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Vecinos, arquitectos y artistas piden el rescate de los murales de O’Gorman en el Centro SCOP

Tras soportar varios sismos, los murales del antiguo edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes padecen degradación, deformaciones y fracturas

El Centro SCOP (Secretaría de Comunicaciones y Transportes)
El Centro SCOP, inaugurado en 1954.Gladys Serrano
Anna Lagos

Los sismos de Ciudad de México han puesto en jaque a una de las joyas arquitectónicas moderna de la capital. Los murales del edificio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, hechos de con más de 150 tipos de piedras naturales de diferentes clases y colores, colectadas en todo el país, se encuentran en estado crítico. Vecinos, arquitectos, artistas y el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) ya han dado la voz de alarma. “En todos los murales podemos encontrar pérdidas de teselas, disgregación y deformaciones en los soportes”, explica el presidente del Icomos, organismo consultivo de la Unesco, Saúl Alcántara Onofre, en entrevista con EL PAÍS.

La daño ha sido progresivo. El terremoto del 19 de septiembre de 1985 provocó que los últimos tres pisos del edificio, conocido como Centro SCOP, colapsaran uno sobre otro. Murieron 14 personas, por lo menos. “El DF semeja una ciudad bombardeada”. “Más de 3.000 cadáveres rescatados entre las ruinas de Ciudad de México”, se leía en los periódicos. Cientos de mosaicos perdidos junto con la promesa de un México moderno. Los murales policromos del remate del edificio B fueron destruidos en su totalidad, mientras que los de su cabecera norte —a cargo del artista Juan O’Gorman — fueron afectados parcialmente. Pese al desastre, y por su valor artístico, se decidió restaurar el sitio bajo un plan maestro a cargo del arquitecto Vicente Medel.

Centro SCOP (Secretaría de Comunicaciones y Transportes)
A lo largo de los años ha sufrido distintos daños a causa de los temblores, después del sismo de 2017, fue desalojado y se encuentra en el abandono.Gladys Serrano

El sismo del 19 de septiembre de 2017, provocó la inclinación del Edificio A y un daño superior en las estructuras del resto del conjunto lo que motivó su desalojo total ocho días después del terremoto. Si bien las obras escultóricas de Zúñiga y Betancourt no sufrieron daño, no sucedió lo mismo con los murales realizados por José Chávez Morado y Juan O’Gorman. El mes pasado la ciudad tembló, otra vez, un 19 de septiembre. Hoy, el sitio está en ruinas y parte de los mosaicos, que formaban aquellos imponentes murales, se encuentran guardados en cajas. Es la crónica de un derrumbe anunciado.

“La fachada del edificio C, en la sección más alta, presenta pérdidas de mosaicos de vidrio relacionadas con su técnica de factura y con la caída de agua de lluvia de forma directa, mientras que en la parte baja se pueden encontrar sales y manchas de humedad y microorganismos en la capa pictórica derivadas del estado de abandono del Centro SCOP, pues es comúnmente utilizado como baño por indigentes”, añade el representante de la Unesco.

Centro SCOP (Secretaría de Comunicaciones y Transportes) fue inaugurado en 1954
Detalle de los murales del Centro SCOP.Gladys Serrano

Desde el 26 de septiembre de 2017, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) cambió de domicilio a Insurgentes Sur, luego de que el conjunto urbano resultara severamente afectado y presentara daños estructurales importantes. “La necesidad de atender al Centro SCOP es de alta relevancia; no por el hecho de la emblemática obra artística, de sus relieves y murales, sino ante la peligrosidad que presenta ante una posible eventualidad de sismisidad que el sitio presenta”, apunta una ficha de la propia dependencia donde solicita recursos para estudiar las opciones para rehabilitar el lugar.

Para conocer y evaluar los daños causados a los murales, la STC encomendó a la empresa CAV Diseño e Ingeniería la elaboración de un dictamen que documentara el estado de los mosaicos. Al final, realizó el desmonte y resguardo de los paneles que contenían a los murales, en bodegas temporales instaladas en el mismo predio. El contrato con la firma terminó anticipadamente en noviembre de 2018 porque el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) consideró inadecuado continuar el desmontaje de los paneles restantes. En 2019, la SCT reportó 5,641 paneles reconstruidos y originales de los cuales se desmontaron y guardaron 2.345 piezas reconstruidas; quedando pendientes por remover 3.026.

“Los edificios A y B ponen en riesgo la vida de los ocupantes, vecinos, peatones y automovilistas; así mismo comprometen la seguridad y estabilidad de las edificaciones colindantes en lo que se refiere a las edificios C y D, se consideran en alto riesgo”, anunció la dependencia y pidió a Hacienda 19,2 millones de pesos para realizar estudios en julio de 2017, con el objetivo de concluirlos en 2024 para saber qué sucederá con esas instalaciones. La opción de demolerlas está presente, sin embrago, la petición quedó inconclusa.

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Fachada de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, abandonada en 2017.Gladys Serrano

“Sería importante que se hiciera una declaratoria provisional e inmediata por el INBAL. Lo puede hacer con el Consejo Nacional de Monumentos Artísticos, para poner énfasis en la calidad artística de los murales. Simplemente desde los autores: Chávez Morado, Juan O’Gorman, Arturo Estrada o Guillermo Monroy, Luis García... Me comentó Javier Jiménez Espriú [exsecretario de Comunicaciones y Transportes de México desde el inicio de la administración del presidente López Obrador hasta su renuncia el 23 de julio de 2020] que nos apoyaría muchísimo para conseguir recursos. Mientras, se puede hacer todo el expediente para proponer al Consejo la declaratoria ya definitiva de estos murales, eso le daría una calidad artística importante para poder conseguir los recursos para, en primera instancia, hacer todo un diagnóstico de cómo se encuentran, retirarlos, almacenarlos y, entonces, estudiar toda la estructura de la arquitectura de Carlos Lazo”, explica el presidente de Icomos a este diario.

“Desde el principio tuve la idea de hacer mosaicos de piedras de colores en los muros ciegos de los acervos, con la técnica que ya tenía bien experimentada. Con estos mosaicos la biblioteca sería diferente al resto de los edificios de la Ciudad Universitaria, y con esto se le dio carácter mexicano”, expresó O’Gorman en 1948, cuando ideó la técnica con la que luego también trazaría la monumental obra de arte en la colonia Narvarte. Las obras murales — Los Aztecas, Conquista y Libertad, Cuatro Siglos de Comunicaciones y Los Mayas, de José Chávez Morado; Los Libertadores, Canto a la Patria e Independencia y Progreso, de Juan O’Gorman; La tierra, de Guillermo Monroy; El Agua, de José Gordillo, El Fuego, de Jorge Best Berganzo; El Aire, de Arturo Estrada Hernández; Al héroe del trabajo, de Luis García Robledo, y Campesinos y obreros, de Rosendo Soto — se encuentran manufacturadas con la técnica del mosaico mexicano, en donde podemos encontrar teselas de piedra, vidrio y cerámica.

“Actualmente, el estado de conservación de todos los murales es de inestabilidad material, pues la falta de mantenimiento, las condiciones de intemperie a las que se encuentran expuestos y la inestabilidad estructural de los edificios han generado una problemática”, explica Alcántara Onofre. “Podemos identificar que el abandono es la principal causa de los daños y deterioros, por lo que se considera urgente la atención de este espacio, al ser un inmueble representativo de la zona proponemos la integración de la comunidad para su dignificación, haciendo de este inmueble un centro cultural de enseñanza, práctica y difusión de distintas actividades artísticas como son la música en sus distintas variantes, el ballet clásico y contemporáneo, las artes circenses, la danza folclórica, la fotografía, la pintura, el dibujo y la escultura, siguiendo el diseño de gestión y administración del Centro Nacional de las Artes y de la Cineteca Nacional. El poder integrar a los grupos vecinales le permitirá a este centro configurarse como un inmueble patrimonial, apreciado como parte importante del muralismo y la plástica mexicana”, afirma el presidente de Icomos.

Cuando el arquitecto Carlos Lazo comenzó a planificar las obras la Secretaría, a principios de la década de 1950, les dijo a los artistas que crearon los murales para el exterior que se guiaran bajo la máxima: “Debe ser una obra que perdure. Evitemos lo temporal y lo anecdótico. Busquen símbolos que sean positivos y eternos”. Ahora, en 2022 y pese a los sismos, las obras — mosaicos de piedras, terracota y vidrios fijados al muro en forma de losas precoladas con concreto — aunque dañadas, siguen en pie y resistiendo. Cuando vio los murales, Diego Rivera expresó su opinión: “Desde el punto de vista de la conservación es la más deseable de todas. Por otra parte, el empleo de tonos fijos cambiados por yuxtaposición melódica o contrapunteada y armónica, hacen del mosaico, plásticamente hablando, la más musical, es decir, poética y matemática, o sea superior, de las plásticas”.

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Sobre la firma

Anna Lagos
Jefa de redes sociales de EL PAÍS América y EL PAÍS México. Está especializada en temas de cultura y sociedad; interesada en la arqueología mexicana. Antes trabajó en Reforma, Terra, ElEconomista.es y Entrepreneur. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación y Máster en Mercadotecnia y Publicidad por la Universidad Iberoamericana.

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