López Obrador plantea a EE UU la sustitución de la OEA e insiste en incluir a todo el continente en la Cumbre de las Américas
El presidente mexicano y el enviado de Biden para la organización del cónclave buscan definir una posición común en materia económica, movilidad laboral y salud
Andrés Manuel López Obrador ha planteado este miércoles a la Administración de Joe Biden la sustitución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) por otro organismo regional. El presidente mexicano busca superar la etapa marcada por ese foro en los equilibrios geopolíticos de Latinoamérica. Ya lo había planteado alguna vez, pero en esta ocasión ha transmitido su ambición directamente a Estados Unidos. En una reunión con el enviado de la Casa Blanca encargado de la Cumbre de las Américas, el exsenador Christopher Dodd, el mandatario ha reiterado su posición con respecto a Cuba, Venezuela y Nicaragua y ha insistido en la oportunidad de incluir a todos los Gobiernos en el cónclave. Washington ha intensificado en los últimos días los contactos con el Ejecutivo del país vecino para tratar de negociar su presencia en el foro, convocado del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, y definir unos acuerdos previos en materia de economía y migración.
Dodd tenía previsto viajar a Ciudad de México, pero finalmente el encuentro, al que se han sumado también el canciller Marcelo Ebrard y el embajador Ken Salazar, se ha celebrado de manera virtual debido al contagio por covid del legislador estadounidense. Las delegaciones han repasado algunos de los temas centrales de la cumbre, de la movilidad laboral a la recuperación económica, pasando por los problemas de las cadenas de suministro o el plan de acción contra la pandemia. “La conversación fue franca e interesante”, ha asegurado Ebrard al salir de la reunión. La idea de esa franqueza tiene que ver con el planteamiento central de López Obrador.
El mandatario supeditó la semana pasada su asistencia a la cumbre a la invitación de todos líderes latinoamericanos, incluidos el cubano Miguel Díaz-Canel, el venezolano Nicolás Maduro y el nicaragüense Daniel Ortega. La Casa Blanca aún no ha anunciado una decisión, pero ha mostrado abiertamente su reticencia a incluir “a países que falten al respeto a la democracia”. Al mismo tiempo, Biden no ha renunciado a que su homólogo mexicano acuda a Los Ángeles. Este era el principal propósito de la cita de hoy. “Se puede preguntar por qué estamos dándole tanta atención a México. Es porque en una Cumbre de las Américas se requiere que México esté allí con su liderazgo”, había manifestado Salazar el lunes.
López Obrador ha explicado, según el resumen del secretario de Relaciones Exteriores, “cuáles son los conceptos” que están detrás de su decisión. Se trata, en primer lugar, de “entrar en una nueva etapa histórica, sentar las bases de una nueva relación”. “De hecho lo que hoy planteó es lo que dijo en el aniversario de Simón Bolívar el año pasado”, ha continuado el canciller. “Planteaba que debería ir el continente americano hacia una especie de unión, con diferentes ritmos y modalidades, pero más o menos lo que hizo Europa en su momento y dejar atrás otras etapas de la historia más simbolizadas por lo que ha sido la OEA”.
La Administración estadounidense aún no se ha pronunciado sobre la reunión, en cualquier caso Ebrard ha asegurado que los contactos seguirán “en las próximas horas y en los próximos días”. “Lo importante es que el diálogo es muy bueno”, ha agregado. Él mismo había reconocido antes de llegar al Palacio Nacional para participar en la videoconferencia que “es complejo organizar una cumbre de esa naturaleza: 35 países, cada uno con sus posturas, sus presentaciones o diferencias”. A la petición de López Obrador de no excluir a nadie se han sumado el presidente de Chile, Gabriel Boric, el de Argentina, Alberto Fernández, el de Bolivia, Luis Arce, y la de Honduras, Xiomara Castro. Y el de Guatemala, Alejandro Giammattei, anunció que no viajará a Los Ángeles por las críticas de la Casa Blanca a la fiscal general del país centroamericano.
La Organización de los Estados Americanos ha tenido tensiones con varios países, pero el Gobierno mexicano es uno de los que más choques ha protagonizado con el organismo, que acompaña la organización de la Cumbre de las Américas con una secretaría técnica. López Obrador ya había llamado a sopesar la sustitución de la OEA, creada en 1948, “por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y democracia”. Ese es, en definitiva, su argumento para justificar su ausencia del cónclave. “¿Vamos a seguir con la política de hace dos siglos, del destino manifiesto o de América para los americanos, entendiendo que América es Estados Unidos?”, se preguntó recientemente en una conferencia de prensa.
Las posiciones de la OEA sobre Cuba, Nicaragua y Venezuela también son conocidas. Su principal adalid es el secretario general de la organización, Luis Almagro, que lidera el foro regional desde 2015 y se quedará al frente hasta 2025. México ha reprochado sin matices también el papel del exdiplomático uruguayo en las elecciones de 2019 en Bolivia. El canciller Ebrard le atribuyó, por ejemplo, unas “muy dudosas y cuestionables actuaciones para intervenir en procesos internos, como fue el caso de Bolivia, que fue oprobioso”. Las presiones que entonces ejerció Almagro desembocaron en la renuncia de Evo Morales, forzada por la ruptura con el Ejército. México fue el primer país que acogió al expresidente y es también uno de los países que más ha trabajado por una salida diplomática de la crisis venezolana. Y su Gobierno aboga ahora por un nuevo orden regional
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