Los tesoros detrás del Museo del Banco de México
Un vitral que se mueve por sí solo, una gran bóveda y desde luego, mucho dinero, están al alcance de los visitantes del banco central
Aunque en México hay personas que no traen ni un quinto debido a la inflación, lo cierto es que nadie es monedita de oro, pues buena parte de la cultura de los mexicanos se desarrolla en torno al dinero. Eso es algo que sabe muy bien el Banco de México, quien hace algunos meses decidió abrir sus puertas al público para mostrar sus tesoros mejor guardados y el interesante proceso para elaborar billetes y monedas o cómo se les atribuye un valor y no otro. “Tenemos tres objetivos: Dar acceso a la población a nuestras instalaciones, explicar la labor del banco y además, mostrar la colección numismática”, dice Anareli Acosta, directora del Museo del Banco de México.
En este espacio, los visitantes pueden jugar a ser banqueros centrales por un día, promover transacciones electrónicas, proveer de dinero a la economía del país y vigilar el desarrollo del sistema financiero. Si esto pareciera muy ambicioso, también se puede jugar a diseñar billetes o colocarse en uno de ellos mediante la tecnología deepfake.
Las joyas de la corona
Uno de los lugares más insólitos del museo son sus bóvedas, a las que se accede bajando por las escaleras al centro del edificio. En ellas se alberga una colección numismática con más de 118.000 piezas. “Es el corazón del Banco de México, uno de los espacios que solían estar cerrados, pero que representan la confianza y el resguardo”, dice la directora del museo.
En este espacio, donde uno puede casi sentirse protagonista de un episodio de La Casa de Papel a la mexicana, se resguardaba el efectivo que después se repartía por todos los rincones del país, pero que provenía de la American Bank Note Company, de allí llegaron las primeras tres familias de billetes. La fábrica mexicana se inauguró en 1969. “A muchas personas les da nostalgia ver los billetes o monedas que usaban de niños y así podemos hacer un viaje por la historia. Hoy México ya tiene dos fábricas de billetes, una en la capital y otra en Jalisco, que se encargan de hacer dinero con seguridad y tecnología para evitar falsificaciones.
Un recorrido por el Museo del Banco de México, en imágenes
La colección de monedas de la institución está llena de datos curiosos. Por ejemplo, una de las piezas más antiguas data del año 336 antes de nuestra era, y es una pieza de metal fundida con el busto de Alejandro Magno. Adicionalmente, en la bóveda hay un sinfín de monedas antiguas que se utilizaron en el México de otras épocas.
El edificio, ubicado en el centro histórico de Ciudad de México, fue construido de 1903 a 1905 y restaurado por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia en 1926. Tan solo los detalles arquitectónicos en Art Decó hacen que la visita sea enriquecedora. El vestíbulo, conocido como Sala Bancaria, se integra de ocho columnas revestidas de mármol negro y que también son usadas para la interacción con el recinto.
Adicionalmente, una de las grandes atracciones es un vitral que cuenta con vida propia y cuya historia es peculiar. “Fue un proyecto que se pensó en 1935 por el artista plástico Fermín Revueltas, que no se concretó, pues falleció dos meses después de hacer el boceto, que quedó a lápiz y en blanco y negro”, explica Acosta. Cuando se decide abrir el museo, el banco instala un vitral animado digitalmente y que cada media hora da la bienvenida a los visitantes.
Las dos principales salas explican al público no solo las funciones que desarrolla el Banco de México, sino lo que es y no es el dinero. “Hay cosas que son valiosas, como los diamantes, que no son dinero porque nadie te los podría aceptar”, detalla la titular del recinto. Para que ese pedazo de papel que cargamos en nuestras carteras pueda ser considerado dinero, tiene que cumplir tres funciones: servir como unidad de cuenta, como medio de intercambio y depósito de valor. Es por ello que esos vales de despensa que reparten algunas empresas no son dinero, ya que no son aceptados en todos los lugares del país.
El billete más bonito
México es poseedor del Billete del Año de 2021, galardón que concede la Sociedad Internacional de Billetes de Banco (IBNS, por sus siglas en inglés) y que en esa ocasión premió el diseño de cincuenta pesos de la nueva colección de billetes mexicanos como uno de los más bonitos del mundo. “Mediante una ampliación de ocho veces y muy interactiva, podemos ver todos los elementos de este billete”, dice la directora del museo.
En el anverso, un diseño que hace alusión a la fundación de México-Tenochtitlan, y en el reverso, la belleza del ajolote y el maíz frente a los canales de Xochimilco, no solo se han ganado el título del billete del año, sino que también se han ganado el corazón de los mexicanos, tanto, que ya es raro verlo en circulación. “Las personas han empezado a coleccionarlo, por eso no se ve tanto, pero se sigue emitiendo”, explica Acosta.
El museo abre su colección, además de otras exposiciones temporales que muestran, por ejemplo, cómo los sobrantes que no pasan el estricto control de calidad del banco (material conocido como maculatura), pueden convertirse en obras de arte. “Mi billete favorito es el de mil pesos, aunque no sea tan común verlo”, confiesa Acosta.
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