Cambios profundos en el mercado laboral

Es posible que estemos frente a cambios muy significativos y profundos en la estructura y funcionamiento de los mercados laborales. En México y Estados Unidos, por ejemplo, se está observando una dinámica del mercado laboral que ha sorprendido a muchos analistas económicos. Esta incomprensión de lo que ocurre en el mercado laboral puede conducir a graves errores de interpretación sobre la situación actual de esas economías, por lo que se vuelve muy relevante tratar de entender mejor qué es lo que está ocurriendo.

Actualmente, las tasas de desempleo tanto en México como en EE UU están en niveles sumamente bajos, lo que parece ir a contracorriente de lo que se esperaría observar en economías en las que la tasa de interés ha aumentado en forma importante durante el último año. En el caso de México, la tasa de desocupación nacional de agosto de 2023 fue de solo 2,7%. Cabe señalar que este es el menor nivel que se ha observado desde que se tiene registro de esta variable (es decir, al menos desde 2005). En el caso de Estados Unidos, la tasa de desempleo ha fluctuado entre 3,4 y 3,8% en todo 2023. Estos niveles tan bajos de desempleo no son muy distintos a los que se observaron en los meses justo antes de la pandemia, pero, antes de eso, solo se habían observado en la economía estadounidense a fines de los años sesenta y principios de los años cincuenta del siglo pasado.

La combinación de niveles de desempleo muy bajos, altas tasas de interés y un proceso de desinflación como el que hemos estado viviendo en los últimos meses, ha dejado perplejos a múltiples analistas que no terminan de entender cómo es que esto podría estar ocurriendo. Esto, sin embargo, podría explicarse si estuviéramos frente a una reducción en la tasa natural de desempleo. Este concepto, un tanto vago, es el nivel estructural de desempleo al que tiende una economía en el largo plazo. El concepto de la tasa natural reconoce que hay factores de carácter estructural en una economía que tienden a producir en forma inevitable un cierto nivel de desempleo. Este nivel “natural” de desempleo se supone relativamente estable y se suele aceptar que los cambios en esta variable solo ocurren en forma paulatina.

En el pasado hemos tenido episodios en los que la tasa natural de desempleo parece haber aumentado. Este fue el caso, por ejemplo, con la revolución tecnológica de la computación, que generó un enorme desequilibrio entre las habilidades disponibles por parte de los trabajadores y las habilidades que estaban siendo demandadas por los empleadores. Así, durante la mayor parte de los años ochenta y noventa, la tasa de desempleo en Estados Unidos se mantuvo por encima de 5%, al mismo tiempo que en varios países europeos la tasa de desempleo alcanzaba cifras récord de doble dígito. Esta situación se fue corrigiendo paulatinamente conforme los trabajadores iban adquiriendo las habilidades necesarias para incorporarse o permanecer en el renovado mundo del trabajo: secretarias aprendiendo a utilizar procesadores de texto, contadores utilizando las aplicaciones informáticas para realizar su trabajo, etc. Este fenómeno laboral apareció en su momento de manera relativamente súbita, generó una enorme disrupción en los mercados laborales y se fue ajustando lentamente a lo largo de varios años.

Ahora, sin embargo, parecería que estamos en una situación completamente diferente. Ahora todo parece indicar que la tasa natural de desempleo está disminuyendo. Esto parecería implicar que hay un mejor ajuste o emparejamiento entre las habilidades o características que se demandan en el mercado laboral y aquellas que tienen los potenciales trabajadores. ¿A qué podría deberse esto? Aventuro dos hipótesis: por un lado, al surgimiento de plataformas como Uber, Didi, Lyft, Rappi o Cornershop; por el otro, al advenimiento del llamado home office. Creo que estos dos factores podrían estar detrás de la reducción de la tasa natural de desempleo en diversas economías.

¿Por qué creo esto? Quizá esto deba ser motivo de otro artículo, pero por lo pronto mencionemos que la flexibilidad que ofrecen estos nuevos trabajos parece coincidir con las necesidades de muchos potenciales trabajadores que ven en ellos una alternativa a los tradicionales trabajos de oficina con horarios y códigos más rígidos. Esta flexibilización en cierto tipo de empleos ha permitido la incorporación al mercado laboral (así sea precaria) de muchas personas a las que antes les costaba trabajo hacerlo. En algunos otros casos, este tipo de trabajos ofrecen una alternativa rápida y aceptable para reincorporarse al mercado laboral en caso de quedarse sin empleo o sin fuentes de ingreso, tal y como ocurrió durante la pandemia.

En cualquier caso, creo que una posible reducción de la tasa natural de desempleo es algo que deberíamos empezar a considerar en nuestros análisis de la situación macroeconómica. Si este fuera el caso, la reducción observada en la tasa de desempleo o el alto número de vacantes existentes no necesariamente implicarían que una economía se esté sobrecalentando, como algunos analistas han llegado a afirmar para los casos de México y de Estados Unidos. Esto, por supuesto, también tendría implicaciones para nuestras estimaciones de la brecha de desempleo y, por tanto, del producto, lo que a su vez tendría consecuencias para las recomendaciones de política monetaria. De allí la importancia de entender mejor todo lo que está ocurriendo en el ámbito laboral.

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