políticos y el Ararteko tuvieron la posibilidad de reconducir la situación para haber encontrado una solución diferente”, reprochó la nota, en la que se recordaba también que los agentes “no fueron recibidos con caramelos ni con narices de payaso, sino con sacos de cemento y trampas en todos los accesos” que provocaron lesiones a varios ertzainas. Esan, por su parte, matizó que la Policía vasca actuó en Rekalde “con la máxima profesionalidad y la proporcionalidad necesaria”.

Unas 200 personas se concentraron ayer frente al Palacio de Justicia de Bilbao para protestar por el desalojo de Kukutza.
Unas 200 personas se concentraron ayer frente al Palacio de Justicia de Bilbao para protestar por el desalojo de Kukutza.TXETXU BERRUEZO

Más allá de las declaraciones, los altercados volvieron a repetirse ayer. Esta vez, en el centro de Bilbao, al que se trasladaron unas 200 personas en apoyo de Kukutza. En torno a las dos de la tarde, varios de los asistentes trataron de cortar al tráfico la Gran Vía, ante lo que se vio obligada a intervenir una brigada móvil de la Ertzaintza que disolvió a la mayor parte de los alborotadores. Uno de ellos, sin embargo, se negó a su identificación y agredió a un agente, por lo que fue arrestado y trasladado a dependencias policiales.

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