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Yahritza y su Esencia: comentarios desafortunados y el eterno debate del racismo en México

La joven agrupación mexicoestadounidense recibe una oleada de descalificativos e insultos tras reconocer su preferencia por algunas costumbres de su tierra natal

Yahritza y su Esencia en el Auditorio Nacional de Ciudad de México.
Yahritza y su Esencia en el Auditorio Nacional de Ciudad de México.Gladys Serrano
Rodrigo Soriano

Es enero. La banda Yahtirza y su Esencia, conformada por tres hermanos —Yahritza Martínez, Armando y Jairo—, conversan con una periodista en Ciudad de México por el estreno de su último tema, Cambiaste. La periodista pregunta acerca de la capital mexicana. Responden con una queja por el ruido de la metrópoli y reconociendo sus preferencias por la comida de Washington, donde el picante está menos marcado y “el sazón” es diferente. La entrevista se ha viralizado en los últimos días —seis meses después— y ha desatado una oleada de descalificativos e insultos racistas contra los tres jóvenes de raíces michoacanas, a los que acusan de no respetar a México y de lucrarse con la cultura del país. Expertos consultados por este diario cuentan que esas críticas parten de la “incomprensión” hacia la población chicana, que nace y crece en Estados Unidos con las costumbres de ese país, pero que mantienen las raíces mexicanas.

La agrupación de los tres hermanos ha crecido en poco tiempo. Hace solo dos años, los tres hermanos ayudaban a su padre por las mañanas a recoger frutas en el valle agrícola de Yakima (en Washington); el mayor de ellos, Armando (el único nacido en Michoacán), también trabajaba de peluquero, y los dos menores estudiaban en la escuela. La canción Soy el único, compuesta por Yahritza cuando tenía 13 años, les abrió las puertas del panorama, y su primer álbum, Obsessed, entró en varias de las listas de la revista estadounidense Billboard. Ese despegue ya les ha llevado a participar junto a algunos de los grandes nombres del regional mexicano actual, como Natanael Cano, Grupo Frontera o Banda MS.

La entrevista con el medio Soy Grupero desencadenó una serie de insultos racistas, contra los rasgos físicos de los hermanos. Entre los comentarios, aparecían expresiones como “grindios”, “cara de nopal” o “tienes el nopal en la jeta”, utilizadas de manera despectiva contra aquellos que niegan su identidad mexicana o no se sienten orgullosos de sus raíces. El investigador de Estudios Culturales del Colegio de la Frontera Norte (CFN) Luis Escala cuenta a este diario que esos comentarios parten de una incomprensión enraizada en México. “Estas personas fueron muy rápidas en opinar desde el estómago y no desde la cabeza. Es la histórica y profunda incomprensión que se tiene entre los mexicanos hacia las comunidades migrantes en Estados Unidos, especialmente las segundas generaciones. No se comprende que son otra generación, o sea, mexicoamericanos si se quiere [...] Están sumergidos en una cultura que ya no es la mexicana. Su horizonte de vida está puesto en otras directrices diferentes”, explica el investigador.

Una discusión histórica

Para Escala, los comentarios que recibieron los hermanos son un linchamiento. El investigador destaca la juventud de los tres: Yahritza tiene 16 años, Jairo, 18 y Armando, 25. Aunque también considera que les faltó un asesoramiento oportuno sobre los temas que iniciaron la polémica. “Soltaron una serie de opiniones que, desde luego, son profundamente hirientes para el modo de ser mexicano, que no soporta ciertas cosas”, afirma.

Otro de los videos viralizados por los que Yahritza ha recibido críticas es en el que aparece conversando en un directo en redes con otra usuaria. Esta le comenta que debe hablar en español, porque es una cantante mexicana que canta en español y porque su chat habla en español. Yahritza argumenta que eso no es motivo suficiente, y parece explicar que el inglés es su idioma usual, el que utiliza en su día a día. Y afirma: “Voy a hablar en español cuando yo quiera, y voy a hablar en inglés cuando yo quiera”.

Entre los comentarios escritos de los usuarios en las publicaciones de los hermanos hay un término repetido: “Pocho”. El concepto tiene connotaciones peyorativas en algunos casos, y referencia a aquellos mexicanos que adoptan la cultura estadounidense y que pueden tener dificultades para hablar español con fluidez. El historiador especializado en música del CIESAS Luis Omar Montoya incide un poco más, y considera que el centro de la discusión se encuentra en el tema histórico del pochismo, por es decir, la controversia acerca de los que usan la imagen de México para lucrarse pero se alejan de las costumbres típicas. Montoya pone como ejemplo a otra de las artistas mexicanas nacidas en Estados Unidos a las que le ha rondado la polémica, Ángela Aguilar, que durante el Mundial aseguró ser un 25% argentina. “La cultura mexicana, como otras tantas, es una cultura muy poderosa; y en términos económicos es muy lucrativa”.

La población estadounidense con origen mexicano es amplia, de alrededor de 40 millones de personas, según el Departamento de Estado. Y los artistas mexicanos tienen un foco en el vecino del norte con el objetivo de impulsar sus carreras artísticas. Un ejemplo actual pasa por la pequeña discográfica de Rancho Humilde (ubicada en Los Ángeles). El sello chicano ha impulsando a artistas como Fuerza Regida, Natanael Cano o Junior H, algunos de los grandes exponentes de los corridos tumbados, el subgénero del regional que ha sacado músculo en las listas de éxitos durante el último año.

El historiador considera importante el tema del racismo para entender cómo se han desarrollado las críticas contra los hermanos, que poseen los rasgos de la mayoría de la población mexicana que tiene fuertes raíces indígenas. “Cuando pasan estas cosas [estas polémicas], el mexicano siempre va a atacar, demeritar o agredir al otro mexicano a partir de su color de piel, de sus rasgos”, indica. La población indígena rozó el 20% de la población total mexicana —el 19,4%, concretamente—, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2022. El organismo señalaba que en el país había 23,2 millones de personas de tres o más años que se autoidentificaban con una etnia.

Una desaceleración aparente

El crecimiento exponencial de la agrupación se ha encontrado con un obstáculo tras la viralización de la entrevista. Al menos, de manera aparente. Los comentarios en las publicaciones de los jóvenes llaman al boicot para que los usuarios dejen de seguirles. Las cuentas oficiales de Yahritza —la que más seguidores tienen de los tres— ha podido notar el cambio en las últimas semanas. En Instagram, la mayor pérdida ocurrió el pasado martes, cuando cerca 14.300 usuarios dejaron de seguirla. Pese a las pérdidas, la joven cantante tiene casi 3.000 seguidores más en la aplicación respecto al mes pasado: 1,8 millones en total —contando los nuevos seguidores y restando los que han dejado de seguirla—. En Tiktok, la red social con mayor presencia de la generación Z, el efecto ha tenido más repercusión. La cantante perdió unos 300.000 seguidores la semana pasada, y su cuenta tiene 100.000 seguidores menos que en julio: 5,4 millones.

En medio de la controversia, Yahritza y Jairo subieron un video a las redes para disculparse. “Lo que nos motiva todos los días para escribir canciones y hacer música es el gran orgullo de tener sangre mexicana en nuestras venas. No importa donde nacimos, somos orgullosamente mexicanos, y apreciamos muchísimo el cariño del público [...] Ofrecemos una disculpa de todo corazón, nunca fue nuestra intención ofender a alguien”, aseguraba la joven de 16 años.

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Rodrigo Soriano
Es periodista de EL PAÍS en la redacción de Ciudad de México. Estudió Periodismo en la Universidad de Valencia y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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