Estados Unidos y México acuerdan intensificar los esfuerzos para “interrumpir” las redes criminales de migrantes
Las delegaciones diplomáticas coincidieron en la necesidad de mantener la frontera abierta al comercio
La reunión entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Estado Antony Blinken dejó este miércoles varios acuerdos, entre ellos la intensificación de los esfuerzos para “interrumpir el tráfico de personas, la trata y las redes criminales, y seguir trabajando para promover vías de movilidad humana legales”. Delegaciones diplomáticas y de Seguridad de ambos países se encontraron en México para tratar de frenar el arribo “sin precedentes” de migrantes a la frontera de Estados Unidos, impelidos al inhumano traslado con sus familias por las condiciones de violencia, represión política y pobreza en buena parte de América Latina. El comunicado conjunto entre ambos países no especifica las vías para detener a los coyotes que trafican con estas personas, que se ha convertido en estos tiempos en el gran negocio del crimen organizado.
El auge de la migración en estos últimos meses del año, con miles de personas agolpándose en la orilla del río Bravo a diario, mantuvo cerrados varios pasos fronterizos la pasada semana, lo que ocasionó, a su vez, pérdidas millonarias de las que se quejaron los empresarios mexicanos. La reunión, calificada de cordial y amistosa, abordó este asunto y concluyó con la promesa estadounidense de que esas vías comerciales permanecerán abiertas en adelante. Prefieren centrarse, dice el comunicado, en “fomentar una migración ordenada, humana y regular”, lo que incluye atacar el origen de estos éxodos con cooperación entre los países centroamericanos. Se menciona en concreto “la iniciativa conjunta para cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos”, en línea con lo acordado en la reciente cumbre de Palenque, donde, por invitación mexicana, se reunieron líderes de estas naciones para abordar las causas de la migración y sus posibles soluciones.
En pleno invierno, cientos de miles de migrantes siguen atravesando países centroamericanos hasta completar su trayecto hacia la frontera por México, una de las travesías más peligrosas y más corruptas para estas personas.
El presidente López Obrador abogó por continuar con los compromisos diplomáticos con los países de la región, “así como invertir en programas de desarrollo ambiciosos en todo el hemisferio de las Américas”. Ambas delegaciones destacaron la voluntad de la Casa Blanca por implementar ayudas humanitarias y de desarrollo, además de impulsar “nuevas inversiones privadas en la región”.
Se abordaron, asimismo, “los beneficios de regularizar la situación de los migrantes hispanos que llevan varios años indocumentados y los beneficiarios del documento que acredita que llegaron en la infancia, quienes hoy suponen “una parte vital de la economía y sociedad estadounidenses”. Por la tarde, la embajada de México en Washington ha publicado un comunicado en el que asegura que los representantes mexicanos han insistido a sus homólogos estadounidenses sobre la “inversión por parte de Estados Unidos de 20.000 millones de dólares en los países de origen y comunidades con mayor pobreza y desigualdad”.
Las buenas relaciones con el vecino del norte que exhibe el presidente mexicano se concretarán en nuevas reuniones periódicas, la siguiente en enero del año próximo. Este último encuentro bilateral en el que Blinken estuvo acompañado del secretario de Estado de Seguridad, Alejandro Mayorkas, y la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall, venía precedido de la visita el pasado 5 de diciembre de Janet Yellen, secretaria del Departamento del Tesoro, quien se reunió en México con sus homólogos para tratar medidas financieras y económicas que estrangulen las vías de financiación y lavado de dinero de los criminales. El tráfico de fentanilo y de armas se suma a la trata y extorsión de migrantes, los tres grandes problemas que más tensan las relaciones entre los dos países.
Joe Biden, ha dicho esta mañana López Obrador, es el único inquilino de la Casa Blanca de los últimos tiempos, tanto entre demócratas como republicanos, que no ha incidido en la necesidad de construir muros para separar las fronteras, algo que el mandatario mexicano ha celebrado con palabras de halago hacia él, para remarcar, de nuevo, las buenas relaciones que ayer mismo se constataron en las calurosas bienvenidas a la delegación estadounidense.
Las economías de ambas naciones están entrelazadas por fuertes vínculos económicos, insoslayables para ambos a pesar de los trastornos políticos que ocasiona, sobre todo en Estados Unidos, la presencia de migrantes en su frontera, algo que la oposición republicana utiliza a menudo para zaherir a los demócratas.
Lo cierto es que ni los muros ni las medidas restrictivas que se han ido implementando en los momentos más gélidos entre ambas Administraciones han conseguido parar el enorme flujo humano que huye de la miseria en sus países. Bien al contrario, en los últimos tiempos, las precarias economías y la situación política de países como Venezuela, Guatemala, Honduras o Nicaragua, han expulsado a cientos de miles de paisanos de sus naciones sin que los consabidos tormentos del trayecto pueda disuadirles de emprender la marcha.
Estos días, una nueva caravana de miles de migrantes se dirige desde el sur al norte de México con miras a cruzar a Estados Unidos. Sin embargo, en algunos territorios, como el de Texas, el gobernador republicano Greg Abott, ha dictado dramáticas medidas para frenar la presencia de migrantes, como la deportación si se les encuentra sin papeles en este Estado. Y no se dejan de enviar autobuses llenos de personas hasta Nueva York o Washington como protesta por las políticas demócratas de Biden.
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