Estados Unidos anuncia un nuevo programa de 30 millones de dólares para la creación de empleo en el sureste de México
La decisión coincide con la negociación de un acuerdo migratorio y en medio de los reclamos de mayor inversión del Gobierno de López Obrador
Estados Unidos aumentará su inversión en los siete Estados del sur y el sureste de México con un programa dotado con 30 millones de dólares. El plan, adelantado este jueves por Mileydi Guilarte, de la oficina para América Latina y el Caribe de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), persigue apoyar “el desarrollo de merados que sean amigables con el medio ambiente, ayudando a tener un impacto positivo en las comunidades”. Pero el anuncio, que en última instancia supone creación de empleo, tiene un alcance simbólico y político que va incluso más allá. Se produce en plena negociación de un marco migratorio entre los dos países y Canadá y en medio de los reclamos del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador de un mayor desembolso directo de fondos para paliar el fenómeno.
El embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, convocó a los gobernadores y altos representantes de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán y Veracruz para escenificar el compromiso de la Administración de Joe Biden con esa región y Centroamérica. En un acto al que se han sumado el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, entre otros, ha quedado claro que Washington ha profundizado su interés por ese territorio y quiere mostrarlo. La zona acoge algunas de las obras estratégicas del Ejecutivo mexicano, como el Tren Maya o la refinería de Dos Bocas. Pero también, especialmente en los focos turísticos de la costa, uno de los destinos favoritos de los estadounidenses, el sureste afronta una nueva crisis de seguridad que preocupa a ambos lados de la frontera.
“El presidente Biden está comprometido con el éxito económico de América del Norte, incluyendo el sureste de México. El éxito de Mexico es el éxito de Norteamérica”, ha resaltado Salazar. La iniciativa de USAID, una agencia gubernamental, busca “promover el desarrollo e inversión sostenible”. El diplomático ha mostrado sintonía con el Gobierno de López Obrador y con el secretario de Hacienda y les ha agradecido la oportunidad de impulsar un proyecto -bautizado como Sur de México Generando Empleo y Sustentabilidad (Surges)- que cuenta con la participación del sector privado. “Esta actividad invertirá en mercados sostenibles, generando ventas e inversión por más de 250 millones de dólares, comenzando a finales de verano de 2022″, ha informado la Embajada estadounidense.
Este mensaje se enmarca, además, en la próxima celebración de la novena Cumbre de las Américas, convocada del 6 al 10 de junio en Los Ángeles. Al margen de las dudas sobre la participación de López Obrador y de la disposición de Biden a invitar a todos los Gobiernos del continente, la Casa Blanca quiere definir una posición común con México y Canadá, una suerte de frente de América del Norte con coincidencias en materia económica, de seguridad y migración. La importancia de los contactos está reflejada también por la agenda. Salazar se ha ido del acto para sumarse a otro, con su homólogo canadiense y el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, un hombre clave para la relación con Washington.
El llamado Grupo de Trabajo de Centro y Norteamérica sobre Migración presentaba un informe sobre la crisis migratoria que repercute en las fronteras sur y norte de México. El reporte llama al respeto de los derechos humanos y pide atender el fenómeno a partir de un enfoque regional, ya que la inmensa mayoría de los migrantes sale de Centroamérica en busca de oportunidades en Estados Unidos; también concluye que las autoridades deben implicarse en la revitalización de la economía de la región, erradicar la corrupción, cambiar la narrativa negativa sobre los migrantes y que Estados Unidos y Canadá “deben ampliar la disponibilidad de vías legales para que las personas centroamericanas migren”.
El canciller Ebrard ha insistido, en línea con el presidente López Obrador, en la necesidad de aumentar las inversiones. “Mientras se decide el tema de fondo, ¿por qué no organizamos una inversión a mucho mayor escala que nos permita reducir el sufrimiento humano que hoy se está provocando por esta indecisión, por este mantener el paradigma del siglo pasado con una realidad demográfica totalmente diferente?”, ha preguntado. El desembolso de fondos siempre ha sido un motivo de fricción entre México y Estados Unidos porque Washington suele supeditar el envío de ayudas directas al desempeño de los receptores. Por eso también, el gesto de USAID tiene especial relevancia en la coyuntura política.
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