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“Os prometo que estoy bien”: Biden se lanza a conquistar a los votantes de Míchigan

El presidente quiere despejar en campaña las dudas sobre su capacidad y dirigir sus ataques contra Trump en un Estado clave

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en una parada en el Garage Grill and Fuel Bar en Northville (Míchigan), este viernes.Foto: ELIZABETH FRANTZ (REUTERS) | Vídeo: EPV
Miguel Jiménez

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“Os prometo que estoy bien”. La frase no tiene el poder evocador del “Yes, we can” de Barack Obama, del “puente hacia el siglo XXI” de Bill Clinton o del “Hagamos grande a América otra vez” de la campaña de Ronald Reagan, lema plagiado luego por Donald Trump. Sin embargo, es exactamente lo que Joe Biden, de 81 años, necesita transmitir en este momento: “Os prometo que estoy bien”. Tras la cumbre de la OTAN, el presidente de Estados Unidos hizo una parada este viernes en el Garage Grill and Fuel Bar de Northville (Míchigan), un bar de carretera en un Estado que puede resultar decisivo para las elecciones del próximo 5 de noviembre.

Biden cogió el micrófono y empezó a pasearse entre las decenas de clientes del bar. Por una vez, hacía campaña sin el teleprompter del que se vale continuamente en sus intervenciones públicas. Estuvo hablando casi un cuarto de hora, hizo reír de vez en cuando a los asistentes, volvió a algunos de sus temas tradicionales, usó sus latiguillos, bromeó sobre su edad y pareció sentirse cómodo. Se presentó como el presidente más pro sindicalista de la historia de Estados Unidos (no muy lejos de allí participó en un piquete durante la huelga del automóvil del año pasado) y repasó algunas de sus políticas en favor de la clase media y de los trabajadores

“Por eso me presento, para terminar este trabajo. Hay más por hacer. Sé que solo tengo 41 años”, bromeó, antes de recordar que durante demasiado tiempo fue “demasiado joven”, cuando ganó sus primeras elecciones para el Senado sin haber cumplido siquiera los 30 años que se precisan para tomar posesión del escaño. “Ahora soy demasiado viejo. Esperemos que con la edad llegue un poco de sabiduría. Creo que la alternativa [en referencia a Donald Trump] no es una gran alternativa. Creo que la ética importa. Creo que la decencia importa”, ha añadido, antes de cerrar. “Nunca he sido más optimista sobre las posibilidades de Estados Unidos de lo que soy hoy”, ha dicho. “Tenemos oportunidades reales. Tenemos que terminar el trabajo. Os prometo que estoy bien”, ha concluido.

Joe Biden está dispuesto a demostrar que lo ocurrido en el debate contra Donald Trump fue un accidente que no compromete su capacidad de gobernar, pero antes tiene que demostrar a sus correligionarios que tampoco compromete su capacidad para ganar las elecciones contra Donald Trump. “Nos dijeron que íbamos a perder en 2020. ¿Os acordáis? Pues ganamos”, ha dicho también Biden.

Hace cuatro años, el que fue vicepresidente de Barack Obama empezó mal las primarias, antes de empezar a darles la vuelta en Carolina del Sur. Sin embargo, siempre gozó de una amplia ventaja frente a Donald Trump en las encuestas. Este año, el expresidente está por delante en intención de voto en el conjunto del país y en la mayoría de los Estados decisivos.

Míchigan es uno de ellos. El Estado cuenta con una amplia comunidad árabe estadounidense que rechaza el modo en que Biden ha apoyado a Israel en la guerra de Gaza. Hay muchos electores que no quieren votarle, aunque eso suponga entregar la presidencia a Donald Trump, cuyo apoyo a Israel es mucho más radical y que llama a Biden “palestino” con desprecio.

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Las posibilidades electorales de Biden pasan, según sus estrategas, por levantar un “muro azul”, el color del Partido Demócrata, en los Estados clave del Medio Oeste: Pensilvania, Míchigan y Wisconsin. Si Biden fuera capaz de retener esos tres, podría permitirse el lujo de perder Georgia, Arizona y Nevada y aun así ganar las elecciones, siempre que Trump no diera la sorpresa en alguna otra circunscripción.

Con todo, Biden tampoco renuncia a dar la batalla en esos tres Estados sureños. De hecho, la semana próxima tendrá dos actos de campaña en Las Vegas (Nevada), uno con votantes afroamericanos y otro con latinos. Antes, sin embargo, necesita despejar las dudas entre los demócratas, conseguir que el dinero vuelva a fluir hacia su campaña y que las noticias dejen de ser sobre si está capacitado para ser el candidato o si hay que buscar un relevo.

Para los demócratas escépticos, la situación presenta un dilema. Si Biden no va a tirar la toalla, cuanto antes cierren filas más posibilidades tendrá de que pueda vencer a Trump. Pero si cierran filas, no se apartará y muchos de ellos creen que eso les condena a un escenario electoral desastroso, en que los republicanos pueden hacerse simultáneamente con el control de la Casa Blanca, del Senado y de la Cámara de Representantes.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante un acto de campaña en el instituto Renaissance de Detroit (Míchigan), este viernes.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, durante un acto de campaña en el instituto Renaissance de Detroit (Míchigan), este viernes.Elizabeth Frantz (REUTERS)

“Me presento y vamos a ganar”

En el mitin que dio más tarde en Detroit, Biden se mostró enérgico. En este caso, con ayuda de pantallas, pero saliéndose del guion alguna que otra vez. Abordó sin rodeos las especulaciones sobre su futuro: “Hay mucha especulación ahora mismo. ¿Qué va a hacer Joe, se va a quedar?”, preguntó antes de responder: “Me presento y vamos a ganar”, aseguró mientras el público coreaba: “¡No te retires!”.

“Vosotros me hicisteis candidato”, dijo Biden, refiriéndose a los millones de demócratas que le apoyaron en las primarias. “No la prensa, no los expertos, no los entendidos, ni los donantes. Vosotros, los votantes. Vosotros decidisteis. Nadie más. Y no me voy a ninguna parte”.

“Soy el candidato del Partido Demócrata y el único demócrata que ha ganado a Donald Trump en la historia. Lo conozco. Donald Trump es un perdedor”, ha añadido, mientras el público coreaba: “Enciérralo”, la frase que los seguidores de Trump dedicaban en su día a Hillary Clinton. Biden no hizo comentarios, pero volvió a reafirmarse: “Cuando te derriban, te vuelves a levantar”.

El presidente arremetió luego contra el Proyecto 2025, del que Trump se desmarca, pero que ha sido elaborado por personas próximas al expresidente que podrían formar parte de su Gobierno. Algunos lo consideran como el programa oculto de Trump. Mientras, el presidente expuso sus planes para un hipotético segundo mandato y afirmó: “No trabajo para las grandes farmacéuticas. No trabajo para la Asociación Nacional del Rifle. Trabajo para ustedes, el pueblo estadounidense”, provocando las ovaciones de sus seguidores.

Biden se quejó de que los medios le han estado “machacando” desde su reciente debate mientras que Trump “ha obtenido un salvoconducto gratis”. “Donald, no más pases gratis”, dijo Biden. “Hoy, vamos a poner en el punto de mira a Donald Trump”, ha dicho. En los mítines del republicano es frecuente que arremeta contra la prensa y que los asistentes se pongan a abuchear a los periodistas presentes. Esta vez ocurrió lo mismo por unos momentos, pero en un mitin de Biden.

El presidente siguió luego con los ataques contra su rival, al que considera una amenaza para Estados Unidos. “Heredó millones de dólares solo para despilfarrarlos. Se ha declarado en quiebra seis veces”, dijo Biden. “Incluso quebró dirigiendo un casino. No creía que eso fuera posible. ¿No gana siempre la casa en un casino?”, se preguntó.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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