Los socialistas buscan el voto de los indecisos para evitar una "debacle"

"Nos han puesto las expectativas tan bajas que todo lo que no sea una debacle resultará un éxito para nosotros". Con apariencia de broma tomó ayer el vicesecretario general del PSOE y responsable de la campaña electoral, José Blanco, la encuesta autonómica y municipal del CIS y, en general, todas las que les auguran duras derrotas. Pero sin echar las campanas al vuelo, los socialistas creen posible que los malos augurios no se cumplan siempre que sean capaces de mover el voto a su favor de los indecisos. "Una campaña mueve votos cuando hay indecisos".

Esta es la apreciación de Blanco que comparten en el comité electoral toda vez que la bolsa de ciudadanos en esa actitud actual "tiene el perfil de posibles votantes socialistas", aseguran. A ellos se van a dirigir especialmente. En esa ocasión, los socialistas hacen una distinción entre abstencionistas e indecisos al estimar que los segundos pueden ser la clave para que los malos augurios de las encuestas no se cumplan.

Su esperanza está en que aunque las cosas van mal para millones de ciudadanos y para el país, el Gobierno está haciendo lo posible para amortiguar el golpe de quienes más lo sufren. Y, además, tratan de convencer de que se mire sin prejuicios la gestión de los presidentes y alcaldes socialistas y no juzguen al Gobierno central en estos comicios. La situación es complicada porque saben que una parte de ciudadanos se muestra proclive a votar en clave nacional, lo que resultaría demoledor para sus candidatos municipales y autonómicos.

A lo que no se resignan en absoluto es a perder Castilla-La Mancha y no quieren escuchar la posibilidad de que Extremadura caiga del lado del PP. Aunque José Barreda y Guillermo Fernández Vara harán la campaña que mejor estimen, desde la dirección federal les apoyarán al máximo al conferirles un protagonismo muy singular. También a Tomás Gómez, aspirante a la presidencia de la Comunidad de Madrid.

Así, ayer, en la presentación de la campaña que hizo Blanco, los protagonistas fueron Barreda y Fernández Vara, como ejemplo de gestión, y Tomás Gómez, que competirá contra Esperanza Aguirre. Primero, a través de vídeos electorales y, después, de palabra en el acto de apertura de la campaña federal que Blanco celebró en Madrid para apoyar tanto a Gómez como al candidato a la alcaldía de la capital, Jaime Lissavetzky.

¿Cómo contrarrestar una campaña del Partido Popular en la que poco se puede argumentar cuando ataquen al adversario con los casi cinco millones de parados? El PSOE ha optado por recurrir a la contraposición de la derecha y de la izquierda.

En efecto, reconocen que no pueden en este momento proporcionar puestos de trabajo pero sí quieren recordar a los ciudadanos que "no hay nadie que no pueda pagar los estudios de sus hijos ni nadie que tenga miedo a que una enfermedad arruine a su familia", dijo Blanco anoche en Madrid, junto a Gómez y Lissavetzky. Y como siempre, la llamada a "los que no tienen de todo", que consideran su base natural de electores. "No tenemos el apoyo de los poderosos", proclamó el vicesecretario general de los socialistas.