Biden promete en la celebración del Cinco de Mayo que “arreglará” el modelo migratorio de Estados Unidos
Beatriz Gutiérrez Müller representa a México en el homenaje a la comunidad migrante en la Casa Blanca
La celebración del Cinco de Mayo ha servido este año al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para abordar uno de los asuntos más urgentes de la agenda bilateral con México, un frente que cada vez más alimenta también la disputa política entre la Administración demócrata y los gobernadores republicanos. El mandatario ha prometido durante el homenaje a la comunidad migrante en la rosaleda de la Casa Blanca que su equipo está “trabajando para arreglar” el sistema de inmigración del país. Biden ha afirmado en referencia a Latinoamérica que “no es el patio trasero, sino el delantero” de Estados Unidos y ha retomado las palabras de su esposa, Jill, quien ha inaugurado el acto, para resaltar que hoy es un día “para celebrar la resiliencia, pero también un día para celebrar la amistad”.
Concretamente, el presidente ha agradecido la cercanía y la amistad con su homólogo, Andrés Manuel López Obrador, y al comienzo de su intervención ha bajado del estrado para dar la bienvenida a la esposa del mandatario mexicano, Beatriz Gutiérrez Müller, que ha representado al país en la ceremonia que conmemora la Batalla de Puebla. Ese fue es el origen de la fiesta, el triunfo del ejército de Benito Juárez frente a las tropas francesas el 5 de mayo de 1862, un hito que más tarde empezaron a celebrar sobre todo los migrantes. “México y Estados Unidos son países amigos que comparten una extensa frontera, pero construyen puentes con valores éticos y caminan, en la medida de lo posible por dejar a venideras generaciones un mejor futuro”, ha escrito Gutiérrez Müller en su cuenta de Instagram al compartir un breve video del saludo con Biden. La escritora e historiadora, que en marzo ya emprendió un viaje oficial por el Cono Sur, quiso manifestar también su complicidad con la primera dama estadounidense, a quien ha agradecido su “calidez”.
El embajador mexicano en Washington, Esteban Moctezuma, se ha ausentado tras una prueba positiva a covid-19. El representante diplomático estuvo reunido el martes con el secretario de Estado, Antony Blinken, y se realizó el test tras el anuncio de este. Hizo lo mismo el canciller, Marcelo Ebrard, presente en ese encuentro. Su prueba arrojó resultado negativo. “Me apena no participar en los eventos del Cinco de Mayo”, ha comunicado Moctezuma.
El acto, en todo caso, no se ha quedado en una recepción oficial con tacos, tamales y sandía. El fondo político era evidente, más aún en el contexto de los últimos días. El viernes pasado Biden y López Obrador conversaron por teléfono para abordar cuestiones migratorias y preparar la participación de la Cumbre de las Américas convocada en junio en Los Ángeles. El lunes Ebrard viajó a Washington para sentar las bases de la negociación de un acuerdo en esa materia. Y este mismo jueves, tras celebrar en Puebla el aniversario de la batalla, el presidente mexicano ha iniciado una gira por Centroamérica —Guatemala, El Salvador, Honduras y Belice, con un desvío final hasta Cuba— con el compromiso de reforzar la protección de la frontera sur.
Los dos mandatarios han mostrado tener una relación fluida a pesar de los desencuentros puntuales de sus Gobiernos en asuntos de seguridad o de gestión económica. Biden ha recordado hoy, una vez más, que Estados Unidos es una nación construida por migrantes y ha dedicado unas palabras a sus raíces irlandesas. También ha rememorado la última visita de López Obrador, el pasado noviembre durante la Cumbre de América del Norte entre los dos países y Canadá, conocida también como Three amigos. Hablaron entonces de Franklin D. Roosevelt, presidente de Estados Unidos entre 1933 y 1945 e impulsor, ha enfatizado, “de la política de buenos vecinos”.
La Casa Blanca busca con urgencia una fórmula para solucionar la crisis en la frontera norte -donde cada día la Patrulla Fronteriza detiene a más de 7.000 personas tratando de cruzar- después de que la pandemia multiplicara las caravanas de migrantes procedentes de Centroamérica. La salida, no obstante, se antoja compleja por sus propios principios y por el calendario electoral. El mandatario demócrata trató de revertir las medidas aprobadas por Donald Trump, como el llamado Título 42 (una normativa que permite devoluciones en caliente bajo pretextos sanitarios), pero al mismo tiempo se encontró con la férrea oposición de los gobernadores republicanos, especialmente el de Texas, Greg Abbott.
Biden ha vuelto a afirmar durante la ceremonia de este jueves que se pueden asegurar las fronteras y al mismo tiempo mantener encendida la antorcha de la libertad. El propósito se complica, sin embargo, por las elecciones de mitad de período de noviembre, con el fantasma del trumpismo detrás de la esquina y en las que los votantes republicanos demandan mano dura frente a los migrantes. De momento, el punto de partida más relevante para alcanzar un acuerdo con México es un plan conjunto para la creación de empleo en Centroamérica.
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