Los barones del PSOE apoyan a Zapatero pero temen por sus feudos

Cada presidente autonómico y cada candidato a la presidencia de comunidad autónoma socialista tendrá que asumir buena parte, si no toda, de la responsabilidad del resultado que obtenga en las elecciones del 22 de mayo. Esta es la línea general por la que transcurrieron este viernes las declaraciones de los representantes territoriales del PSOE, después de escuchar al presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que "no necesita ningún líder nacional", en su campaña. Barreda respondió así, el jueves por la noche en una entrevista en Onda Cero, a una pregunta sobre si el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, debía acudir a los mítines de Castilla-La Mancha.

Las expresiones de Barreda causaron conmoción en el PSOE. En La Moncloa, Ferraz y en el aparato territorial. Los barones socialistas sí consideran que afrontan la campaña más difícil de los últimos 15 años y que la situación general se los puede llevar por delante. Ahora bien, no creen que la solución sea "renegar" de Zapatero. Que sea un lastre.

"Cada uno de nosotros debe ser responsable de lo que hace porque si la culpa de todo la tiene el presidente Zapatero, los ciudadanos nos pueden preguntar qué es lo que nosotros hacemos; es más, pueden decir que sobramos", señaló el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que ha sido identificado por muchos como uno de los dirigentes disconformes con el rumbo actual del Gobierno.

"¿Cómo no va a venir el presidente del Gobierno a Extremadura que es su casa?", enfatizó Fernández Vara. Hace una semana, Zapatero estuvo en Aragón con su presidente, Marcelino Iglesias, para apoyar a su sucesora, Eva Almunia, en la candidatura a la presidencia de la comunidad.

Los dirigentes se quejan de que el Consejo Territorial no funciona

"Yo le voy a pedir al presidente Zapatero que venga a hacer campaña; yo le apoyo, a él y a sus decisiones", sentenció ayer Marcelino Iglesias.

Pero Barreda, además, auguró que los socialistas se dirigían "hacia la catástrofe" si no se corregía el rumbo. No encontró ayer apoyos públicos en sus reproches que, para algunos de sus compañeros, pueden justificarse por la "difícil situación" electoral en Castilla-La Mancha, que se ha convertido para el PP en una plaza prioritaria para conquistar.

Aun así, y aunque no le justifican, el presidente de Andalucía, José Antonio Griñán, sí coincidió en la evidencia de que "el momento es muy difícil, aunque todavía hay tiempo para remontar".

La dificultad del momento la reseñó igualmente el presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, y su sucesor en la candidatura a la presidencia de la comunidad, Javier Fernández. "Lo que yo tenga que decir lo diré en los órganos del partido, aunque sí anticipo que la responsabilidad de lo que ocurra en Asturias la voy a asumir yo; no la voy a derivar a Zapatero, que por supuesto vendrá a hacer campaña a Asturias", anticipó Fernández.

También le espera en campaña el presidente de Baleares, Francesc Antich, y todos los candidatos de otras autonomías.

Ahora bien, esta ola de apoyos a Zapatero no significa que les parezca mal todo lo que dijo Barreda. Por ejemplo, sí comparten muchos barones del PSOE la queja de que el Consejo Territorial, órgano que les reúne a ellos con Zapatero y que coordina el propio presidente manchego, apenas funcione. La última convocatoria fue el 18 de julio de 2009. En ese marco les gustaría debatir sobre asuntos que les afectan a todos. Sí precisan que el presidente y la ejecutiva les convocó en mayo una hora después de anunciar las medidas de ajuste sobre pensiones y funcionarios. Muchos dirigentes territoriales se sienten poco aprovechados a nivel nacional.

Barreda, después del revuelo creado, reiteró este viernes que el presidente tiene alrededor "más papistas que el Papa". Y explicó que a él le gustaría que los que le rodean le dijeran cuándo se equivoca.