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Economía
Columna
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¿Vamos hacia una recesión en Estados Unidos, Canadá y México?

En esta ocasión, la causante de la recesión no sería la ruptura de ninguna burbuja o alguna pandemia, todo se debería a la guerra arancelaria

Donald Trump
Donald Trump, durante una conferencia de prensa, el 13 de marzo de 2025.Kevin Lamarque (REUTERS)

De acuerdo con el Comité de Fechado de Ciclos Económicos del National Bureau of Economic Research (NBER) de los Estados Unidos, la economía estadunidense ha sufrido tres recesiones en lo que va del siglo XXI: la primera, de marzo a noviembre de 2001; la segunda, de diciembre de 2007 a junio de 2009; y la tercera, de febrero a abril de 2020. Los factores detrás de cada una de estas recesiones son bien conocidos: en el primer caso, se explica por el fin de la burbuja en el precio de las acciones de las empresas tecnológicas (también conocido como el dot com crash); en el segundo, por el inicio de la crisis inmobiliaria en Estados Unidos que eventualmente llevó al fenómeno global conocido como la Gran Recesión de 2008-2009; finalmente, la última recesión fue muy corta (de solo 2 meses) y es atribuible a la paralización de actividades económicas debida al inicio de la pandemia del COVID-19.

En el caso de México, el Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México también ha identificado tres recesiones en lo que va de este siglo: la primera inició en octubre del año 2000 y terminó en enero de 2002; la segunda comenzó en julio de 2008 y terminó en mayo de 2009; y la tercera empezó en junio de 2019 y terminó en mayo de 2020.

Es interesante notar que las tres recesiones de México y Estados Unidos se traslapan en algunos meses, pero que dos de ellas empezaron antes en México: la de 2000-01 y la de 2019-2020. Las dos asociadas, por cierto, a una transición de gobierno: la primera coincidió con el fin del régimen del PRI y el arribo a la presidencia de Vicente Fox, mientras que la segunda coincidió con el primer año de gobierno del presidente López Obrador y se empalmó después con los efectos negativos de la pandemia. La otra recesión, la segunda, ocurrió poco después de que inició la recesión en Estados Unidos y se puede considerar como una de las consecuencias negativas de ésta.

En el caso de Canadá, el encargado de fechar los ciclos es el Consejo de Ciclos Económicos del Instituto C.D. Howe. Este Consejo ha identificado solo dos recesiones en ese país en lo que va del siglo: la primera, de octubre de 2008 a mayo de 2009; y la segunda de febrero a abril de 2020. Los factores detrás de estas dos recesiones son evidentes: en el primer caso, en forma análoga a la ocurrida en México, esta recesión se puede explicar como un resultado derivado de la Gran Recesión provocada por la crisis inmobiliaria en Estados Unidos; la segunda, por su parte, es claramente atribuible a la pandemia.

En resumen, en lo que va del siglo ha habido dos recesiones simultáneas a lo largo de toda la región de América del Norte: la de 2007 a 2009, atribuible al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos; y la de 2020, claramente atribuible a la pandemia, aunque México ya estaba en recesión desde unos meses antes de la pandemia. Además de esto, hubo otra recesión que afectó simultáneamente a Estados Unidos y a México: la del inicio de siglo atribuible a la ruptura de la burbuja de las empresas de internet, pero que en México ya había comenzado desde octubre del 2000. Esta aparente coincidencia temporal en las recesiones en América del Norte no es casualidad: ilustra el creciente papel de la globalización y de la fuerte integración en las actividades económicas de la región.

Traigo este tema a colación porque una vez más comienzan a soplar los vientos que anticipan la posibilidad de una recesión en la región. En esta ocasión, sin embargo, el factor que podría propagar la recesión a lo largo de toda la región sería la guerra arancelaria y la creciente incertidumbre asociada a la política económica del Presidente Trump. Una vez más, al igual que en 2000 y 2019, México parece ir adelante en este proceso. El PIB en México ya se contrajo en el último trimestre de 2024 (-0.6%, con respecto al tercer trimestre del mismo año) y las cifras conocidas del primer trimestre de 2025 continúan mostrando una cierta debilidad. Por lo mismo, una segunda contracción trimestral del PIB no puede descartarse, lo que prácticamente pondría al país en terreno recesivo.

En el caso de Estados Unidos, los indicadores de actividad económica aún parecen estar en terreno positivo. Sin embargo, algo que prendió las alertas sobre una potencial recesión fue la estimación de la Reserva Federal de Atlanta, que prevé que el PIB del primer trimestre de 2025 en Estados Unidos podría contraerse a una tasa anualizada de 2.4% (o de 0.6% en su comparación con el trimestre previo). Esta estimación está basada en indicadores oportunos, aunque podría estar ligeramente sesgada a la baja. En cualquier caso, distintos modelos econométricos plantean una posibilidad de entre 35 y 40% de ocurrencia de una recesión en Estados Unidos para este año. Las pérdidas cercanas al 10% en algunos índices del mercado de valores también alertan sobre una pérdida de riqueza que podría tener efectos importantes sobre la demanda agregada en los meses siguientes.

Por su parte, la preocupación sobre una posible recesión en Canadá también ha aumentado en forma significativa en los últimos días. La guerra arancelaria con Estados Unidos se ha acentuado y en una encuesta reciente dos terceras partes de los canadienses revelaron temer por la posibilidad de una recesión en 2025.

Así, las posibilidades de una nueva recesión en toda América del Norte se han incrementado en forma importante en los últimos días. Según un reporte periodístico, 70 de 74 economistas de los tres países de la región consideran que la posibilidad de una recesión en sus respectivos países ha aumentado. En esta ocasión, sin embargo, la causante de la recesión no sería la ruptura de ninguna burbuja o alguna pandemia, más bien todo se debería a la guerra arancelaria y a la confusa política económica del Presidente Trump.

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