El PP pone en marcha en el Congreso la operación para desgastar a Rubalcaba

El PP ha iniciado hoy en el Congreso la operación de acoso y desgaste del futuro candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. El líder del partido, Mariano Rajoy, sigue su paso cansino preguntando al presidente del Gobierno sobre la crisis económica, con las mismas cuestiones que ya ha planteado los últimos meses.

Para hacer frente a Rubalcaba, los populares han lanzado a la portavoz Soraya Sáenz de Santamaría y al diputado Ignacio Cosidó. A la primera para atacar al vicepresidente con la crisis del pepino español generada por Alemania. Al segundo para buscar alguna grieta en la que hurgar en su gestión como ministro del Interior.

La portavoz del PP ha intentado identificar a Rubalcaba con el pasado de la etapa de Felipe González y con la gestión del Gobierno de Zapatero –“tiene poco de qué presumir y mucho de qué arrepentirse"-, y le ha responsabilizado directamente de asuntos concretos como el del pepino.“Se presenta como Alfredo como si no supiéramos quién es Rubalcaba”, ha ironizado. “Tardó una semana” en intervenir porque estaba ocupado con “su agenda de partido”, le ha espetado.

La táctica se completa con el intento de pintar la imagen de un vicepresidente desbordado por su campaña como candidato socialista. “Usted es lo último que necesita España. Cuánto le gustan los cargos y qué poco las responsabilidades”, le ha dicho Sáenz de Santamaría.

Rubalcaba ha respondido recordando que el mismo viernes que estalló la crisis él habló de ello en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. El vicepresidente ha reprochado al PP por no haberse puesto del lado del Gobierno en defensa de los productos españoles: "En lugar de ayudar al Gobierno a defender a los agricultores lo único que han hecho es meterse con él", ha zanjado.

Contundente, para atajar más insinuaciones, Rubalcaba ha aclarado: “Dejaré el Ejecutivo cuando crea que mis responsabilidades son incompatibles con las del partido. Lo haré como lo he hecho siempre, pero lo que no voy a hacer es callarme. Aquí o ahí me van ustedes a seguir escuchando y diciendo que piensen en algo tan sencillo como el interés general, que no hace daño a nadie".

El vicepresidente no se ha olvidado del ruido mediático y político que el PP ha generado en torno a Castilla-La Mancha y ha censurado a los populares las "disparatadas acusaciones” sobre el estado de las cuentas de esa comunidad.