Rajoy dice que él evita el "ruido" pero el PP no ve contradicción con Aznar
El líder del PP rehúye preguntas y no desautoriza a nadie, mientras critica a Coalición Canaria.
Los ritmos de Rajoy no son los ritmos normales de la política. Y mucho menos los de la prensa. Él apela a que lleva muchos años en esto, unos 30 desde que empezara a pegar carteles para la Alianza Popular de Manuel Fraga en Pontevedra. A su alrededor, la campaña se incendia con Bildu, con los cañonazos de Felipe González y José María Aznar, con las acusaciones de Jaime Mayor. Pero él evita todos los temas. Y monta actos como el de ayer en Santa Cruz de Tenerife, con una escenografía de comparecencia ante la prensa, pero con público, y sin preguntas. Los periodistas intentaron al final plantearle cuestiones, en especial si asume las palabras de José María Aznar, en las que culpaba al Gobierno por Bildu -Rajoy no lo ha hecho y ha aplaudido a la Fiscalía y la Abogacía del Estado- o la mención de Francisco Camps al abuelo de Zapatero.
El líder del PP no contestó y no piensa hacerlo en toda la campaña. Lo llama "ruido", y no quiere hacerle ni caso. Él solo es responsable de lo que él dice. Y para defender la estrategia apela a su veteranía. "He hecho muchas campañas. En las campañas hay mucho ruido, y en esta el PSOE hace mucho ruido para que no se hable de lo que importa a los ciudadanos, de la economía, del crédito, del paro".
Sin embargo, al terminar la comparecencia de Rajoy, y ante la insistencia de los informadores, un portavoz oficial del PP explicó que el partido no ve contradicciones con la línea oficial en el discurso de José María Aznar o Esperanza Aguirre, aunque "cada uno tiene sus tonos". Rajoy asume así, indirectamente, las palabras de Aznar que tanto han indignado al Gobierno.
Lo cierto es que los mensajes son totalmente diferentes, y mientras Rajoy evita el asunto -solo ha hablado una vez en una comparecencia sin preguntas en la campaña-, otros dirigentes como Aguirre, Aznar o Mayor lo han convertido en un referente esencial de sus discursos.
Rajoy visitó ayer Canarias, una comunidad clave para sus expectativas. Aunque aquí los datos de las encuestas no son tan buenos como en otras comunidades -de hecho son malos-, la campaña sigue marcada por muy buenas cifras, frente a algunos pinchazos de Zapatero muy comentados en el PP. Si el sábado Rajoy y Dolores de Cospedal reventaron la plaza de toros de Toledo, ayer el líder y José Manuel Soria, su candidato canario, llenaron tanto el auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas, que el PP tuvo que pedir a sus dirigentes y candidatos que salieran para que pudiera celebrarse el acto, totalmente desbordado.
Un Rajoy ya muy agotado -llegó a arrancar así: "¿Bueno, a qué he venido yo hoy? Porque lo que pienso todo el mundo lo sabe. Bueno, vengo a pedir el voto para los candidatos del PP, y para el alcalde de Mogán", el pueblo en el que vive su padre- se lanzó al ataque de Coalición Canaria, que era socio de Gobierno de los populares hasta octubre de 2010.
Juntos evitaron que gobernara el PSOE, el más votado. Pero después, cuando Rajoy buscó el adelanto electoral y no apoyó los recortes de Zapatero, CC sí respaldó al Ejecutivo, y el PP rompió.
Ahora los populares querrían ser los más votados y gobernar con el PSOE, pero las encuestas dicen lo contrario. Rajoy se lanzó a degüello, algo poco habitual en él: "El papel de CC es antológico. Es un partido que se ha ocupado de salvar la cara a Zapatero mucho más que de defender los intereses de Canarias. Este país es infinitamente mejor que sus Gobiernos, de España y de Canarias".
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