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MATERNIDAD
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Nunca madres’, la comunidad latinoamericana para las mujeres que deciden sobre la maternidad

La colombiana Isabel Cortés y la mexicana Irán Sosa crearon el proyecto en 2019, para brindar un espacio seguro a mujeres invadidas por dudas, culpas e indecisión ante la posibilidad de convertirse o no en madres

Irán Sosa e Isa Cortés, fundadoras de 'Nunca Madres', una comunidad latinoamericana que agrupa mujeres que han decidido no maternar.
Irán Sosa e Isa Cortés, fundadoras de 'Nunca Madres', una comunidad latinoamericana que agrupa mujeres que han decidido no maternar.Nunca Madres
Erika Rosete

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Para Irán Sosa (Ciudad de México, 43 años) e Isabel Cortés (Cali, Colombia, 41 años) la maternidad era casi como un destino impuesto e inamovible. Nunca, hasta que llegaron a su edad adulta, se habían planteado que ser madre era en realidad una opción, una decisión de vida que ellas mismas podían tomar sobre sus propios cuerpos. Ambas quisieron buscar si es que allá afuera, en el mundo, había más mujeres cuestionándose lo mismo y compartiendo experiencias que pudieran guiarlas. No las encontraron por ningún lado y decidieron comenzar ellas mismas. Así nació Nunca madres, una comunidad latinoamericana, en español, que acompaña a aquellas mujeres que se encuentran en un momento vital —llenas de dudas y de mucha culpa— en el que todavía no saben si quieren o no convertirse en madres.

Cuando cumplió 37 años, Irán Sosa comenzó a sentir la necesidad de tomar la decisión sobre convertirse en madre. Nadie la presionó, y tampoco, explica, nada externo influía para que ella se sintiera apresurada para decidirse. Se había casado hace poco tiempo, y lo que más le preocupaba era su “reloj biológico”. Intentó de todo, desde ir a terapia hasta métodos poco menos convencionales, que la llevaran a conectar consigo misma. “Es un proceso emocionalmente complejo, sobre todo porque no hay una comunidad; aunque tengas grandes amigas o una gran pareja, no necesariamente se pueden relacionar con las emociones que vives. Y porque toda mi vida yo pensé que sí iba a ser mamá. Ya tenía el nombre de mi hija, ya sabía perfectamente a qué escuelas quería llevarla, y de repente en mis últimos veintes me di cuenta de que era una opción más, que si quería podía ser mamá, pero en realidad, igual y no”, explica.

Así que Sosa trató de buscar espacios por internet y no encontró más que algunos en habla inglesa en los que había tanta crítica que incluso rozaba la violencia en contra de mujeres que habían decido maternar. Hasta que en medio de todo ese ruido encontró un proyecto con el que se sintió identificada y cobijada. Era un espacio en inglés, así que comenzó a intercambiar mensajes en ese idioma, hasta que un día ambas interlocutoras se percataron de que eran latinoamericanas, la que escribía del otro lado a Sosa era la colombiana Isabel Cortés. Así que decidieron que había que crear un espacio en español que pudiera apoyar y acompañar a mujeres como ellas.

A diferencia de Sosa, para Cortés la decisión fue mucho más fácil. “Crecí pensando que iba a ser mamá. Nunca lo cuestioné mucho. En mis veintes, mientras mis amigas estaban en plan de tener hijos y casarse, yo estaba pensado en otras cosas”, cuenta. Hasta que, cuando tenía 33 años y después de una ruptura amorosa, llegó con su terapeuta y planteó el tema de su maternidad: “Y me dijo: ‘tú sabes que ser mamá es una opción’. Era la primera vez en la vida que yo escuchaba eso. A mis 33 años yo ni siquiera sabía que la maternidad era una opción”. Pero el camino no fue nada sencillo, Cortés recuerda todas las críticas que se fue encontrando cuando compartía su experiencia. “Me sentía loca, empecé a buscar comunidad, no encontré nada y en inglés encontré esa manera de referirse a las madres y a las crías tan agresiva, un odio que yo no entendía. Y como no encontré comunidad, cree la mía”. La creó en inglés, porque no había nadie, en español, hablando del tema.

‘Tienes que ser una mujer completa’

Sosa y Cortés aseguran que hay, generalmente, dos inquietudes en las mujeres que llegan a Nunca madres: quienes están en el llamado Péndulo —esa situación en la que aún no deciden si quieren ser madres; y en la que hay mucha confusión y “no pueden discernir qué de todo lo que sienten y piensan es suyo o externo”—; y quienes ya han decidido no ser madres y tienen otro tipo de inquietudes y preocupaciones: “Ellas a veces llegan con el miedo de arrepentirse, o sintiendo ese dolor del duelo, pero sin saber exactamente qué es. Y muchas lo confunden con arrepentimiento, y para nosotras es muy importante ayudarles a que puedan identificar y comunicar algo tan complejo, porque los duelos significan cambio y porque específicamente la maternidad es algo que tenemos tan arraigadas en nuestra psique”.

Además, el peso de lo externo es apabullante. “La presión familiar nos excede. Algunas llegan con una angustia desbordante. Los primeros talleres empiezan con mucho llanto, y esto es producto de todas estas imposiciones que vienen muchas de ellas desde la religión y también tiene que ver con el peso familiar. Es impresionante como muchas mujeres tienen una presión familiar que las oprime y las aplasta constantemente con las preguntas de: ‘¿Y para cuándo vas a ser mamá?’ ‘Tienes que ser una mujer completa...’”, recuerda Sosa.

Para Nunca madres, uno de los principios fundamentales, es la autonomía corporal; van a favor de la interrupción legal del embarazo, hasta la decisión de si se quiere tener muchos hijos. “Nosotras nunca vamos a decirte ‘no seas mamá’, cada cuerpo es una decisión”, aseguran. Sosa, precisa: “Hay mujeres que en efecto vivimos el mandato a la maternidad simplemente por el hecho de ser mujeres, pero hay muchas otras que viven otro tipo de luchas y de resistencias”.

Para acompañar a las mujeres, Nunca madres ofrece talleres como el del Péndulo: en el que hacen un acompañamiento para mujeres que están por decidir si son madres; un taller para vejez plena —en el caso de que hayan decidido no maternar— y un taller sobre el arrepentimiento tras la decisión. Sosa y Cortés reconocen que muchas de las mujeres que han decidido ser madres, lo han hecho a partir del miedo (miedo a perderse del “máximo amor”, a envejecer solas, a arrepentirse), que está fundado también en que una mujer que decide no tener hijos es, socialmente, una mujer incompleta.

Al respecto, dicen: “No existe una palabra para una mujer que decide no tener hijos. Por eso quisimos ponerle a esta comunidad Nunca madres. Nuestro nombre es un nombre rebelde, un nombre político, porque hay gente que lo toma súper literal. Porque en nuestro idioma no existe una palabra para nosotras. Y lo que no tiene nombre no existe. Es ‘no madre’ o mujer sin hijos; siempre como una carencia, una falta, una negación. No encontramos en ningún idioma, porque no existe, y dijimos: llevemos esto al extremo: no Madres, no, mejor Nunca madres”.

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Erika Rosete
Es periodista de la edición mexicana de EL PAÍS.
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