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Blogs / Educación
Escuelas en red
Coordinado por Rodrigo J. García

La historia de Denis

El Centro Jordi de Sant Jordi de La Vall d’Uixó está más interesado en gestionar el potencial de aprendizaje del estudiante que sus carencias, y en vincular su desarrollo con el poder y la alegría de aprender

Ilustración cedida
Ilustración cedidaJoseba García Plazuelo

“En tercero de la ESO lo daba todo por perdido, aunque no parecía importarle a nadie”, comenta Denis Oliete, un estudiante que, en el curso 2021/22, con 34 años, se matriculó en Educación Secundaria, en el Centro Público de Formación de Personas Adultas Jordi de Sant Jordi de La Vall d’Uixó en Castellón. “No hacía los trabajos de casa, no prestaba atención en clase, a veces hasta me dormía. Algunas tardes me quedaba con los amigos en los recreativos y no iba al centro. Mis notas eran de suspenso en casi todas las asignaturas. Me tocó repetir curso. En diciembre de cuarto de la ESO, con 16 años, y sin haber acabado, dejé definitivamente los estudios. Recuerdo sentirme aliviado, la verdad. ¡Por fin acababa esta pesadilla!”.

Las revelaciones sobre su experiencia escolar en el centro de adultos, la evolución de sus expectativas y su recobrada confianza en sí mismo. Las consideraciones de Azucena Bádenes, directora del centro, y las de Àlex Segarra, profesor de Ciencias, permiten poner en valor la función educadora de estos centros de formación cuando, este 8 de septiembre, se celebra el Día internacional de la alfabetización auspiciado por la UNESCO.

Al adentrarnos en la experiencia escolar de Oliete pudimos averiguar que, tras abandonar sus estudios a los 16 años, decidió colaborar en el negocio familiar. A los 19 se trasladó a La Vall d’Uxó, en Castellón, donde encontró trabajo como montador de mobiliario para una firma internacional de ropa. No le pedían titulación académica. Visitó Japón, India, Sudáfrica, Indonesia, Rusia, Brasil… “Buen trabajo y poco tiempo para la vida personal”, afirma.

Este periodo se prolongó hasta hace unos cuatro años, cuando la empresa cerró. Le detectaron una lesión de espalda y se redujeron sus posibilidades de volver a trabajar en lo que era bueno. Se dio cuenta de que sin titulación académica era más difícil: “Ahora sí, la necesitaba y no la tenía. Era tarde, pensaba”.

Casualmente, un familiar le informó de la posibilidad de retomar sus estudios, abandonados hacía 18 años. Podía acudir a un centro de formación de personas adultas (CFPA) y obtener el título de Graduado en Educación Secundaria.

Su experiencia escolar previa le hacía desconfiar. Hacía 30 años que había comenzado su escolaridad en Palma de Mallorca y, aunque al principio fue divertido, a medida que pasaban los años se le iba haciendo más cuesta arriba porque “era muy aburrido”. A los 10 años se había convertido en una tediosa obligación.

A los 12 inició la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y cambió de centro. Un paso que Oliete considera definitivo: “Acabó con el poco interés que me quedaba”. Las nuevas amistades le alejaron aún más de los estudios. En el nuevo centro, mucho más grande, las relaciones con los estudiantes eran más difíciles y no encontraba a ese profesor de referencia que le hiciera sentirse escuchado y apoyado. Resultaba fácil dar con cualquier excusa para ausentarse de clase y quedarse en los recreativos.

A sus 34 años debía decidir si retomar o no toda esa experiencia escolar. Se aceró al CFPA Jordi de Sant Jordi para informarse, aunque no estaba nada convencido. No sabía qué podía encontrar; pero, por encima de todo, le empujaba la necesidad de conseguir un título. Entonces tomó conciencia de la existencia de una segunda oportunidad.

Los CFPA se nutren, en gran medida, de jóvenes que pelean por esa segunda oportunidad. No es extraño que la tradición de los centros de formación de adultos esté unida a las reivindicaciones de movimientos emancipatorios de trabajadores, mujeres... Hoy defendemos con convicción el derecho de Oliete al aprendizaje permanente, a una educación plena; independientemente de sus condiciones personales y nivel de competencia.

La educación de adultos ofrece la oportunidad de modificar experiencias de vida y de transformar las sociedades. Es un derecho humano que robustece el bien común. Así lo defiende la Asociación Europea para la Educación de Personas Adultas en su Manifiesto por la educación de personas adultas en el siglo XXI. El poder y la alegría de aprender. El último Informe de la Comisión Internacional sobre los futuros de la educación, Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación, considera que “deberíamos disfrutar y acrecentar las oportunidades educativas que surgen a lo largo de la vida y en diferentes entornos culturales y sociales”.

Los comentarios de Azucena Bádenes, directora del CFPA Jordi de Sant Jordi, ilustran este primer acercamiento de Oliete al centro de adultos y el cambio de percepción que se produjo: “Cuando llegó al centro no sabía cómo funcionaba, pero al ir conociéndolo me dijo que, si la gente supiera de su existencia y cómo se trabaja, muchos más acudirían”. Bádenes dice que los adultos de la edad de Oliete no saben lo que es un centro de estos, que cualquiera puede acudir, que no hay que pagar nada, y que cuenta, además, con el apoyo, la orientación y el acompañamiento del profesorado. Algo que Oliete no había encontrado en su anterior centro. De pronto, todo les resulta más próximo, más cercano.

Àlex Segarra, secretario del centro y profesor tutor de Oliete, recuerda que la primera vez que vio a Oliete le dijo que quería matricularse en educación secundaria, pero que no tenía los boletines de notas porque había estudiado en Mallorca y “a saber dónde podían estar”. “Le pregunté si había cursado la educación secundaria y afirmaba que sí, que había aprobado algo del tercer curso. En un primer momento, le informé que podía comenzar matriculándose en el Nivel 1 de la Educación Secundaria para personas adultas”, recuerda Segarra. “Pero tenía mucha prisa por obtener el título, y me preguntaba si no podía hacer algo para ir directamente al Nivel 2. Después de conversar un rato y valorar algunas opciones, optamos por matricularlo en el primer nivel. Al poco tiempo, se reunieron los profesores y coincidieron en que, por su madurez y grado de competencia curricular, tendría que pasar al segundo nivel. Así comenzó mi experiencia docente con Denis.”

“En el momento que tenemos a nuestros alumnos delante, en nuestra clase –cada uno de una manera diferente– nos acabamos queriendo ¡Pero es que esto es real!”, añade Segarra.

Denis Oliete en distintas actividades formativas del CFPA Jordi de Sant Jordi
Denis Oliete en distintas actividades formativas del CFPA Jordi de Sant JordiCFPA Jordi de Sant Jordi

Hemos iniciado la historia de una segunda oportunidad que acabó en éxito. Durante ese curso, Oliete consiguió el título de Graduado en Educación Secundaria y superó la prueba de acceso a la Universidad para mayores de 25 años, con una calificación de 8,42 en la rama de Ciencias. Ahora está matriculado en el Grado de Matemáticas de la Universidad de Valencia para el curso 2022/23.

Para llegar a este final, partiendo de una historia de fracaso escolar, ha sido necesario que el centro de adultos y su equipo docente hayan ejercido muy bien su función educadora. Oliete manifiesta al respecto: “Acudir al centro de adultos fue una decisión acertadísima, no solo por tener la oportunidad de retomar los estudios, sino por haberos conocido y ver que aún hay gente que se preocupa por los demás, aunque lo hagan de manera natural y sin darse cuenta. Escasean en la vida personas como ellos.”

En esta tarea institucional, y a la vista de los comentarios de Denis Oliete, Azucena Bádenes y Àlex Segarra, es fácil observar una incesante preocupación por personalizar el aprendizaje y la necesidad de profundizar en la visión comunitaria de la acción formativa, desde una concepción global, personal, social y ética. La consecuencia fue la implicación de Oliete en la construcción de su propio plan de formación, la confianza en su capacidad y en el poder de la educación para enfrentar situaciones de desventaja.

De todas estas claves, del trabajo de Oliete y de su evolución seguiremos dando cuenta en la entrega siguiente. Esta historia continúa…

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