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Graco Ramírez: “López Obrador siempre tuvo más confianza en los priístas que en la izquierda”

El exgobernador de Morelos, antiguo compañero de filas del presidente, da su lectura del México actual y del futuro de cara a las elecciones del próximo 2 de junio

Graco Ramírez en su despacho de Ciudad de México.
Graco Ramírez en su despacho de Ciudad de México.Nayeli Cruz
Georgina Zerega

Su nombre, como tantos otros, aparece en la lista de personas que Andrés Manuel López Obrador usa para despotricar. Graco Ramírez (Tabasco, 71 años) recuerda los primeros, y también los segundos pasos del presidente porque con él compartió filas en el Partido de la Revolución Democrática. Gobernador de Morelos entre 2012 y 2018, Ramírez se jacta de haber presentado al mandatario con Cuauhtémoc Cárdenas, quien luego se convirtió en su mentor y padrino político. Cuenta que siempre, incluso desde los inicios, tuvo una resistencia a escuchar las críticas. “López Obrador siempre tuvo más confianza en los priístas que en la izquierda”, dice en entrevista desde su casa en Ciudad de México, donde atiende a EL PAÍS. Hoy dentro de la alianza opositora Fuerza y Corazón por México, aboga por la candidatura de Xóchitl Gálvez y alerta contra la “regresión autoritaria” que significa el Gobierno de la Cuarta Transformación.

Pregunta. ¿Cuál es su lectura del México actual?

Respuesta. No puedes explicar el México actual sin el esfuerzo que hicimos la izquierda democrática para hacer la transición política. México era monocolor. En el país en el que yo era joven se hablaba de la familia, del partido y de la Iglesia. Hoy se habla de los partidos, las Iglesias y las familias. La pluralidad llegó para quedarse. Y la llegada de López Obrador es un peligro para la regresión autoritaria. Es un populismo que se incubó en el PRD y que hizo su propio proyecto político. Es un conglomerado variopinto, no de izquierdas, yo le llamo nacional populista. Hay una definición por excelencia en la política progresista que es el instrumento fiscal como política distributiva, y para ellos no existe. Es un austericidio lo que ha hecho con el Estado mexicano y lo más peligroso, lo ha militarizado, ha entregado a las fuerzas militares parte del Estado.

P. Habla de la llegada de López Obrador, pero sin embargo se está yendo a finales de este año.

R. El tema es que él no se quiere ir. López Obrador tiene instrumentos muy claros, uno es el dominio que tiene sobre Morena. Es un partido de una sola voz, desde su fundación. Él no soporta el debate de izquierdas. La evidencia de que él se va a ir a su rancho no existe. Además tiene un instrumento que es la revocación del mandato para poder, si pierde atacar, y si gana controlar.

P. ¿Cómo describe al Gobierno de López Obrador?

R. Es nacional populista, profundamente conservador, que ha hecho de la política social un instrumento corporativo.

P. ¿Por qué conservador?

R. López Obrador es una persona profundamente conservadora. Los perredistas logramos el matrimonio igualitario y el derecho a decidir de las mujeres [con el aborto]. Y si se hablaba del derecho a decidir de las mujeres, él decía: ‘Pues lo ponemos a consulta’. Los derechos no se ponen a consulta. La diversidad sexual y todo eso no le gusta.

P. ¿Y por qué populista?

R. El populista es por excelencia el que se asume como el representante del pueblo. Este personaje que es la voz del pueblo y habla en nombre del pueblo trabaja con todo un ejército que ni siquiera es Morena, son los servidores de la nación. Visitan todos los días a la gente diciendo que los programas son de parte de López Obrador, no es el Estado mexicano. Por eso la pasión y la polarización.

P. Usted conoció a López Obrador cuando no existía Morena. ¿Cree que sigue siendo priísta?

R. Sí. Él siempre tuvo más confianza en los priístas que en la izquierda. Y mi relación con él se fue deteriorando a partir de una postura crítica o discusión en la que yo me eduqué, democrática y de izquierda, defendiendo puntos de vista. Él no soporta la defensa de puntos de vista. Para él, debe haber una lealtad y sumisión a lo que dice. Por eso se acabó yendo del partido, y fundó su partido, su iglesia.

P. Se ha expresado a favor de Xóchitl Gálvez en esta campaña. ¿Qué tiene ella que no tiene el resto?

R. Su historia es la de una vida real de la cultura del esfuerzo, de venir de las condiciones más difíciles a convertirse en una mujer exitosa. Y logró convertirse en la persona que cuestiona al presidente.

P. Si pierde Gálvez, ¿qué va a pasar con la alianza?

R. Si no gana Xóchitl, no van a tener las condiciones de gobernabilidad que ellos esperan. Va a estar muy complicado gobernar para Claudia, porque no tendrán la mayoría suficiente en el Congreso y pueden perder Ciudad de México, Morelos y probablemente Veracruz. Si pierde el corazón político, donde ella fue jefa de Gobierno, que ya la perdió en 2021, va a ser una presidenta con muy poca legitimidad.

P. ¿Y con la alianza?

R. No sé. Yo creo que tenemos que plantearnos un nuevo proyecto político ciudadano y surgirán nuevas figuras. Está incubándose una nueva generación de jóvenes políticos.

P. Siendo un hombre de izquierdas, ¿no le molesta ir con el PAN?

R. No, no me molesta. Si algo debimos haber aprendido los hombres de izquierda es a ser liberales. Porque la izquierda tiene un pecado original, somos hijos del partido de Estado. Tuvimos que aprender a ser demócratas. No es un tema privativo de nosotros en México, sino de todo el mundo. La izquierda tiene que replantearse hoy si solamente lo que importa es la ideología. La ideología no te hace entender que hoy la realidad te obliga a concebir la política como instrumento de un proyecto de equidad y de justicia, pero fundamentalmente democrático. Tenemos que aprender del liberalismo social.

P. Ahora que presentó su libro, Contra la regresión autoritaria, algunos en Morena, como el senador César Cravioto, salieron a decir que su “resurrección” podría “afectar la estabilidad democrática”. ¿Qué les responde?

R. Es muy exagerado, ¿no? Me atribuyen dones mágicos para destruir la estabilidad democrática. Cravioto representa el sector duro de Morena, dogmático, que no ha entendido los cambios. Y ese dogmatismo, ese estatismo, esa visión antidemocrática es la que apoya a López Obrador.

P. ¿Y cuándo le acusan de corrupción?

R. Pues me acusan de corrupción pero de palabras. La Auditoría Superior de la Federación tiene cuatro años sin observaciones de mi Gobierno, la Unidad de Inteligencia Financiera me investigó mi vida. La Función Pública revisó mis declaraciones patrimoniales. A mí me gusta el arte, pero no el dinero. No tengo ni yates, ni aviones, ni ranchos, ni casas.

P. ¿Y la causa judicial que traía por un crédito al Instituto para los Trabajadores del Estado de Morelos?

R. No es delito penal. Es un préstamo como cualquiera. Yo cotizaba en el instituto y tengo derecho a pedirlo. Es un pretexto, no encontraron nada de qué acusarme. Si fuera corrupto hubiesen encontrado que yo tenía propiedades, esto, lo otro. Es un préstamo de 600.000 pesos para comprar una camioneta porque me quedé sin vehículo oficial. No hay daño patrimonial, ya pagué ese préstamo.

P. ¿No teme que le detengan?

R. No, la Fiscalía Anticorrupción no tiene elementos. No tengo ningún temor de ese tipo. Entonces no hubiera publicado un libro, mejor desaparezco y me esfumo.

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Sobre la firma

Georgina Zerega
Es reportera en la redacción de México y cubre actualmente la cartera de política. También colabora en la cobertura de Argentina, de donde es originariamente. Antes de entrar al periódico, trabajó en radio y televisión en su país natal.
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