El presunto etarra seguidor de La Roja niega que pertenezca a la banda

Los once acusados de perpetrar actos de kale borroka en el seno de varios comandos dependientes de ETA que esta mañana han comenzado a ser juzgados en la Audiencia Nacional, han negado su vinculación o pertenencia a la banda terrorista. El fiscal pide para ellos penas de entre siete y 13 años de cárcel por integración en organización terrorista, depósito de artefactos explosivos, incendio, amenazas y daños terroristas.

Entre los acusados destacan Jon Rosales, -detenido en febrero de 2010 en la provincia de Girona y más conocido por aparecer en Facebook fotografiado con una camiseta de la selección española- y Zigor Goikoetxea, hermano del jefe del comando Bizkaia, Arkaitz Goikoetxea - condenado por amenazar de muerte a la edil del PP de Getxo Marisa Arrúe. La fiscalía reclama siete años para ambos. Mayores penas, 13 años y 11 meses ha solicitado para Mikel de Gregorio y Josu Rodríguez.

La primera sesión del juicio ha contado con un público notable. Entre los asistentes se encontraba el exdirigente del sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga, condenado el viernes a 10 años de prisión por integración en grado de dirección en banda armada en el caso Bateragune- que ha abandonado la sala cuando la sección cuarta de la Sala de lo Penal le ha notificado su ingreso en prisión por esa causa. A Usabiaga lo acompañaban los tres absueltos por el caso Bateragune, Txelui Moreno, Amaia Esnal y José Manuel Serra. La exparlamentaria del PNV y vocal del Consejo General del Poder Judicial, Margarita Uría, también ha presenciado el juicio.

Goikoetxea ha asegurado que fue intervenido de cáncer tres meses antes de su detención, por lo que "no estaba en condiciones físicas ni psíquicas" para participar en acciones de 'kale borroka'

Los once acusados han negado pertenecer a ETA y las causas que han dado cada uno de ellos para negar las imputaciones que les atribuye el fiscal han sido de lo más variopintas. Rosales simplemente ha explicado que "nunca" ha perpetrado actos de violencia callejera, si bien tiene antecedentes por actos similares. Goikoetxea ha asegurado que fue intervenido de cáncer tres meses antes de su detención, por lo que "no estaba en condiciones físicas ni psíquicas" para participar en acciones de esa naturaleza porque "su cuerpo estaba totalmente debilitado". De Gregorio ha especificado que estuvo "mes y medio con la pierna escayolada" tras sufrir una lesión cuando jugaba con el Sestao de Segunda División B en octubre de 2007, justo en las mismas fechas en las que la fiscalía le acusa de participar en un sabotaje al Metro de Bilbao.

Otro de los acusados, Josu Rodríguez Mallavirreina, también ha negado cualquier vinculación con ETA y ha denunciado que es "bipolar" y que durante su detención los agentes no le suministraron la medicación que requería. Por su parte, Mikel Rekarte ha asegurado que la pistola que se encontró en su domicilio era de juguete y Joseba Elorriaga, por su parte, ha esgrimido que durante las fechas en las que se le atribuye haber participado en actos de kale borroka se encontraba en Finlandia disfrutando de una beca y que posteriormente "estuvo de baja por paperas" por lo que fue imposible que interviniera en los hechos que se le imputan.