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COLUMNA
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Reciclando basura

López Obrador exige probidad y justicia social mientras tolera el hedor de los desperdicios si son reutilizables electoralmente

Juan Jesús Aznárez
Félix Salgado Macedonio
El candidato para gobernador del estado de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, la semana pasada durante una reunión con simpatizantes en el puerto de Acapulco.David Guzmán (EFE)

Andrés Manuel López Obrador cuenta con Salgado Macedonio para la regeneración moral de México aunque haya sido acusado de haber violado a una menor en presencia de un escolta: ¡Patrón, es una niña! El presidente respalda a su candidato a gobernador de Guerrero en las legislativas de junio pese a que la víctima del ataque testimoniara ante la justicia que el entonces senador por una disidencia priista la inmovilizó por el cuello, desnudó a zarpazos y consumó el delito. Incriminado en cuatro atropellos más, Macedonio sigue en liza, arrimando el hombro en la construcción del Estado de derecho. Como el presidente lo considera una víctima de la perfidia opositora, un mártir de la reacción, el apestado ignora la cancelación de su candidatura por la autoridad electoral, que recurrió a una formalidad pretexto para apartarle.

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El gubernamental Morena fue creado por López Obrador para reclutar compatriotas contra el sistema de oprobio imperante, porque solo el pueblo podrá salvar al pueblo, solo el pueblo organizado podrá salvar a la nación y solo el pueblo, a sus órdenes, se organizará en sociedad libre, justa, solidaria, democrática y fraterna, con ética y vocación de servicio. El Movimiento Regeneración Nacional es un espacio abierto, incluyente, con personas de todas las clases sociales y corrientes de pensamiento, religiones y culturas, entre ellos una concatenación de reos de violación y homofobia, politicastros y pancistas ya que el movimiento reconoce su esencia en la pluralidad.

El verdadero cambio comienza por cambiar la forma tradicional de intervenir en los asuntos públicos, y la política no es solo asunto de los políticos. Procede pues exacerbar a las masas para copar el poder parlamentario aventando reparaciones históricas, héroes y villanos y la ilusoria Cuarta transformación. Pleitos y sofismas a raudales, también en el tratamiento de la pandemia, a fin de expugnar el artículo 135 de la Constitución, que exige las dos terceras partes de las Cámaras y la mitad más uno de los congresos estatales para aprobar las reformas constitucionales pretendidas. El caudillaje acelera en todos los ámbitos porque no cuenta con la mayoría en el Senado que le permita restar facultades al Poder Judicial y coaligarlo con el Ejecutivo.

López Obrador es un genio esparciendo basura ajena y reciclando la propia: los gobiernos neoliberales y sus cuates capitalistas empobrecieron la federación mientras él la higieniza, como Benito Juárez. Exige probidad y justicia social mientras tolera el hedor de los desperdicios si son reutilizables electoralmente. La calaña cobijada en Morena indigna a los millones que sufragaron por el movimiento cuando su fundador prometió barrer la corrupción y edificar un país equitativo, donde los macedonios no tendrían cabida. Sus seguidores se merecen un México de leyes e instituciones aunque estorben al mesías, en cuyo advenimiento depositaron una confianza infundada y excesiva.

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