Granadas y balacera frente al palacio municipal: la tragedia que enlutó a Guaymas
Un comando armado abrió fuego contra la comitiva de la alcaldesa Karla Córdova en medio de una manifestación feminista. El ataque dejó tres personas muertas y dos heridas
Tres personas fueron asesinadas en Guaymas, una ciudad al norte de México con poco más de 150.000 habitantes y a más de 1.700 kilómetros de la capital del país. En medio de la espiral de violencia que arrincona al país, la normalización pudo haber llevado a dar vuelta a la página después de uno o dos días. Pero no fue una tragedia más. Sorprende porque fue un atentado directo contra el jefe local de Seguridad. Indigna porque la detonación de granadas y las ráfagas de armas de alto calibre no fue en un paraje remoto, sino frente al palacio municipal. Y duele porque el ataque se perpetró al final de una manifestación pacífica en contra de la violencia de género. Marisol Cuadras, una chica de 18 años, perdió la vida y otra de sus compañeras recibió un tiro en la pierna. El escolta Antelmo Gutiérrez también falleció, junto a uno de los sicarios que abrió fuego contra la comitiva de la alcaldesa Karla Córdova. Noé Alberto, subdirector de Comunicación Social del Ayuntamiento, tiene lesiones de bala en un brazo y en la pierna. Apenas 24 horas después, la herida de Guaymas sigue abierta.
La colectiva Feministas del Mar convocó una marcha a las cinco de la tarde del jueves por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Las organizadoras llamaron a la toma simbólica del palacio municipal y pidieron a las participantes que llegaran vestidas de negro, pancartas y flores de cempasúchil para recordar a las personas que perdieron y exigir justicia por las que siguen buscando. Marisol Cuadras se puso un paliacate morado para ir a la protesta y pintó sobre el suelo “Fuimos todas”, mientras sus compañeras colgaron un letrero que exigía: “Nos queremos vivas”. Cada paso que dio en los momentos previos al ataque quedó como testimonio en sus redes sociales. “Soy una pequeña chica que sueña en grande y en poder cumplir todos mis proyectos”, se lee en su perfil de Instagram, una bio que las integrantes de su colectiva han convertido en un grito de batalla.
Una hora después, la alcaldesa Córdova llegó a reunirse con las manifestantes, un grupo de entre 10 y 20 chicas, según reporteros que cubrieron el acto. No es común que las autoridades se acerquen a este tipo de protestas, pero a la presidenta municipal, que asumió a mediados de septiembre pasado, le pareció propio dialogar con ellas. Intercambiaron puntos de vista sobre todo lo que falta por hacer para que las mujeres de Guaymas puedan sentirse seguras. Hablaron de instalar botones de pánico, poner luminarias en las zonas más peligrosas, contratar a más personas que hicieran frente al problema y de cómo el tema se desatendía cuando pasaba el periodo electoral.
“Admiro que ustedes salgan y sean parte de este movimiento”, les decía Córdova, en una conversación informal que se prolongó por varios minutos. Al final se tomaron una foto, con las chicas sosteniendo una veladora. Marisol Cuadras posó abrazada justo a la derecha de la alcaldesa. En los videos de la charla se escucha de fondo Canción sin miedo de la cantautora Vivir Quintana, un himno del movimiento feminista en México.
La alcaldesa y las manifestantes se estaban despidiendo hasta que el encuentro tuvo un final abrupto. Sobre las 18.40 horas, un comando armado abrió fuego contra la comitiva de Córdova, que aparece en las imágenes justo a espaldas de las chicas. “Al oír el primer impacto de bala empezamos a correr para meternos al palacio municipal”, contó la presidenta municipal en una entrevista con el periodista Joaquín López Dóriga. “Después me tiré al suelo”, recordó.
La primera ráfaga de balas mató a Gutiérrez, un policía de 40 años que también trabajaba como chofer de Córdova. Funcionarios y manifestantes se movieron bocabajo hacia el Ayuntamiento, donde personal auxiliar alcanzó a abrir una oficina para que las víctimas se resguardaran. Los sicarios lanzaron después las granadas y poco después, según el testimonio de la alcaldesa, los disparos vinieron desde cuatro puntos diferentes.
“Todo fue de repente”, cuenta Omar Salazar, un periodista independiente que se retiraba después de cubrir la manifestación. “Empezó a oler a pólvora y después se escucharon las explosiones, como cohetes, no me imaginaba que eran balazos”, asegura. Marisol Cuadras, lamentó Córdova, fue asesinada “en el fuego cruzado, de un disparo”.
Según esta versión, el sicario que fue abatido después de que se repelió el ataque fue quien primero mató al escolta. En los comunicados oficiales tampoco se da cuenta de cuántos sicarios perpetraron el ataque. Las integrantes de Feministas del Mar escribieron en sus redes sociales que no iban a hacer declaraciones.
“Me mataron a mi hija”, escribió Teresa, la madre de Marisol Cuadras, en sus redes sociales pasadas las ocho de la noche. Cinco minutos antes, las autoridades hicieron público su primer reporte, dijeron que estaban atendiendo un “código rojo” y pidieron a la población que no se acercara al primer cuadro de la ciudad. Para entonces, alrededor de una decena de patrullas rodearon la sede de Gobierno y hubo sobrevuelos de helicóptero por el centro de la ciudad.
El sicario abatido, de unos 50 años, portaba un arma calibre nueve milímetros, 24 cartuchos en la bolsa del pantalón y una bolsa de marihuana, según la Fiscalía estatal. Otras evidencias recabadas por las autoridades fueron una camioneta sin matrícula, un rifle calibre .223 y un fusil calibre .308, junto a cargadores, explosivos, mochilas y ropa. “Definitivamente fue el crimen organizado”, sentenció la presidenta municipal. El gobernador y exsecretario federal de Seguridad, Alfonso Durazo, reprobó los hechos y envío sus condolencias a los familiares de las víctimas sobre las diez y media de la noche. Entre los grupos señalados se repite el nombre del grupo La Plaza, el brazo armado del Cartel de Caborca, una organización ligada al narcotraficante Rafael Caro Quintero y que, según medios locales, se disputa la plaza con facciones del Cartel de Sinaloa.
La principal línea de investigación es que se trató de un ataque directo contra Andrés Humberto Cano Ahuir, capitán de fragata y secretario de Seguridad, que ya había recibido amenazas. “Iban sobre el capitán”, dijo este viernes Rafael Ojeda, el secretario de Marina, y descartó que se tratara de un atentado contra Córdova o las manifestantes. “Desgraciadamente, hubo daños colaterales”, agregó el almirante. Durazo ofreció su “apoyo incondicional a las mujeres, quienes en un acto pacífico de lucha por sus derechos se vieron afectadas, así como los familiares de las víctimas, quienes tendrán todo el acompañamiento necesario”. Lo que aún intentan comprender familiares, amigas, activistas y un país entero es cómo una chica de 18 años salió a pedir justicia en el día internacional contra la violencia machista, posó con la alcaldesa frente al Ayuntamiento de su ciudad y después nunca pudo volver a casa.
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