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Entre la supervivencia y el triunfalismo: los partidos enfilan la renovación de sus cúpulas

Todos se preparan ya para una contienda interna marcada por los resultados electorales. PAN, PRI y PRD afrontan fuertes críticas contra sus dirigencias, mientras en Morena suenan pesos pesados para suceder a Mario Delgado

Va por México CDMX
Simpatizantes del PAN, PRI y PRD ondean banderas durante la campaña de Alejandra del Moral por la gubernatura del Estado de México en abril de 2023, en Toluca.Crisanta Espinosa Aguilar
Elia Castillo Jiménez

Renovarse o morir. El dicho tiene algo de literal para algunos de los partidos mexicanos que enfilan la renovación de sus cúpulas tras las elecciones del 2 de junio. Las escenarios son diferentes pero en todos los casos ya hay ruido de sables de cara a la contienda interna de los próximos meses. Una crisis sin precedentes se aviva en el PAN, PRI y PRD, partidos históricos en el mapa político mexicano que han pasado de la gloria a la debacle. A algunos, como el PRD, incluso les acecha el fantasma de la extinción. Movimiento Ciudadano (MC) ha vendido un pregón triunfalista por crecer en votos a pesar de perder territorio de sus bastiones en Jalisco y Nuevo León. Y del lado de Morena, aunque disfrutan de las mieles del avasallador triunfo electoral, el cambio de dirigencia tampoco se pronostica un camino fácil.

A la aplastante derrota de la oposición en los comicios le ha seguido una airada lluvia de declaraciones que han dado apenas una pincelada de lo que ocurrió durante el proceso electoral. Las militancias panistas y priistas exigen una intervención urgente en los órganos de dirección, un cambio de timón y de capitán que les dé esperanza de levantarse de la paliza. En algunas casas, la pelea es por la pura supervivencia. El PRD está pendiente de los tribunales para saber si mantiene el registro.

Desde las gradas de la militancia opositora se ve falta de voluntad política de las dirigencias para soltar sus posiciones y abrir las respectivas convocatorias para los cambios dirección. Mientras, el fantasma de la reelección desfila por los pasillos priistas. Voces como la de Dulce María Sauri, exdirigente del tricolor, ya vaticinan la intentona de Alejandro Alito Moreno de perpetuarse tres años más en la dirigencia del partido. Los estatutos priistas establecen agosto de 2024 para el término de su presidencia, que además ya había sido ampliada para evitar su empate con la elección.

La actual dirección priista ha convocado a una Asamblea Nacional Ordinaria el 7 de julio, que tiene como objetivo, de acuerdo a Sauri, la reelección de Alito. “Sí, tengo razones y sospechas [sobre la reelección]. Esta convocatoria me desconcierta, me incomoda y preocupa”, ha dicho la priista. El posicionamiento ambiguo del dirigente, que durante los tres años de su mandato ha perdido 10 Estados gobernados por el PRI, alimentan las sospechas.

En el PAN, aunque con un panorama menos atrincherado que en el PRI, también se pronostica la intención de Cortés de convocar a la renovación de la dirigencia como mero trámite. Entre panistas deslizan la intención de que Jorge Romero, actual coordinador de los diputados, tome el control en una especie de “entrega del bastón de mando”, al estilo de Morena. Así lo apunta la exdiputada Adriana Dávila, que ha levantado la mano para competir por la dirigencia. Aunque no hay fecha para iniciar el proceso, los estatutos marcan que deberá ser en el segundo semestre del año de la elección, por lo que debería ocurrir a partir de julio. Un partido desdibujado y en riesgo latente de extinción, como ocurre con el PRD, es lo que ven algunos pesos pesados del PAN. Por ello han abierto un abanico de opciones para levantar al partido y abrir un periodo de reflexión inmediato encaminado a la renovación de la dirigencia, pero abriendo la puerta a la participación de toda sociedad, incluida la excandidata Xóchitl Gálvez, dice el senador Damián Zepeda.

A diferencia de Alito, Cortés ha accionado una especie de operación cicatriz. Esta semana se reunirá con diversos liderazgos del partido y otros como Gálvez. Estos encuentros se dan en medio de la exigencia de varios exgobernadores de que adelante su salida del partido tras el desastroso resultado electoral. “Las decisiones del PAN se tienen que abrir a la sociedad. Qué los ciudadanos elijan quién es la persona ideal, que no se elija a un líder partidista, que se elija al líder de la oposición. Si no nos reinventamos nos vamos a morir como opción política”, añade Zepeda, que también aspira a dirigir al partido.

En Morena, su actual dirigencia ha de renovarse en agosto. Mario Delgado, conforme lo dictan sus documentos internos, debe dejar el bastón de mando en octubre. Las aspiraciones de Delgado parecen encaminarse hacia la Secretaría de Gobernación, aunque Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, no le ha dado señales, según fuentes cercanas a la próxima mandataria. El escenario no se perfila terso para el relevo, menos cuando un puñado de figuras con peso buscan asumir el control del partido fundado por Andrés Manuel López Obrador. En una década, se ha convertido en la primera fuerza política, a lo que se suma ahora una mayoría aplastante en el Congreso tras la elección del 2 de junio. Adán Augusto López, Luisa María Alcalde o Alfonso Ramírez Cuéllar han levantado la mano para dirigir al partido que en unos meses afrontará el futuro sin la presencia constante de López Obrador. Mientras se barajan las cartas, Ramírez Cuellar y Alcalde, suenan fuerte para el cargo entre ruido de sables.

El emecismo tampoco no se salva de la reestructura. Con Dante Delgado a la cabeza desde hace 20 años, se encaminan a la renovación de su dirigencia. Él mismo ha adelantado que será la primera semana de diciembre cuando se defina la nueva dirección. Sin embargo, dentro del partido las aguas están revueltas por las críticas por la imposición de un nuevo líder, sin consultar a las bases. Las señales apuntan a Jorge Álvarez Máynez. Martha Tagle, otro cuadro histórico del partido, ha puesto sobre la mesa su posible dimisión de no haber un cambio en el que se escuche a las diferentes voces de la formación para el cambio de dirigencia y para fijar el proyecto más allá del llamado fosfo fosfo, representado por Máynez y la parte regiomontana del partido.

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Sobre la firma

Elia Castillo Jiménez
Es periodista mexicana, está especializada en temas de política: Congreso de la Unión, partidos y elecciones. Ha trabajado en distintos medios como Milenio, Radio Centro y El Heraldo de México. Es licenciada en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México.
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