La inversión en México se estanca y apunta a un menor crecimiento de la economía

La inversión, el componente clave para predecir el comportamiento de una economía, sufrió una leve caída en abril en comparación con el mes anterior, pintando para México una resistencia a la recuperación de la crisis de la covid-19. Después de tres avances mensuales consecutivos, el índice mensual de inversión fija bruta reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) retrocedió 0,9%. Esto quiere decir que la inversión sigue 2,7% por debajo de lo registrado al inicio de la pandemia y todavía más, un 16,3% por debajo, de su nivel máximo alcanzado en julio 2018. La inversión es una medida central en las estimaciones de crecimiento económico y empleo.

En comparación con el mismo mes el año anterior, el índice muestra una subida espectacular de cerca del 40%, pero esto se debe a un rebrote estadístico, explica Jesús Garza, profesor de la escuela de negocios del TEC de Monterrey, EGADE, y director general de la firma financiera Gamma. La cifra de hoy, opina el experto, ofrece malas noticias.”Es un rebote, sí, cuando se compara con el mismo mes el año anterior se ve muy bueno, pero hay que considerar que el año pasado por la pandemia todos los indicadores se fueron al piso”, dice Garza. “Lo más preocupante de esto es que la inversión es el componente más importante de crecimiento a largo plazo y lo que implica es que a partir del próximo año veremos un PIB potencial para México mucho menor al que teníamos hace cinco o seis años”.

El dato publicado el lunes confirma la tendencia de desaceleración en la economía que ya empezaba a verse antes de la pandemia, cuando en 2019 el crecimiento en el producto interno bruto (PIB) fue de 0,1%, agrega Garza. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público estima que el crecimiento de la economía estará entre 4,3% y 6.3% este año, y entre 2,6% a 4,6% en 2022, impulsado en gran parte de por el comercio exterior con Estados Unidos.

Sin embargo, la tendencia a la baja para la economía en México empezó desde mediados de 2018, impulsado tanto por factores externos como internos, a partir de que la Administración del presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara la cancelación de una inversión en infraestructura emprendida por el Gobierno anterior. Esto ha generado incertidumbre en el clima de negocios y una resistencia de las empresas por invertir.

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