Los estudiantes del IPN no dan tregua a su director: “No nos fiamos de sus promesas”
Después de que Arturo Reyes Sandoval aceptase el pliego petitorio entregado por los alumnos, estos han decidido seguir en paro hasta que se materialicen los cambios
Los estudiantes de varias escuelas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) seguirán en paro indefinido, pese a las concesiones que realizó su director, Arturo Reyes Sandoval. Los paros comenzaron con el inicio de este año de curso y llevan ya varias semanas, en las que se han ido concretando las reclamaciones, que empezaron siendo de cada instituto y han acabado siendo comunes a todos los centros. El pasado 14 de septiembre los alumnos le presentaron un pliego petitorio con las demandas conjuntas en la Plaza Roja, un lugar emblemático de protesta del IPN al norte de la Ciudad de México. El director acudió a la cita y aceptó todas las peticiones que se le hicieron, pero la forma y el fondo de la futura reforma no convenció a los alumnos consultados por este periódico.
En su respuesta al pliego, el director aseguró “que no habrá represalia contra los participantes del movimiento estudiantil”, además de estar dispuesto a que se vuelvan a programar las actividades académicas que no han podido tener lugar en estos días de huelga. También aceptó su solicitud para dar “atención inmediata a la problemática de acoso sexual y violencia de género”. Todas las peticiones se han canalizado hacia las distintas secretarías que el Politécnico ya tiene para tratar estos problemas.
Marcos García tiene 23 años y está en el Comité de Lucha Estudiantil del Politécnico, una organización que aúna a los distintos centros bajo un mismo paraguas de protesta. En el pliego petitorio que presentaron ante Sandoval estaban recogidas las quejas que son comunes a todos los centros: mejora de la infraestructura, del personal administrativo y del profesorado, y dar atención al problema de la impunidad ante el acoso.
García defiende que lo que sucedió el otro día en la Plaza Roja de Zacatenco, fue solo una táctica: “Llegó allí y dio lectura a un texto estilo manual de lo que iban a hacer para cambiar, pero ya no nos fiamos. Sentimos que se nos menosprecia y que falta seriedad para dar solución a las demandas de los estudiantes”. “Por lo tanto, la comunidad estudiantil del Politécnico considera que es un insulto la respuesta que dio el director”, asveró García.
Otro alumno, Fabián Contreras Ramírez, lo explica así: “Se burlaron de nosotros con esa respuesta. El director no se está integrando verdaderamente con los problemas que tiene la escuela. La mayor parte de su discurso fue ‘instruyo a la secretaría, instruyo a la secretaría’”. Además, Contreras asegura que el director intentó negociar con ellos, y dijo que cumpliría los puntos del pliego petitorio “siempre y cuando nosotros entreguemos las instalaciones”. “Eso no lo vamos a permitir”, asegura este alumno de la Escuela Superior de Comercio y Administración Unidad Santo Tomás (ESCA ST), cuyos alumnos han declarado un paro total hasta que se den respuesta a sus demandas específicas.
Debido a la escala que está tomando el conflicto, que ya dura varias semanas y ha ocupado noticiarios por algunas de las acciones de protesta que están protagonizando los alumnos (bloqueos de carreteras, marchas multitudinarias), Reyes Sandoval se reunió el 7 de septiembre con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. A la salida, Reyes aseguró que están “trabajando muy bien para atender y escuchar a todos los estudiantes en todas las escuelas”, según informó el diario La Jornada.
El Instituto Politécnico Nacional es una de las universidades más grandes de México, y la segunda más grande de la capital, después de la UNAM. Tienen 51 centros repartidos por toda la Ciudad de México y atienden a 188.000 alumnos entre sus cursos para educación media y superior. Aunque las acciones reivindicativas y de protesta son bien comunes en estos centros, parece que tras las primeras protestas potenciadas por la vuelta a clase tras la pandemia, un cansancio más general ha trascendido a los quehaceres de un instituto concreto. Al principio, las quejas llegaron por los problemas que hubo durante la matriculación. Según los alumnos consultados, se había matriculado demasiada gente durante la pandemia ante la posibilidad de realizar las clases online. Al volver a clases presenciales, algunas aulas estaban saturadas.
Confrontado sobre si este es o no un paro más de esos a los que acostumbran los estudiantes durante su vida universitaria en Ciudad de México, Fabián no duda: “Va a depender de cada escuela, pero el IPN no hace paros todos los años. El último fue en 2014, y las problemáticas que tenemos hoy son reales y serias”.
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