Israel anuncia que retoma el alto el fuego tras causar más de cien muertos, entre ellos 46 niños
Trump asegura que su plan no está en riesgo y defiende el “derecho” del Gobierno de Netanyahu a tomar represalias

Han sido 14 horas de alto el fuego en Gaza como si no existiese, con decenas de bombardeos israelíes que han matado a más de cien palestinos, sobre todo niños y mujeres. Es la mayor masacre desde el “fin de la guerra” en la Franja —como lo llamó su muñidor, el presidente de EE UU, Donald Trump— el pasado día 10. En la mañana de este miércoles, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que el alto el fuego “se vuelve a aplicar”, con el apoyo de Trump, que ha defendido su derecho a tomar represalias (Israel había anunciado la pérdida de un soldado en una emboscada de Hamás) y subrayado que la tregua no está en riesgo. Horas más tarde, y como efectúa a diario en las casi tres semanas de alto el fuego, el ejército israelí ha lanzado un nuevo bombardeo puntual, en el que ha matado a un hombre.
Los ataques israelíes han matado desde la tarde del martes hasta la primera hora de este miércoles al menos a 104 personas, incluidos 46 niños y 20 mujeres, según el Ministerio de Sanidad de la Franja. Hay, además, 253 heridos.
Trump ha subrayado que “nada pondrá en peligro el alto el fuego” y ha vuelto a ponerse del lado de Netanyahu. “Según tengo entendido, mataron a un soldado israelí, así que los israelíes respondieron al fuego, y con razón. Cuando eso sucede, deben responder”, ha declarado desde el avión presidencial, el Air Force One. El presidente de EE UU ha subrayado asimismo que Hamás “representa una parte muy pequeña de la paz en Oriente Próximo”. “Tienen que comportarse”, ha advertido.
Este pico de violencia es “muy decepcionante” y “frustrante” para el primer ministro de Catar (un país mediador clave), Mohamed Bin Abdulrahman Al Thani, que ha marcado su inicio en el ataque contra las tropas israelíes, “que es básicamente una vulneración del acuerdo”. “Afortunadamente, creo que las partes están de acuerdo en que la tregua debe mantenerse y que hay que adherirse al acuerdo”, ha señalado, en una conferencia en Nueva York.
Para el movimiento islamista, ha sido más bien una nueva muestra de la “clara intención” del Ejecutivo de Netanyahu de “minar el acuerdo de alto el fuego e imponer nuevas realidades por la fuerza”, con la “complicidad” de Estados Unidos, el garante del pacto que realmente marca las reglas. Su principal aliado, Israel, ha incurrido en muchas más vulneraciones del acuerdo desde el inicio. El ejército ha señalado como objetivo de su último ataque (después de haber dado por finalizada su represalia) “infraestructura terrorista” con “armas y medios aéreos” para un ataque “inminente” a las tropas, en Beit Lahia, en la parte de Gaza bajo control israelí.
Los bombardeos han duplicado de la noche a la mañana las víctimas por fuego israelí desde la firma del plan de Trump, el repliegue israelí al 58% del enclave y el canje de rehenes de las milicias en Gaza por presos palestinos. Son ya 212 muertos y 597 heridos, según el Ministerio de Sanidad. La mayoría se han producido en las dos escaladas de este mes, pero también por bombardeos puntuales (como los que Israel efectúa todos los días en Líbano, a pesar de existir también un alto el fuego) o por disparos de artillería o de tiradores a quienes se han acercado o cruzado la invisible Línea Amarilla, que marca en el mapa los límites del primer repliegue israelí.
“Ataques contundentes”
Los ataques comenzaron el martes, poco después de que Netanyahu ordenase al ejército “ataques contundentes” sobre la Franja y denunciase uno previo de miembros de Hamás a tropas israelíes cerca de Rafah, en el sur del enclave palestino, en el que —según ha difundido este miércoles— murió un soldado.
La decisión partió de unas “consultas de seguridad” con su gabinete, convocadas horas antes, cuando el instituto de medicina forense señaló que la milicia palestina había hecho llegar a Israel en la víspera, a través de la Cruz Roja, restos que no correspondían a ninguno de los 13 últimos cadáveres de rehenes por localizar en el enclave, sino a uno que ya había entregado.
El ambiente ya venía caldeado por la difusión de imágenes aéreas tomadas el lunes por un avión teledirigido israelí que el ejército describía como miembros de Hamás escondiendo bajo tierra restos del rehén israelí Ofir Tzarfati —rescatado ya sin vida por las tropas a finales de 2023— antes de comunicar su hallazgo a los equipos de la Cruz Roja, con el objetivo de “crear la falsa impresión de que se esfuerza” en encontrar los cuerpos. Hamás viene esgrimiendo la dificultad de hallarlos entre tanta destrucción y sin el material necesario.
El Comité Internacional de la Cruz Roja emitió este martes un inusual comunicado criticando la “inaceptable” escenificación de la recuperación de los restos de Tzarfati, “cuando tanto depende del cumplimiento del acuerdo y tantas familias aún esperan ansiosamente noticias de sus seres queridos”. Señaló que “aceptó estar presente de buena fe en su papel de intermediario neutral entre las partes” y que su personal “no sabía que había un cadáver colocado allí antes de su llegada, como se ve en las imágenes”.
Tiendas de campaña
El centro de la Franja ha concentrado el mayor número de víctimas mortales en los violentos bombardeos israelíes. Al menos 42, muchos de ellos por drones, contra casas y edificios del campo de refugiados de Nuseirat, según fuentes médicas. Uno ha destruido la casa de la familia Abu Dalal matando a 20 personas.
En la capital, a la que decenas de miles han ido regresando a raíz del alto el fuego, han muerto al menos 28 personas. La mayoría de ataques iban dirigidos contra apartamentos familiares, según fuentes médicas. Otros cinco gazatíes murieron tras la explosión de un dron kamikaze contra una tienda en la plaza municipal de la ciudad de Deir el Balah, también en el centro. El ejército también ha atacado tiendas de campaña que albergaban a desplazados. Al menos seis personas han perdido la vida en uno de esos ataques, cerca del Hospital de los Mártires de Al Aqsa.
Las Fuerzas Armadas de Israel han cifrado en más de 30 los “terroristas abatidos que ocupaban puestos de mando en organizaciones terroristas que operan en Gaza”. “Seguiremos respetando el acuerdo de alto el fuego y responderemos con firmeza ante cualquier violación del mismo”, han señalado en un comunicado.
La Defensa Civil de Gaza ha señalado este miércoles que sus equipos prosiguen las operaciones de rescate de cadáveres y posibles supervivientes bajo los escombros. Temen que el balance de muertos aumente aún, porque los hospitales de Gaza están abarrotados de heridos, algunos en estado crítico, en medio de una “grave escasez” de suministros médicos, provocada por el bloqueo de la entrada de medicinas, material sanitario y combustible por parte de Israel.
Esta masacre, y el posterior anuncio israelí de reanudación del alto el fuego y bombardeo puntual, sigue el esquema de la escalada de violencia del pasado día 19. El ejército israelí denunció entonces una emboscada (en la que milicianos de Hamás escondidos bajo un túnel mataron a dos de sus soldados) y lanzó sobre Gaza 153 toneladas de explosivos, según el propio Netanyahu. Los muertos palestinos superaron los 30.
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