Mia Couto, premio de Literatura en Lenguas Romances: “Mi obra lucha contra el ‘historicidio’, el acto de borrar la historia”
El escritor mozambiqueño recibe de forma unánime el galardón que entrega la Feria del Libro de Guadalajara. El jurado ha destacado la “innovación lingüística” generada por la obra del autor, una de las voces más influyentes de la lengua portuguesa
El periodismo y la literatura han recibido un homenaje este lunes de la mano del escritor mozambiqueño de lengua portuguesa Mia Couto, quien ha recibido por unanimidad el Premio de Literatura en Lenguas Romances que otorga la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. El galardón, uno de los más importantes que se entrega en el mundo literario a nivel internacional, está dotado con 150.000 dólares y se otorga a autores destacados que publican en español, catalán, francés, italiano, rumano o portugués. El jurado reconoce el conjunto de la creación literaria y en el caso de Couto ha destacado la “innovación lingüística” aportada por su obra, que integra la crónica, el cuento y la novela. Couto, primer autor africano que ha recibido este reconocimiento, se ha mostrado sorprendido por el anuncio del galardón y a través de una video llamada ha dado a entender que piensa su obra desde la resistencia contra lo que ha denunciado como “el acto de borrar la historia” o el “historicidio”, como lo ha calificado.
Nacido en 1955 en el puerto de Beira, en la costa central de Mozambique, Couto se ha convertido en uno de los autores más destacados de la lengua portuguesa y su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas. Las raíces de su trabajo se funden en el periodismo, oficio con el que comenzó muy joven para retratar la violencia que carcomía a su país, que sufrió una cruenta guerra civil iniciada a finales de la década de los setenta del pasado siglo y que dejó un millón de muertos. La profesión de informar, ha explicado el autor, ha sido muy importante en su aprendizaje como escritor y la ha definido como una “gran escuela del conocimiento humano”, que le ha dado la posibilidad de estar cerca de la gente de su país y conocer de primera mano sus sufrimientos. El escritor de Mozambique ha contado que no entiende otra forma de escritura que no sea la de denunciar esos padecimientos desde el contacto directo con la realidad y las personas. “No quiero que mi literatura sea solamente utilitaria, no quiero hacer una literatura reconfortante”, ha puntualizado. Couto ha mostrado preocupación por la crisis que sufren en nuestros días los periódicos y el periodismo en sí, atacado por un auge descabellado de noticias falsas y pérdida de credibilidad. Y ha resaltado: “Me preocupa que pueda significar algún día su muerte”. Ha dicho que esas “crisis profunda” no está solo provocada por las redes sociales, donde se difunden bulos, “sino por los dueños del periodismo y de los medios de comunicación en general”.
El anuncio del Premio FIL de Literatura se ha realizado la mañana de este lunes en Guadalajara, sede de la feria del libro más importante de Latinoamérica y la segunda más grande del mundo, en una ceremonia en la que participaron autoridades locales, la dirección de la FIL, académicos y periodistas. Héctor Raúl Solís, presidente del premio, ha informado de que en esta edición recibieron 58 candidaturas de autores de 20 países (Angola, Argentina, Brasil, Colombia, Chile, El Congo, España, Francia, Italia, Líbano, México, Mozambique, Nicaragua, Panamá, Perú, Portugal, Puerto Rico, Rumanía, Senegal y Venezuela) y tres continentes, que fueron postulados por instituciones culturales, editoriales, organizaciones académicas y un jurado integrado por académicos y críticos literarios. Solís ha celebrado el premio como un reconocimiento a la libertad de crear, pensar y expresarse.
El jurado estuvo integrado por la catedrática Graciela Montaldo, de Argentina; el doctor el lengua portuguesa Jerónimo Pizarro, de Colombia; el periodista Juan Luis Cebrián, de España; la traductora mexicana Lucía Melgar; la académica Oana Fotache Dubălaru, de Rumanía, y la también catedrática Vittoria Borsò, de Alemania. El jurado fue presidido por el ensayista portugués Carlos Reis, quien estuvo a cargo de anunciar el nombre del autor galardonado. Ellos se reunieron durante dos días en Guadalajara para examinar las candidaturas y decidieron otorgar de forma unánime el premio al escritor de Mozambique. Esta es la quinta vez que se reconoce a un autor de lengua portuguesa. Reis ha destacado que la literatura de Couto se centra en la historia de su empobrecido país, antigua colonia de Portugal, que logró su independencia en 1975 para luego caer en la atrocidad de la guerra. “Es un escritor del pasado reciente, del presente y del futuro”, ha afirmado. “La importancia de Couto es la de un escritor que nos dice a todos que África existe. Existe literariamente con sus problemas, con sus traumas, lenguas y que por eso tiene el derecho también de existir como literatura”, ha explicado Reis.
Quien ha recibido con entusiasmo este galardón es el editor mexicano Emiliano Becerril, quien dirige la editorial Elefanta, que ha publicado en México El balcón del Frangipani, Me quiere, no me quiere y que está por sacar un libro de cuentos del escritor mozambiqueño titulado Compendio para desenterrar nubes. “Es un autor maravilloso, me da muchísimo gusto que un autor africano gane el Premio FIL”, ha dicho Becerril a EL PAÍS en entrevista telefónica desde Colombia, donde está estos días. “También me da mucho gusto que un autor que escribe cuentos gane este premio. Es un autor muy versátil, porque es biólogo, periodista y tiene una literatura muy cercana a la oralidad. Su obra cuenta con una formación científica y con una preocupación periodística por la naturaleza”, ha agregado.
Couto ha recibido el premio como un homenaje no solo personal, sino también a la literatura mozambiqueña, que se nutre de una cultura en la que es importante contar historias de forma oral. Ha destacado que su país “vive todavía en guerra” y por lo tanto su principal preocupación a la hora de escribir es la paz, pero también la búsqueda de la identidad literaria africana, lo que él ha definido como su “universalidad”. Mozambique, ha dicho, “no puede olvidar los traumas que lo han conducido a su independencia. Escribo por eso contra el acto de borrar la historia, el historicidio; contra eso lucha mi obra”, ha explicado. Su pasión, ha agregado, se centra en el acto de escribir, de “inventar el lenguaje”, de enriquecerlo, como lo ha hecho, ha dicho, el escritor mexicano Juan Rulfo. De hecho, ha explicado, los autores del realismo mágico latinoamericano forman parte de su bagaje literario. Couto ha mostrado también su admiración por los narradores mexicanos Carlos Fuentes y Octavio Paz y por el Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez. Su padre, ha contado, era poeta y en su biblioteca habitaban las historias que narraban los escritores latinoamericanos.
La organización de la FIL entregará el galardón en noviembre, durante la inauguración de la feria que se organiza cada año en la capital del Estado de Jalisco, localizado al oeste de México, y que es uno de los mayores encuentros de la narrativa en América Latina y es también considerada la reunión editorial más importante de Iberoamérica. La FIL fue fundada por la Universidad de Guadalajara y cuenta con un ambicioso programa que incluye la participación de destacados autores de renombre mundial. En esta edición el país invitado es España y los organizadores han anunciado la participación de personalidades como el poeta, crítico literario y ensayista Luis García Montero y la afamada escritora Rosa Montero. La feria se realizará del 30 de noviembre al 8 de diciembre.
La poeta mexicana Coral Bracho se alzó el año pasado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances. Bracho, quien es considerada una de las poetas más destacadas de México, se convirtió, además, en la primera autora mexicana de este género literario en conseguir este reconocimiento. Es la segunda escritora de México en lograrlo, tras Margo Glantz. En total, han sido siete escritores del país norteamericano los que han obtenido el galardón desde su creación en 1991. En el caso de las galardonadas, junto a Bracho y Glantz han sido premiadas la portuguesa Lídia Jorge, la chilena Diamela Eltit, la argentina Olga Orozco, la brasileña Nélida Piñón y la uruguaya Ida Vitale. En 2022 lo recibió el escritor rumano Mircea Cărtărescu. A esa lista se une ahora Couto, quien durante la conferencia de prensa de este lunes ha destacado el dolor que sufre su país de más de 30 millones de habitantes y el valor de la literatura para denunciar las injusticias. “La función de la literatura en tiempos de guerra es reconocer que toda la humanidad vive dentro de nosotros”, ha afirmado.
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