Yuri Herrera: “Me da mucho gusto que quien va a ser presidenta sea una científica. Y una científica de verdad”
Profesor desde hace años en Estados Unidos, el escritor mexicano hace un balance sobre el momento electoral mexicano, del que da como ganadora a la aspirante de Morena
El escritor mexicano Yuri Herrera (Actopan, 54 años) lleva un tiempo dando clases en Estados Unidos, ahora en la universidad de Tulane (Nueva Orleans), pero asegura que no vive fuera de México. Por el contrario, dice, se mantiene sumergido en la actualidad de su país. Su migración consiste en tener que vivir en varios sitios y ya le da pereza tener que aclararlo constantemente. El autor de La estación del pantano (Editorial Periférica) se da tiempo de conversar con EL PAÍS sobre las elecciones mexicanas y fija su mirada más allá de los protagonistas.
Pregunta. ¿Hacia dónde se dirige México?
Respuesta. Creo que en México han sucedido muchas cosas buenas y terribles en los últimos años a las cuales se le deben poner atención. Y creo que si les ponemos atención, nos puede indicar un poco hacia dónde nos vamos a dirigir. Para mí, los actores políticos más importantes de México en los últimos años no han sido políticos profesionales de uno u otro signo, sino gente que por fuera de las instituciones, y a veces a pesar de las instituciones, siguen marcando el rumbo de por dónde el país se tiene que transformar.
P. ¿Se refiere a líderes sociales o activistas?
R. Estoy pensando en defensores del medio ambiente, los cuales ha habido decenas que han sido asesinados, y que a estas alturas ya no podemos seguir pensando que son simplemente actores marginales. Son protagonistas de las batallas más importantes de nuestro tiempo, que es preservar el planeta en el cual vivimos. También las madres buscadoras, que se han dedicado a hacer el trabajo que no han hecho las instituciones. Nos muestran, por un lado, la absoluta ineficacia de la justicia, la podredumbre del Poder Judicial, estancado en una imagen anquilosada de sí mismo. Y diría también la frivolidad de los grandes medios de comunicación que no ponen esta batalla en primera plana todos los días.
P. ¿Es uno de los grandes retos de este país?
R. Un tema importante, y en el cual todos podremos estar de acuerdo, es en el fracaso de la procuración de justicia. Hay muchas batallas que se están dando, a veces casi de manera clandestina, porque se dan sin el apoyo de las instituciones, sin la relevancia que le deberían dar los medios. Para mí eso va más allá de los retrocesos y de las ganancias institucionales, eso es lo que tendríamos que estar discutiendo cuando decimos hacia dónde va el país.
P. ¿No hay una ruta definida?
R. Por lo menos en esta materia de procuración de justicia no hay un proyecto para lograr esa procuración. Lo que hay son enormes inercias, enormes resistencias. Por ejemplo, la del Poder Judicial. Es obtuso y defiende sus privilegios como si fuera un ejemplo de eficiencia, cuando es la podredumbre permanente. ¿Qué podemos hacer cuando más del 90% de los crímenes permanecen impunes, o la gente que va a dar a prisión porque no tiene dinero para un abogado o porque no habla la lengua? Esta idea de que la cárcel es solo para los pobres es dramáticamente real en México. Eso es una cuenta pendiente de todos, de los Gobiernos anteriores, del actual, del que venga y de los medios de comunicación.
P. ¿Y en referencia a los políticos que se están disputando esta elección?
R. Creo que tener una mujer presidenta será de las mejores cosas que nos va a pasar en la historia por muchas razones. Eso habla de un nivel de madurez de la sociedad, de un cambio real.
P. ¿Le gustan las candidatas?
R. Que llegue una mujer a la presidencia ya no es una hazaña, es producto de una larguísima lucha de muchas generaciones por cambiar la manera en la que se distribuye el poder y te diría que hasta nuestra mentalidad. Y en segundo lugar, me da mucho gusto que quien va a ser presidenta sea una científica, que no es cosa menor. Y una científica de verdad.
P. ¿Claudia Sheinbaum?
R. Me alegra mucho. Va a ser la primera presidenta que no viene de ninguno de los partidos tradicionales. Viene de una tradición política completamente distinta, del activismo desde muy joven. Ella ha tenido su propia evolución.
P. ¿Xóchitl Gálvez?
R. Es una ganancia que el PRI y el PAN tengan una candidata. Por lo menos ya no es como fue en 1994, un abogado del crimen organizado o un truhan descarado, como fue en la elección de 2006. Con todas las limitaciones que tenga, Xóchitl creo que es una persona decente, que fue utilizada de manera abusiva por un grupo que simplemente le apostó a la parte más frívola de su personalidad pensando que eso iba a ser suficiente para tener una candidatura exitosa. Ha sido tratada sin el menor respeto por todo mundo, por sus adversarios y por la misma gente que la puso en la candidatura. Es indigno el trato que le han dado y pienso que ella es una persona mucho más decente que los que la pusieron en la candidatura.
P. Cuando llegamos al final de un mandato, hacemos sumas y restas. ¿Qué resultado arroja este sexenio?
R. Es difícil responder eso en época electoral, en la cual hay muy poca disposición para escuchar y hay mucha disposición para simplificar. Pero, lo que yo esperaba es que se rompiera el círculo vicioso y eso sí se logró. Una muestra de eso es que los partidos del viejo régimen están reducidos casi al polvo, no tienen absolutamente ninguna propuesta. Es posible que tengan críticas legítimas, pero no tienen absolutamente ninguna propuesta porque a lo único que le apuestan es a volver al poder. Ese fue un gran logro, dejarlos fuera. Y hay cosas de las que no se habla, que a mí me parecen muy importantes, como que ya no se concesionan ni se permitió la apertura de cárceles privadas, que es una de las cosas más perversas que existen.
P. ¿Y en pendientes?
R. La procuración de justicia. Lo más importante es eso. La primera obligación de cualquier Gobierno es garantizar la integridad de los ciudadanos. Y eso es la mayor falta en este momento. Y me preocupan las excesivas concesiones al Ejército. Esto no es militarización en el sentido en el que la veíamos con Calderón, las ciudades básicamente tomadas por el Ejército, no. Pero sí creo que el Ejército ha asumido un protagonismo que en ninguna época, en ninguna sociedad, bajo ningún signo político, parece sano. Y espero que esto no sea el titular de la entrevista porque hemos hablado de muchas otras cosas.
P. ¿Le gustó esta transición?
R. Me gusta mucho esta forma de que tenemos que reimaginar. O sea, si ya hemos logrado transicionar hacia algo y hemos roto ya con viejas prácticas, viejas políticas, viejos círculos, pues sigamos y reimaginemos algo más, ¿no?
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