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López Obrador acepta la implementación gradual de la reforma judicial, pero sin “tácticas dilatorias”

El presidente modula su postura luego de que los ministros de la Suprema Corte se resignaron a que la enmienda es un hecho inevitable

Andrés Manuel López Obrador
López Obrador, durante la conferencia matutina de este viernes, en el Palacio Nacional de Ciudad de México.Presidencia de México (EFE)
Zedryk Raziel

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha concedido que su ambiciosa reforma al Poder Judicial se implemente de manera gradual. Se trata de un giro importante en el discurso del mandatario, que en los últimos días había sido contundente en su posición de que la enmienda constitucional se aprobara tal como él la envió al Congreso federal. El texto de la iniciativa indica que los 11 ministros de la Suprema Corte, junto con otros 1.600 jueces y magistrados federales, deben dejar el cargo de golpe para ser reemplazados por nuevos juzgadores elegidos en las urnas a partir de 2025. Ayer, los ministros del Supremo comparecieron ante el Legislativo, y, aunque se manifestaron en contra de la reforma, la aceptaron como una realidad ineludible, dado que la fracción parlamentaria del oficialismo tendrá en el Congreso mayoría suficiente para reformar la Constitución sin impedimentos. Los ministros pidieron sin embargo que el relevo de los jueces sea de manera paulatina. Este viernes, en su conferencia diaria, López Obrador dijo que está de acuerdo con esa propuesta, aunque pidió que no se dilatara la implementación de la reforma.

“Me da mucho gusto que estén participando los ministros, los magistrados, y que estén dialogando, debatiendo el tema. Celebro que estén aceptando que hace falta la reforma en el Poder Judicial, eso es un avance importantísimo, es digno de reconocimiento que ellos acepten que se reforme el Poder Judicial. Ahora, los cómo, las formas, con el diálogo se puede llegar a acuerdos”, ha dicho el mandatario, que en septiembre concluirá su sexenio y entregará la banda presidencial a Claudia Sheinbaum. López Obrador fue cuestionado por los periodistas sobre si estaba de acuerdo en el relevo paulatino de los jueces. “No me opongo”, ha concedido, aunque lanzando una advertencia: “Nada más que tampoco, hablando en términos jurídicos o legales, o del argot de los abogados, no aplicar la táctica dilatoria, no aspirar a que se vaya el tiempo”.

Los ministros Luis María Aguilar, Lenia Batres y Yazmín Esquivel, durante el primer foro sobre la reforma judicial, este jueves en la Cámara de Diputados.
Los ministros Luis María Aguilar, Lenia Batres y Yazmín Esquivel, durante el primer foro sobre la reforma judicial, este jueves en la Cámara de Diputados.Mario Jasso (CUARTOSCURO)

La insólita comparecencia de los jueces más importantes del país el jueves en el Congreso fue un triunfo para López Obrador, que durante meses ha cuestionado la labor del Poder Judicial y ha llevado a la discusión pública el método por el que los juzgadores debieran ser elegidos para el cargo. El presidente ha acusado que en la judicatura anidan la corrupción y los tratos con intereses económicos, y ha defendido que esos problemas se curarían si los ciudadanos eligiesen en las urnas a los impartidores de justicia (actualmente están sujetos al sistema meritocrático de la carrera judicial). “Yo creo que lo fundamental es que se lleve a cabo la reforma y que el pueblo participe en la elección”, ha dicho este viernes, “porque el pueblo tiene un instinto certero, es sabio, prefiero que sea el pueblo a que sean las cúpulas las que decidan; porque un juez electo por el pueblo va a saber que está ahí porque el pueblo lo eligió, lo eligieron los ciudadanos y su amo va a ser el pueblo, y va a actuar con libertad”.

Algunos ministros de la Corte, como Jorge Pardo, Juan González Alcántara y Yasmín Esquivel, se pronunciaron contra la destitución de tajo de los más de 1.600 jueces y magistrados, y pidieron que las vacantes que vayan quedando naturalmente en la judicatura, por jubilación, muerte o renuncia, sean ocupadas paulatinamente por nuevos juzgadores electos en las urnas. López Obrador ha calificado como “un gran avance” que desde el Supremo se acepte el voto popular como método de elección. Y, aunque concedió la implementación gradual de su reforma, ha pedido que no haya demasiados procesos electorales. “Mi opinión, por cuestiones de gasto, es que no se esté haciendo una elección cada seis meses, si se puede hacer una sola, que se dé tiempo, sobre todo para que la gente tenga toda la información, para que se conozca bien la historia pública de los jueces o aspirantes”, ha dicho.

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Sobre la firma

Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022).
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